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El Telégrafo
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¿Por qué sustituir importaciones?

¿Por qué sustituir importaciones?
10 de febrero de 2014 - 00:00

El Ecuador es el primer exportador de cacao fino de aroma, su inmejorable calidad es reconocida alrededor del mundo, pero esas distinciones sirven de poco a la hora de destinar más de $ 34 millones anuales a la importación de chocolates. Si bien en los últimos años, el país ha avanzado en producción nacional de calidad y se formó una asociación para fomentar las exportaciones, todavía vendemos la fruta y destinamos millones de dólares a la compra del producto final a otros países. Esas contradicciones son visibles en otros artículos e incluso se importan mercancías que bien podrían producirse en el Ecuador. La visibilidad de este tipo de situaciones se produjo a raíz de la decisión del Gobierno de poner en funcionamiento un riguroso control de calidad a la importación de 314 subpartidas (que incluyen múltiples productos) y al anuncio de la implementación del modelo de sustitución de importaciones.

Todo empezó a inicios de diciembre con la exigencia gubernamental de certificados de calidad para la importación de bienes. Semanas después llegó el lanzamiento de una política de sustitución de importaciones no solo para impulsar la industria nacional sino también para preservar las divisas tan necesarias para sustentar la dolarización que rige desde 2000, ante una balanza comercial cuyo déficit viene expandiéndose.

La situación también ha evidenciado las millonarias importaciones que entran al Ecuador de productos que podrían fabricarse en el país. Los casos más visibles por su impacto mediático y comercial fueron inicialmente los de la importación de carne molida para hamburguesas, a la que se destinan $ 3 millones anuales, y las papas fritas que venden las grandes transnacionales de comida rápida, por las que se pagan unos $ 8 millones al año, según cifras entregadas por el Ministerio Coordinador de Producción, Empleo y Competitividad (MPEC).


Estas nuevas estrategias llegan luego de que el Gobierno está 7 años en el poder, por lo que durante el Enlace Sabatino del 1 de febrero, el presidente Rafael Correa hizo un mea culpa: “El país importa cualquier cosa, me da hasta vergüenza como el primer presidente economista de la historia que después de 7 años de Gobierno todavía esté hablando de sustituir papas fritas que importamos. Aunque no lo crean importamos papas fritas, ¿no podemos producir papas fritas? Creo que en el siglo XXI, Ecuador puede producir el 100% de las hamburguesas y el 100% de las papas fritas”.

Según las últimas cifras del Banco Central del Ecuador (BCE), la balanza comercial total registró entre enero y noviembre de 2013 un déficit de $ 1 351,9 millones, muy por encima de los $ 506,7 millones del mismo período de 2012 (gráfico 1).



Al mirar en detalle el comportamiento de las importaciones (gráfico 2) se constata que la mayor variación anual se produjo en combustibles y lubricantes (12,9%), producto de las paralizaciones de la Refinería de Esmeraldas para mantenimiento. Esas importaciones disminuirán con la construcción de la Refinería del Pacífico. Le siguen materias primas y bienes de capital que aumentaron en 9,1% y 6,4%, respectivamente. El Gobierno explicó que esta dinámica es inevitable cuando un país crece y que responde a la construcción de grandes obras de infraestructura como las 8 nuevas hidroeléctricas.



Quedan las importaciones de bienes de consumo que aunque en menor ritmo siguen creciendo. Entre enero y noviembre de 2013 ese rubro se elevó un 3,5% y sumó $ 4 608,9 millones. Hacia allá apuntan las recientes medidas tomadas por el Gobierno: a detener el crecimiento paulatino de las importaciones de bienes de consumo e incluso reducirlas y reemplazarlas por producción local.


“En este momento hay un problema de déficit comercial, hay más de $ 1 300 millones en negativo, esto es más importaciones que exportaciones”, señaló el analista económico y docente de la Universidad Católica de Guayaquil, Luis Rosero, quien reconoció que las medidas administrativas van a causar molestias, aunque consideró que son necesarias para ir superando el déficit.


Explicó que otra medida que el Gobierno tomaría a mediano plazo “es el aumento de aranceles de ciertos productos, para disminuir el nivel de importación. Pero todo esto se verá en unos meses más adelante, dependiendo de cómo avanza el déficit comercial”.


El ministro del MPEC, Richard Espinosa, no descarta un “ajuste” arancelario para bienes suntuarios. “Siendo suntuario es la oportunidad de hacer un ajuste y poder subir (aranceles) a niveles que no sobrepasen la normativa de la OMC”, Organización Mundial del Comercio, señaló en entrevista con EL TELÉGRAFO.
El tema se está evaluando en el Comex.

