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Industrias básicas, el eslabón pendiente

 Industrias básicas, el eslabón pendiente
17 de marzo de 2014 - 00:00

La preocupación por el persistente déficit registrado en el sector externo, por un lado, y la intención de transformar la matriz productiva del Ecuador, por otro, han desnudado la necesidad de establecer una política industrial para fomentar la producción local y de sustituir paulatinamente las importaciones (que exigen salida de divisas con lo que existe un impacto directo en la dolarización) y, más recientemente han demostrado la falta de un instrumento claro que permita identificar el componente nacional de la producción y de las empresas nacionales.

Este vacío está resuelto gracias a una nueva metodología implementada por el Servicio de Rentas Internas (SRI) para ir hacia atrás en la cadena de valor en hasta 6 pasos y desagregar en cada uno el contenido nacional y extranjero.

Con la base de datos del organismo se realizó un minucioso análisis de los sectores: agricultura-ganadería, pesca, manufactura, construcción, comercio, transporte y comunicaciones, actividades inmobiliarias, hoteles y restaurantes y salud, con contribuyentes especiales que son proveedores del sector público. El desglose de 2 158 empresas que vendieron al Estado unos $ 8 963,70 millones el año pasado, el SRI pudo establecer que el componente nacional promedio fue del 51,06% (gráfico 1). En el análisis se puede observar  que el sector de hoteles y restaurantes es el que mayor componente nacional tiene (75,26%) mientras que comercio, el que menos (25,96%).

EN BREVE

Sustitución. Con esa estrategia el Gobierno busca impulsar la industria nacional y reducir las importaciones. 

Componente nacional. La metodología del SRI permite mirar la cadena de valor hacia atrás en hasta 6 pasos. 

Industrias.  La meta es aumentar la participación de ese sector en el PIB real de 13,3% a 25% en 2024. 

Industrias básicas.   Son utilizadas para fabricar productos elaborados. Petroquímica y siderúrgica son algunos ejemplos.

En la información entregada por el SRI también llama la atención la situación de empresas específicas que tienen un reducido porcentaje de componente nacional. Es el caso del sector de manufactura automotriz que según la ensambladora registra un mínimo de 6,56% y un máximo de 12,45% (gráfico 2). Otro ejemplo es el de la industria farmacéutica que tiene de 7,09% a 21,89% de contenido local. En lo que se refiere a supermercados el componente nacional  no llega al 50%. Una lectura de estos datos podría ser que en las perchas la mitad de los productos son importados.

En promedio, “solo la mitad de lo que se vende en el Ecuador es producto nacional, la otra mitad es producto importado y esto es gravísimo y lo vamos a corregir porque esta es la clave de desarrollo: capacidad de producción nacional, de empleo nacional, de valor agregado nacional”, señaló el presidente Rafael Correa en el Enlace Sabatino 364.

El mandatario reconoció que hasta antes de este trabajo del SRI no existía un método para determinar con exactitud el componente nacional. “No teníamos como detectar eso, ahora tenemos cómo hacerlo y (así se puede) determinar exactamente el componente nacional y esto va a ser un poderoso instrumento para el impulso al trabajo y a la producción del Ecuador”.

De hecho, a través de las compras públicas será posible incentivar, escoger y adquirir según el porcentaje de componente que cada proveedor tenga. La idea es premiar a la empresa o sector que más añada.

El director del SRI, Carlos Marx Carrasco, que en los próximos días dejará esa institución y asumirá la cartera de Relaciones Laborales, explicó a EL TELÉGRAFO que la nueva metodología “es una primera aproximación, estamos trabajando para continuar depurando. Con esta línea base sabemos cuánto componente nacional hay y luego puedo decir: ‘es un objetivo estratégico del Estado en los siguientes 4 años, por ejemplo, aumentar 10 puntos el componente nacional ...  y ya sabrá a cuánto tiene que llegar” cada sector.

“Eso nos sirve, por ejemplo, para definir si le doy incentivo o le cobro un impuesto” a determinada industria. Carrasco no confirmó si está en marcha la aplicación de medidas en ese sentido, pero se mostró partidario de trabajar en una “ley de desarrollo industrial” que contemple reglas claras en los ámbitos científico, tecnológico, arancelario e impositivo, entre otros.

En el Ecuador el componente nacional llega solo al 50%, en promedio. El Gobierno busca ampliar esa cifra y reducir importaciones.

“Que el gato se haga tigre”

Impulsar una política industrial fue uno de los elementos fundamentales del desarrollo de los ‘tigres asiáticos’ (Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán). Entre 1960 y 1990 esos países lograron altas tasas de crecimiento e industrialización. En el Ecuador, el Gobierno está empeñado en desarrollar la industria local, no solo por sus implicaciones para el empleo, el crecimiento y el eventual aumento de  las exportaciones, sino también para dejar atrás un modelo fuertemente ligado a las importaciones.

Andrés Arauz, subsecretario general de Planificación para el Buen Vivir, recordó hace unas semanas que “el país vivió un proceso de desindustrialización de 25 años y ahora hay la oportunidad de  reconstruir el sector con la sustitución estratégica de importaciones”.

