Autoridades centran el foco en los motivos del atentado en Nueva York
Las motivaciones del atacante que el martes embistió a ciclistas y transeúntes en Nueva York, dejando ocho muertos y 11 heridos, centraban este miércoles la atención de las autoridades.
Pocas horas después del ataque, que tuvo lugar en la tarde del martes en Manhattan, el presidente Donald Trump ordenó reforzar los controles para el ingreso de extranjeros, aunque los investigadores no atribuyeron aún la autoría.
Trump, que calificó al atacante de "muy enfermo" y "perturbado", evocó al grupo yihadista Estado Islámico (EI). "No debemos permitir que el EI regrese o entre a nuestro país después de derrotarlo en el Medio Oriente y otras partes. ¡Suficiente!", tuiteó.
La policía no identificó al atacante y solo indicó que tenía 29 años.
Las cadenas de televisión lo identificaron como un ciudadano uzbeko que vive en Estados Unidos desde 2010.
Según varios medios, se trata de Sayfullo Saipov, habitante de Nueva Jersey (este), donde rentó la camioneta. Tenía un permiso de residencia permanente (green card) y trabajó como conductor de Uber, según The New York Times, que agregó que ya había estado "bajo el radar" de la policía.
El presidente de Uzbekistán, Chavkat Mirzioyev, prometió este miércoles "usar todas sus fuerzas y recursos para ayudar en la investigación" y dio su pésame al presidente estadounidense y las familias de las víctimas.
Varios centenares de ciudadanos de esta exrepública soviética, de mayoría musulmana, integran grupos yihadistas en Irak y Siria, según estimaciones de los servicios de seguridad rusos.
El atentado ocurrió a pocas cuadras del memorial del atentado del 11 de septiembre de 2001 en el Bajo Manhattan, en Tribeca, cerca de escuelas y un parque mientras niños y sus padres se preparaban para festejar Halloween.
A las 15H05 (19H05 GMT), el atacante ingresó con una camioneta de alquiler blanca en el carril de bicicletas y peatones, que bordea el río Hudson, donde turistas y locales disfrutaban una soleada tarde de otoño boreal, y luego se estrelló contra un bus escolar.
Salió de la camioneta sosteniendo dos pistolas falsas y gritó: "Allah Akhbar" (Dios es grande), antes de ser baleado en el abdomen por un agente, dijo la policía de Nueva York (NYPD). Luego fue operado y se espera que sobreviva, según los medios.
Una pistola de paintball y otra de perdigones fueron halladas en el lugar, dijo la policía, que también indicó que no buscaba a ningún otro sospechoso.
Policías, bomberos y ambulancias rodearon la zona del atentado, mientras padres preocupados huían con sus hijos de una escuela cercana, bajo el tronar de las sirenas y el sobrevuelo de helicópteros.
John Williams, de 22 años, que llegó al lugar poco después del tiroteo, cuando se dirigía al parque, describió "un fuerte olor de pólvora".
"Había un hombre herido en el piso. Parecía como si hubiese recibido un disparo. Estaba rodeado por policías y paramédicos", contó a AFP.
Manuel Calle, de 46 años, trabajador en un restaurante cercano, relató que vio dos vehículos, uno blanco y un minibús, que habían chocado. "Dos hombres querían pelear en la calle. Uno tenía dos pistolas, una en cada mano. Y al final llegó la policía. Escuchamos tres disparos" pero no los vimos, dijo.
La cancillería argentina confirmó que cinco de los ocho muertos eran sus ciudadanos mientras que otro resultó herido. Se trata de un grupo de amigos que celebraban 30 años de egresados de la Escuela Politécnica de la ciudad de Rosario (300 km al norte de Buenos Aires).
El gobierno del presidente Mauricio Macri dijo que acompaña "a las familias en este terrible momento de profundo dolor, que comparten todos los argentinos".
Una mujer belga murió y otros tres ciudadanos de ese país resultaron heridos, indicó el gobierno de Bruselas. También se informó de un alemán herido.
"Este fue un acto terrorista y un acto terrorista particularmente cobarde dirigido contra civiles inocentes", dijo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio. "Es un día muy doloroso para nuestra ciudad. Una horrible tragedia", señaló.
El ataque fue el primer acto vinculado al terrorismo en Nueva York desde la explosión de una bomba casera en septiembre de 2016 en Chelsea, que dejó 31 heridos leves. Por ese hecho, un estadounidense de origen afgano, Ahmad Khan Rahimi, fue condenado por terrorismo a mediados de octubre.
La vigilancia policial, con efectivos fuertemente armados, se intensificó en la ciudad de 8,5 millones. Nueva York, corazón financiero, escena teatral y una de las ciudades que atrae más turistas en Estados Unidos, vive en constante alerta.
La ciudad "es un símbolo internacional de libertad y democracia", agregó el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo.
"Sabemos desde septiembre de 2001 que somos un blanco" de ataques, agregó Cuomo, en alusión a los atentados contra las torres gemelas.
Un desfile programado por Halloween se llevó a cabo según lo planeado, aunque bajo una presencia policial extrema, y Cuomo ordenó iluminar el World Trade Center con el rojo, blanco y azul de la bandera estadounidense "en honor a la libertad y la democracia".
La primera ministra británica, Theresa May, se solidarizó. "Juntos derrotaremos el mal del terrorismo", dijo.
"Nuestra lucha por la libertad nos une más que nunca", tuiteó el presidente francés, Emmanuel Macron. (I)