Paso a paso
El control de las importaciones se produjo primero a través de la implementación de nuevas normas por parte del Instituto Nacional de Normalización (INEN) para evitar el ingreso de millones de productos de mala calidad. Según el director de la entidad, Agustín Ortiz, hasta diciembre de 2014 se establecerán entre 200 y 300 reglamentos (hoy son entre 120 y 150) “que van a controlar el 80% de los productos que ingresan al país”, con lo que cree disminuirá la importación de bienes que no puedan cumplir la normativa. Niega que se trate de una prohibición de importaciones, sino de ejercer el control que no se ejercía por parte del Estado para beneficio de los consumidores.


La normativa fue recogida en la Resolución No. 116 del Comité de Comercio Exterior (Comex), publicada el 4 de diciembre de 2013 y que establece para los importadores la obligatoriedad de presentar ante el Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae) el “Certificado de Reconocimiento” como parte de la declaración aduanera y que sirve para autentificar la calidad de los productos.


Desde entonces, unos 650 contenedores se encontraban detenidos en la Aduana y su liberación ha sido paulatina a medida que se cumplen los procedimientos, el INEN emite los Certificados de Reconocimiento y el Ministerio de Industrias y Productividad (Mipro) firma convenios con distintos sectores para flexibilizar plazos y lograr compromisos de aumentar la producción nacional.


El ministro de Industrias, Ramiro González, confirmó que existen empresas “que de un día para el otro pueden producir más en el país y lo han hecho”. Citó algunos ejemplos: la del grupo empresarial Danec (de oleaginosas) que ofreció incrementar la producción nacional este año en $ 18 millones, la industria de cosméticos lo hará en $ 52 millones y la de fabricación de tapas de bebidas en $ 14 millones. “En 2 meses de medidas de sustitución de importaciones se han ahorrado $ 200 millones”, anunció a través de la red social Twitter.


La meta del Gobierno es en 2014 reducir importaciones por casi $ 800 millones y completar hasta 2017 $ 6 350 millones, a través de la sustitución de importaciones, la aplicación de las normas de calidad y revisiones arancelarias, según anunció Correa en su espacio sabatino. En este año se prevé sustituir el 5% de las importaciones; en 2015, el 11%; en 2016, el 19%, y en 2017, el 28% (gráfico 3).




Los sectores industriales en los que se podría reemplazar importaciones se aprecian en el gráfico 4.

Industrialización, un tema pendiente
Desde el Gobierno y varios sectores productivos como los de carnes, cosméticos, alimentos y otros, la decisión de sustituir importaciones abre la oportunidad para impulsar la industria nacional y trabajar en dar valor agregado a los productos.


El presidente Correa afirmó que la participación del sector industrial en el producto interno bruto (PIB) real fue de 13,3% en 2013 y dijo que el objetivo es lograr elevar esa cifra a 25% hasta 2024. En comparación, otros países registran cifras mucho más altas: China, 45,3%; Corea, 39,8%; Israel, 31,4%; Singapur, 26,8%; Japón, 26,3%; Brasil, 26,3%; India, 26,1%; Colombia, 12%; y Chile, 10,4%, según datos de los bancos centrales de cada país proporcionados por el mandatario.

En los últimos 20 años “el país no se ha industrializado”, añadió.
Algunos voceros del sector empresarial como Blasco Peñaherrera de la Federación de Cámaras de Comercio del Ecuador o Roberto Aspiazu del Comité Ecuatoriano Empresarial han expresado sus reparos a la política adoptada por el Gobierno y sostienen que se trata de la reedición del “modelo cepalino” de los cincuenta, sesenta y setenta que proponía la industrialización de las economías por sustitución de importaciones.


“La restricción de las importaciones, o la caduca idea de la sustitución de las mismas, no fortalecen un sistema económico, por el contrario la debilitan. Si el problema es la falta de dólares en la economía tome medidas lógicas, controlando el gasto y generando confianza en nuestro país”, afirmó la semana pasada Peñaherrera en un comunicado publicado en la prensa.


Lucas Pacheco, economista, investigador y autor del libro Política Económica. Fundamentos para en la Economía Política, de reciente publicación, explica que el esquema propuesto por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de sustitución de importaciones “ha sido un esquema de desarrollo que ha estado presente desde el que existe el capitalismo con distintas circunstancias históricas. Ese esquema dio resultados para grandes economías como México, Argentina o Brasil que fueron “los primeros que se industrializaron”, pero el esquema “no logró cuajar o lo hizo de manera simplificada” en más países pequeños como Ecuador o Perú. “Lo que está retomando el Gobierno es una modalidad, muchos dicen caduca porque no conocen la trayectoria histórica del capitalismo, pero bastante adecuada, dado que contamos con condiciones distintas de las que teníamos en 1972. Hay condiciones para proceder con este modelo”, indica.


“El Ecuador de los setenta no es el Ecuador de ahora que tiene una economía sana, con una inflación de 2,8%. En ese tiempo teníamos entre el 40% y 50% de inflación. Tenemos una infraestructura para la competitividad sistémica importantísima en puertos, aeropuertos, carreteras, infraestructura eléctrica. Tenemos la generación de energía eléctrica más barata de América Latina. Con los salarios somos competitivos a nivel internacional. Tenemos estabilidad política, es decir, hay condiciones muy favorables para la inversión en el Ecuador”, afirmó el ministro González.

