El jefe del gobierno italiano, Silvio Berlusconi,  renunciará a su cargo en cuanto el Parlamento apruebe las medidas económicas prometidas a la Unión Europea (UE) para evitar el contagio de la crisis, informó  ayer   la Presidencia de la República.

“Hay que preocuparse de la situación de Italia, de lo que ocurre en los mercados y del hecho de que los mercados no creen que Italia quiera o sea capaz de aprobar las medidas que Europa exige”, declaró luego Berlusconi a uno de los noticieros televisivos de su propiedad.

La decisión fue tomada por  Il Cavaliere al término de una reunión de una hora con el presidente, Giorgio Napolitano, durante la cual reconoció que estaba consciente de las consecuencias del voto de  en la Cámara de Diputados, en donde perdió la mayoría absoluta. Ante la delicada situación económica que atraviesa Italia, la oposición de izquierda  se abstuvo en la votación como gesto de responsabilidad, pero quiso demostrar que era lo suficientemente fuerte para hacerla caer en cualquier momento.

Las Cuentas del Estado fueron aprobadas con sólo 308 votos a favor, por debajo de los 316 necesarios para contar con mayoría absoluta.

Con este panorama, los 17 ministros de la zona euro exigieron ayer al régimen de Berlusconi que cumpla con sus promesas para reducir el déficit de Italia y exhortaron al futuro nuevo gobierno de Grecia   que apoye por escrito los planes de ayuda acordados.

Entre ellos está el  pacto de la UE que consiste en un segundo plan de rescate de 130.000 millones de euros acordado entre Grecia, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, ayuda que supondrá nuevos recortes y privatizaciones para el país heleno.

Antes del anuncio del primer ministro italiano, el controvertido líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, aliado clave para la supervivencia del gobierno, quien ha garantizado a Berlusconi durante tres años una mayoría absoluta en el Parlamento, instó ayer a Il Cavaliere a renunciar y lanzó el nombre del ex ministro de Justicia, Angelino Alfano, como sucesor del multimillonario político en la jefatura del gobierno.

El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, advirtió que “la situación en Italia es  preocupante”, tras una intensa reunión entre los ministros de los 27 miembros de la UE, seguida de una cumbre el lunes de la Eurozona, que aglomera a los 17 países que adoptaron la moneda común.

“Italia está registrando varios movimientos y no sabemos lo que va a pasar con ellos”, agregó. “Estamos siguiendo la situación atentamente”, subrayó.  Los rumores y desmentidos sobre la renuncia de Berlusconi tuvieron el lunes en el sube y baja a las tasas de interés de las obligaciones italianas a 10 años, que ayer  batieron un nuevo récord, a 6,73%, un nivel insostenible para la abultada deuda del país (1,9 billones de euros, 120% del PIB). “ Los mercados lo dicen claramente: el gran problema de Italia es el déficit de credibilidad política”, subraya Giuliano Noci, profesor de economía del MIP, la escuela de comercio de la Universidad Politécnica de Milán.

Las bolsas europeas operaron en alza, apostando por una inminente renuncia de Berlusconi, aunque al final de la jornada redujeron sus ganancias. La Bolsa de Londres subió 1,03%, la de Fráncfort 0,55%, la de París 1,28%, la de Milán 0,74% y la de Madrid 0,50%.

Mientras tanto,   Grecia espera con impaciencia conocer el nombre del primer ministro que dirigirá el gobierno de coalición  entre socialistas y oposición de derecha  para intentar salvar al país de una declaración formal de quiebra.

El actual primer ministro  griego, Yorgos Papandreu, pidió ayer, durante una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros, la renuncia de los demás miembros del gabinete, según   la televisión pública NET.

Papandreu negocia la formación del gobierno de transición con el dirigente de Nueva Democracia (derecha), Antonis Samaras. La cadena griega de televisión Skai anunció que  el primer ministro griego  y Samaras han alcanzado un acuerdo para que Lucas Papadimos, ex vicepresidente del Banco Central Europeo ocupe la jefatura del Gobierno griego.

Aunque la situación política en Grecia parece desbloquearse, la zona euro sigue desconfiando y sus representantes pidieron el lunes por la noche a los dos principales partidos griegos que respeten las promesas de ahorro presupuestario y de reformas, antes de que se les conceda nuevos préstamos.