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El Telégrafo
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Inversión e industrialización en América Latina, desafíos para 2014. Entrevista a Sandra Manuelito

Inversión e industrialización en América Latina, desafíos para 2014. Entrevista a Sandra Manuelito
16 de diciembre de 2013 - 00:00

El Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe, publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), corrigió a la baja su proyección de crecimiento de julio de 3%. La región cerrará este año con una tasa de 2,6% y para 2014 se espera una expansión de 3,2% en medio de un entorno externo más favorable, pero con persistencia de la volatilidad financiera. Sandra Manuelito, de la División de Desarrollo Económico y una de las autoras del informe, analiza desde Santiago de Chile el desempeño de la economía regional, su relación con el contexto internacional y los factores que explican la desaceleración del crecimiento.

¿Cómo están las previsiones para América Latina y el Caribe?

Nuestra estimación de crecimiento para este año es de 2,6%, lo  que significa que la región ha mantenido una cierta desaceleración en su crecimiento en los últimos 3 años y estimamos para 2014 una tasa de crecimiento de 3,2%, que significará un desempeño algo mejor.

¿Se necesita algún tipo de política para que se cumplan las expectativas para el próximo año?
Nuestra propuesta es la generación de acuerdos nacionales que estimulen el crecimiento de la inversión, en el documento lo llamamos Pactos Sociales para la Inversión, que estimulen la productividad, porque hemos observado que la inversión se mantiene todavía baja en bastantes países de la región y no ha crecido en forma importante. En los países que ha crecido está direccionada, principalmente, a sectores transables (como agricultura, pesca, petróleo) muy vinculados a productos básicos que tienen menos encadenamientos con el resto de la economía.

¿Y cómo está la situación de la industria en la región?

Lo que observamos es que, en la mayor parte de los países, la industrialización tuvo un crecimiento más bien modesto.

¿La cifra regional para 2013 es mejor que la del promedio de la economía internacional? ¿Cómo están manejando la crisis otros países?

América Latina ha resistido de buena manera la crisis internacional. La tasa de crecimiento de América Latina es mayor a la de las economías desarrolladas que están todavía en proceso de recuperación, un poco más adelantado en Estados Unidos y recién iniciándose en el caso de Europa, pero la tasa de crecimiento de América Latina todavía es inferior a las tasas de los países del Asia en desarrollo como  China, por ejemplo.

¿Se podría decir que lo peor de la crisis económica ya pasó?

Siempre nos gusta pensar que lo peor ya pasó. Estamos observando una mayor demanda de los productos de la región, eso se ve en las importaciones desde la Unión Europea, China y Estados Unidos, cuyo crecimiento se venía desacelerando en los últimos trimestres y, a partir del tercer trimestre de este año, se observa una inflexión, ya no se ven caídas. En particular, las exportaciones hacia la Unión Europea se revertieron y empezaron a tener una caída bastante menor, si bien todavía están cayendo. Estados Unidos y China muestran tasas positivas en el tercer trimestre. Eso nos hace pensar que el próximo año, la demanda externa de los productos de la región podría ser también un elemento que impulsaría el crecimiento. Y, por otro lado, está también la disminución de la incertidumbre sobre la situación económica de Europa que pareciera está creciendo. Por el lado de las incertidumbres que estaban presentes antes parece ser que lo peor ya pasó, obviamente siguen existiendo algunas fuentes de incertidumbre: una es qué pasa con el precio de los commodities, la segunda es qué pasa con el cambio de la política monetaria de Estados Unidos, lo cual puede impactar financieramente a las economías de la región.

¿Decir que la economía de la región se está desacelerando es preocupante, tendría que servir de alerta o es parte del ciclo económico?

