El vuelo 19
En diciembre de 1945 un escuadrón de cinco bombarderos de la marina norteamericana parte de una base cercana a Miami. Los aviones nunca regresaron a tierra y nunca fueron encontrados. Hasta que Berlitz lo incluyó en su lista se lo consideraba un accidente más de los tantos que había en aquella época.
Aprovechando su experiencia como piloto, Larry Kusche recorrió en una avioneta la ruta que habrían seguido los pilotos de entonces y encontró una explicación racional de los hechos: “Los aviones salieron de Fort Lauderdale a las 2:10 y horas más tarde, cuando el escuadrón ya estaba extraviado, Charles Taylor (el piloto guía) contactó al piloto Robert Cox para pedirle ayuda. Cox me dijo que Taylor estaba convencido que tenía la brújula dañada, que pensaba que estaba en los Cayos de Florida y no sabía cómo regresar.
Pero seguramente estaba sobre las islas Bahamas -mucho más al este- y por eso su brújula no coincidía con lo que creyó ver. Voló hacia el norte, hacia el océano Atlántico y se alejó hasta que los aviones gastaron su combustible y cayeron al mar. Sucesos así no han vuelto a ocurrir desde que se inventó el GPS”.