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Agenda política tóxica deshumaniza y genera violencia en el mundo, según Amnistía

Agenda política tóxica deshumaniza y genera violencia en el mundo, según Amnistía
22 de febrero de 2017 - 14:45 - Leonardo Boix, corresponsal en Londres

Una agenda política muy tóxica, similar a la que existió en los años 30 en Europa, está llevando a la violencia y deshumaniza a muchos sectores de la sociedad, de acuerdo al informe anual del grupo defensor de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI).

El organismo con sede en Londres indicó que dos de los países donde se está registrando ese fenómeno son el Reino Unido y Estados Unidos.

Kerry Moscoguiri, director de campañas de AI, dijo que en Gran Bretaña los meses previos al referéndum por el Brexit -la salida británica de la Unión Europea (UE)- fueron un momento “especialmente bajo y con consecuencias muy graves”, entre ellas un aumento del 57% en el número de incidentes de odio sectario.

Moscoguiri acusó al Gobierno británico de crear “un clima hostil para los refugiados y migrantes”, al tiempo de deshacerse de responsabilidades para con ellos, en especial al rechazar a cientos de niños refugiados sin acompañantes adultos.

Pero el Reino Unido no fue el único país del mundo que utilizó un lenguaje agresivo contra los más vulnerables de la sociedad, ya que 2016 vio a varios líderes mundiales utilizar “el peligroso mensaje de que algunas personas son menos humanas que otras”.

Tirana Hassan, directora del área de investigación sobre crisis de AI, destacó en especial aquellos discursos que instigaron a la violencia por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, del mandatario húngaro de derecha, Viktor Orbán, quien llamó a un referendum sobre el futuro de los refugiados sirios, y el líder filipino Rodrigo Duterte, que lanzó una guerra al narcotráfico con un costo de miles de vidas humanas.

“Este reporte documenta las consecuencias humanas de líderes como Trump, Orbán, Duterte, y otros, cuyas agendas políticas tóxicas persiguen, utilizan como chivos expiatorios y deshumanizan a muchos grupos de personas”, explicó Hassan.

Esos ataques no solo amenazan vidas humanas, sino también amplios sistemas de valores protegidos por la ley internacional después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), agregó la experta.

Al respecto, la directora de AI en el Reino Unido, Kate Allen, afirmó que cuando se utilizan discursos que mezclan frases como ‘retomar el control de nuestro país’ o ‘hacer que Estados Unidos sea grande de nuevo’, y se los asocia con políticas para tratar a ciudadanos europeos como fichas para negociar o prohibir a refugiados de acuerdo a su religión, “ello genera un odio y desconfianza profundos, envíando una señal fuerte acerca de que algunas personas tienen más derechos humanos que otras”.  

“¿Nos hemos olvidado acaso de las protecciones de derechos humanos que creamos después de las masivas atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, y que buscan garantizar que cuando decimos ‘nunca más’ estemos significando realmente ‘nunca más’?”, se preguntó Allen.

Según la funcionaria de AI, 2016 fue un año “cargado de desprecio” para esos ideales, “desde los bombardeos de rutina a hospitales en Siria y Yemen, hasta la supresión violenta de disentimiento, y ataques a refugiados y migrantes”.

El documento destacó también que en todo el mundo, 36 países violaron la ley internacional y forzaron a refugiados a regresar a zonas de conflictos o a lugares donde sus derechos humanos estaban en peligro.

El reporte anual de AI fue particularmente crítico por la imposibilidad de suspender el brutal bombardeo del este de Aleppo, en la etapa final de la campaña militar apoyada por Rusia, cuando fueron utilizadas armas químicas y bombas anti-búnker contra civiles.

Esa inacción “hizo recordar fallas similares en Ruanda y Srebrenica en 1994 y 1995”, y fue una dura acusación contra los principales poderes mundiales y la ONU “paralizados por sus rivalidades mientras miles de civiles sufrían”.

“Nunca estas fallas fueron tan aparentes como en diciembre de 2016, cuando todos fuimos testigos del brutal bombardeo de Aleppo, y cuando esos espantosos crímenes de guerra quedaron retratados en nuestros televisores”, explicó Moscogiuri.

El reporte de AI también criticó duramente al Gobierno británico por reforzar el sistema de vigilancia digital a partir de una nueva ley de espionaje, que permite al Estado acceder a la vida privada de millones de ciudadanos.

“Al introducir uno de los regímenes más amplios de vigilancia masiva que jamás hayan existido en el mundo, el Reino Unido ha dado un paso significativo hacia una realidad en la que no se reconoce ahora el derecho a la privacidad”, subrayó el documento.

Sin embargo, Amnistía dijo que 2016 no fue solo un año de malas noticias, ya que la feroz represión en muchos países llevó “al coraje y resistencia” en muchas personas, desde el pueblo de Gambia que puso fin a 22 años de dictadura a partir de elecciones pacíficas, hasta la protesta olímpica del maratonista etíope Feyisa Lilesa, o el heroico activismo del joven “payaso de Aleppo”.

Lilesa dio cuenta de la lucha histórica de su tribu Oromo, al cruzar sus brazos cuando alcanzaba la línea de llegada, un gesto de desafío que potencialmente podría haberle costado la medalla olímpica.

Por su parte, el comediante de 24 años Anas al-Basha optó por quedarse en una Aleppo sitiada para distraer y entretener a cientos de niños atrapados allí, y murió en esa ciudad tras un bombardeo en diciembre.

“Decir que los derechos humanos son un proyecto de las élites ha demostrado ser falso. Los instintos de las personas para defender la libertad y la justicia no desaparecerán jamás”, concluyó el informe de AI. (I)

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