Resguardando la dolarización
La La entrada de divisas es clave para mantener la dolarización y las importaciones demandan salida de dólares, por lo que el Gobierno busca, a través de las medidas implementadas, restringir la salida de la moneda estadounidense.


“La estructura económica del país a partir de la dolarización fue más propensa a importar. Según un estudio, por cada punto de crecimiento del Ecuador la propensión a importar es mayor a 1 y la de exportar es menor a 1. Mientras más crezca la economía el déficit comercial seguirá creciendo y, si no lo revertimos, es una amenaza a la sostenibilidad del modelo económico”, explicó Andrés Arauz, subsecretario para el Buen Vivir, de la Senplades.


Para el presidente Correa “cada vez que importamos perfumes, chocolates, es como botar la plata del petróleo (mayor fuente de entrada de divisas) hacia fuera”. Y “el que quiera comer chocolate importado, el que quiera perfumarse con perfume importado que pague lo que tiene que pagar y que no nos desperdicie dólares por gusto”, enfatizó.


El presidente se refiere a esos y otros productos importados, como licores, teléfonos celulares, cuyos aranceles se incrementaron o se establecieron cupos anuales de importación con el objetivo de restringir las compras al exterior.


“Lo más fácil es importar, solo se necesita tener plata, poner la chequera, traer una cantidad de productos de diferente tipo, se importan, se ponen en la percha y se venden”, señala el ministro Espinosa, por lo que fomentar la producción local requiere un “mayor esfuerzo y dedicación”.


Al ser consultado sobre la capacidad de la industria nacional para asumir el reto, Espinosa explica que de lo que se trata es de “aprovechar al máximo la capacidad instalada” que muchas veces está subutilizada y aportar desde el Gobierno para instalar nuevas industrias, a través de flexibilización en la normativa y ampliación del financiamiento. Ahí es clave el nuevo código monetario y financiero que el Ejecutivo presentará en las próximas semanas a la Asamblea Nacional para establecer mayores recursos de la banca privada, hoy volcados para el crédito de consumo, hacia el crédito productivo.


Teófilo Carvajal, gerente de la Federación de Ganaderos del Ecuador (Fedegan), uno de los sectores visibilizados a raíz del debate sobre la importación de carne para hamburguesas, es enfático al señalar que su sector “sí está preparado” para contribuir en la sustitución de importaciones. “Tenemos la suficiente cantidad de materia prima y un ganado de calidad. Construir las instalaciones no demanda gran inversión”, añade.


Y aunque los sectores industrial y agrícola han sido los protagonistas, el Gobierno también prevé contener la salida de divisas en el ámbito turístico. El plan contempla impulsar el turismo interno para que los dólares se gasten el país, abrir nuevas rutas internacionales para aerolíneas como TAME y de ese modo lograr que los recursos se queden en el Ecuador e impulsar el turismo internacional para que los visitantes traigan dólares. Además, el Gobierno trabaja en fomentar significativamente las exportaciones.


Todas estas medidas buscan garantizar las divisas para sostener la dolarización.


“Es saludable que el Estado tenga un mayor control de la liquidez, en la medida en que nos valemos del dólar, pero no está en nuestras manos sino en las del Gobierno de Estados Unidos, de los grandes bancos internacionales, de la balanza de pagos del Ecuador”, opina el economista Pacheco.

Campaña Primero Ecuador
Miles de productos que entran al país podrían fabricarse localmente y así ahorrar las divisas que salen. Por ejemplo, entre enero y noviembre de 2013 se gastaron $ 5 millones en jugos y zumos de frutas, $ 44 millones en confites, $ 185 millones en artículos de aseo personal, unos $ 88 millones en juguetes e incluso $ 1 millón en hierbas aromáticas, según datos del Banco Central.


En el gráfico 5 se pueden observar algunos ejemplos del creciente aumento de importaciones en artículos como salsa de tomate, dentífricos, bicicletas, perfumes, que podrían producirse en el país o que sería factible incorporar mayor componente nacional. Elaborar esos y otros artículos demanda nuevas inversiones de empresas locales, alianzas con compañías extranjeras, pero también la decisión de los consumidores de comprar lo nacional.


En ese marco, el Ministerio Coordinador de Producción fortalecerá la campaña ‘Primero Ecuador’, una marca reconoce la calidad de lo hecho localmente. Además, esa cartera de Estado mantiene conversaciones con supermercados y autoservicios para lograr mayor presencia en de esos artículos en las perchas.


El consumo interno, uno de los componentes que más impulsa el crecimiento de la economía y que es el resultado del mejoramiento de las condiciones de vida y del salario real de la población, será clave en el desarrollo de las industrias y en la búsqueda de reducir importaciones y mantener los dólares en el país.

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