Para acontecimientos tan importantes como las bodas, hay decenas de costumbres que intentan atraer la buena fortuna para la nueva pareja. Hoy, la mayoría realiza este ritual por tradición más que por creencia. Porque si todas estas supersticiones realmente sirviesen no habría divorcios, ¿no? Aquí van unas pocas.

Algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul: cada cosa tiene un por qué. Lo nuevo está relacionado con el inicio de una vida próspera y feliz. Lo viejo hace referencia a los buenos recuerdos del pasado. Lo prestado simboliza la amistad, y el azul, la fidelidad y el amor eterno.

No ver el vestido de la novia: esta creencia provendría de épocas muy antiguas cuando los matrimonios eran acordados por las familias y la tradición impedía que el novio vea a la novia antes de que sea su esposa. Se trataba de evitar que él se arrepintiera y la dejara plantada.
Si amigos o familiares ven el vestido y se lo describen al novio, el matrimonio podría tener mala suerte.

El velo: en la tradición romana el velo de la novia se utilizaba para protegerla de malos espíritus; y también se dice que el usar velo mantiene lejos los celos de las mujeres que desean al novio.
La corbata, recta: vigile que el novio lleve la corbata o corbatín bien rectito, porque si está torcido significa que le será infiel. La infidelidad se relaciona con todo lo que está chueco.

¿Por qué en el dedo anular?: Los anillos de bodas se colocan en el dedo anular porque antes se creía que por este dedo pasaba una vena que iba directo al corazón. Hoy sabemos que todos los dedos llevan y traen sangre del corazón.

Lanzar arroz cuando los novios salen de la boda: el arroz ha sido símbolo de fertilidad para muchas civilizaciones. Cuando los invitados lanzan arroz a los novios les auguran mucha descendencia y prosperidad.

La luna de miel: esta tradición tiene su origen en antiguos pueblos europeos que celebraban sus bodas bajo la luna llena. Los novios tomaban una bebida a base de vino y miel que despertaba el lado erótico. Ir de luna de miel asegura un buen inicio para la vida de casados.