Hay elementos, por un lado, que tienen que ver con el ciclo económico de los precios de las materias primas, ya no se observan esas alzas que se observaban hace 2 o 3 años, cuando hubo alzas sistemáticas, persistentes, de los precios de los commodities entre 2003 y 2010, con la excepción de 2009, a raíz de la crisis, pero luego se recuperaron en forma bastante rápida. Por un lado, está un empuje ya no tan fuerte del precio de los commodities que permitieron aumentar el ingreso de las economías de la región que dependen de esos productos en forma importante. Pero, por otro lado, también están algunas vulnerabilidades que tienen que ver con el aumento del déficit en la cuenta corriente. Si bien no es un problema, por ahora, porque se puede financiar y se está financiando en los mercados internacionales, lo que estamos observando es que los costos de ese financiamiento están aumentando. Ahí podríamos ver una señal de alerta, de un aumento paulatino del déficit en cuenta corriente y costos más altos  del financiamiento externo.

¿En qué se basa la estimación de mayor crecimiento para el próximo año?

Resultaría de una combinación de elementos externos. Estamos estimando un mayor crecimiento de la economía mundial impulsado por la continuación del crecimiento de las economías emergentes y la recuperación de las economías desarrolladas, un crecimiento algo mayor de Estados Unidos y un crecimiento positivo en la economía europea que ha estado en recesión hasta ahora, y que aparentemente ha empezado a salir de la recesión en los últimos meses de 2013. Y, por otro lado, también se basa en la recuperación de las economías de Brasil y México que durante este año crecieron por debajo del promedio regional y son 2 economías que impactan bastante en el resultado global de la región.

¿Qué ocurrió en esos países?

En el caso de Brasil las políticas que se implementaron a comienzos de año para estimular el crecimiento no lograron dinamizar en la forma deseada la economía interna, en particular, la producción industrial. Por otro lado, el consumo que era un motor importante de la economía creció a tasas más bajas debido, por un lado, al menor crecimiento de la masa salarial, y por otro, al aumento de las tasas de interés lo cual impactó en el crecimiento del crédito. Además, las exportaciones no se dinamizaron como se deseaba y tuvieron un crecimiento bastante modesto en el año. A esto se suma la conducción de la política monetaria con alzas de la tasa de interés, lo que impactó en la actividad económica interna. También la volatilidad internacional golpeó al sector financiero brasileño y eso añadió bastante incertidumbre. Con relación a México, la reducción en la estimación fue por un lado, por el impacto de la caída del gasto público durante el primer semestre y al impacto en la discusión fiscal por el cambio de gobierno. A esto se añade que es una economía que depende muchísimo del comercio con Estados Unidos y si bien ese país creció este año, no lo hizo a tasas tan altas y, entonces, hubo impacto en el sector manufacturero mexicano.

¿Cómo ven la situación de Ecuador?

Ecuador es uno de los países que sigue creciendo por sobre el promedio regional. Este año cerraría con un 3,8% (en 2012 creció 5,1%). En el primer semestre del año hubo una desaceleración que después se revirtió parcialmente en el segundo semestre gracias a  programas de inversión pública y al aumento del consumo de las familias. Para el próximo año estimamos un crecimiento mayor, de 4,5%, derivado, por un lado, de la continuación de estos programas de inversión, de la materialización de algunos proyectos que están en cartera y también del impacto positivo de la explotación petrolera en el Yasuní.

Volviendo a la región, ¿hay que preocuparse por el sector externo?

Lo que observamos en 2013 es una disminución del superávit comercial de la región. Este saldo positivo ha disminuido a raíz de un mayor crecimiento de las importaciones en respuesta a una dinámica demanda interna y a un menor crecimiento debido a la caída de los precios de los commodities, principalmente. Eso se ha traducido en un deterioro del balance en cuenta corriente, que ha sido financiado, principalmente, con inversión extranjera directa y con inversión en títulos desde resto del mundo. Lo que estamos viendo es una luz que puede servir de alerta en el aumento del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos y en el mayor costo del financiamiento de ese déficit en el mercado internacional.

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