El director del SRI explica que en el caso de los “tigres asiáticos”, el Estado aplicó incentivos y protección a algunos sectores. “Ellos comenzaron como gatitos, el Estado consiguió que se hagan tigres, no el mercado ... en cambio acá se comenzó incentivando al gatito, pero pasó el tiempo y el gato sigue siendo gato. La idea es que el gato se haga tigre”, dijo. “Esa es una deuda de algunos sectores que han sido protegidos y es una deuda de las políticas públicas que no han sido lo suficientemente eficaces como para exigir unos resultados”, agregó.

Correa ha explicado que en 2013 la participación del sector industrial en el producto interno bruto (PIB) real fue de 13,3% y que el Gobierno busca elevar esa cifra a 25% hasta 2024.

La balanza comercial en enero registró un déficit de$ 188,7 millones, cifra menor a la de enero de 2013, según los últimos datos del Banco Central.

A raíz de la estrategia de sustitución de importaciones que inició en diciembre con la aplicación de normas de calidad para más de 200 subpartidas, decenas de industrias han suscrito convenios con el Ministerio de Industrias para trabajar en cubrir la demanda nacional, en producir lo que antes se importaba y en agregar mayor componente local a los productos y servicios.

“Hemos logrado concienciar al empresario ecuatoriano que es mejor producir aquí que importar. Además, un país con  un esquema  dolarizado necesita producir más porque nosotros no generamos  divisas, entonces, necesitamos que el sector productivo se ponga la camiseta del Ecuador y que comience a producir en el país”, aseguró el ministro de Industrias y Productividad, Ramiro González a EL TELÉGRAFO.

 

El tema pendiente: industrias básicas

Y si bien algunos sectores han logrado en plazos relativamente cortos producir lo que antes importaban, para otros -dispuestos a trabajar de la mano del Gobierno-, el asunto es más complejo.

Por ahora, el Presidente ya anunció nuevas líneas de crédito que contribuirán a que los empresarios, sobre todo a los pequeños y medianos, realicen nuevas inversiones y se inserten en el cambio de la matriz productiva. La Corporación Financiera Nacional (CFN) anunció un plan para prestar entre $ 50 mil a $ 25 millones que podrán ser utilizados en obra civil, maquinaria, equipos e innovación tecnológica.  También estará abierto un nuevo Fondo Nacional de Garantía para respaldar a aquellas empresas que no cuentan con garantías, pero sí con proyectos sólidos y rentables (gráfico 3).

El Gobierno ha empezado por sustituir, por ejemplo, productos como tapas de botellas, papas fritas, carne, salsa de tomate y mayonesa, entre otros, pero el cambio requiere mayor profundidad y es ahí donde entra la necesidad de desarrollar industrias básicas que elaboran las materias primas que son utilizadas para fabricar productos elaborados.

Como han explicado las autoridades se requiere ir hacia atrás en la cadena de valor e identificar qué se puede sustituir y qué no.

Por ahora productos derivados de la petroquímica y la siderúrgica, por ejemplo, son imposibles de reemplazar. Componentes relacionados con estos sectores (tipos de acero, plásticos, resinas, entre otros) constituyen la base de industrias como la automotriz y la metalmecánica.

Solo las importaciones de combustibles y lubricantes siguieron creciendo en enero. Se redujeron las de bienes de consumo, de capital y materias primas.

El ministro González explicó que “las industrias básicas son de más largo aliento para su maduración, pero ya estamos trabajando en ello”. De su lado, Carrasco admitió que “sin el desarrollo de los sectores estratégicos, de las industrias básicas, en especial de la siderúrgica, de la petroquímica, tampoco hay posibilidades de cambiar sustancialmente la matriz productiva”. De ahí la importancia de avanzar en ese sentido. Los proyectos de la Refinería del Pacífico (en Manabí) y de plantas siderúrgicas (incluidas en los planes de la Secretaría Nacional de Minería) permitirían ahondar las transformaciones que ya empezaron. Sin embargo, la construcción de la refinería ha sido dilatada y hasta el momento no hay certeza del financiamiento de unos $ 10 mil millones (refinería y petroquímica), ni de los plazos en los que entrará en operación, lo que además permitirá reducir las importaciones de combustibles y lubricantes que significan un gran volumen e ingentes recursos para el Estado por concepto de compras y subsidios. Con respecto a la siderúrgica, todavía se están determinando posibles áreas de extracción de hierro para su explotación y posterior alimentación de una planta que se concretaría con alianzas estratégicas o socios.

David Molina, viceministro de Industrias Básicas, Intermedias y Desagregación Tecnológica indicó hace 1 año a este suplemento que el sector industrial, por lo general, no ha “sido capaz de encadenar todos los eslabones de la cadena productiva ... No tenemos cadenas consecutivas. Las nuevas inversiones se han dirigido a producir bienes finales, como la industria de ensamblaje o, en su defecto, están en la parte final de la serie donde se agrega la menor cantidad de valor y de contenido tecnológico”.

“No tenemos una consolidación real ni manejo estratégico de las industrias básicas, intermedias y finales. Nuestra propuesta es procurar el desarrollo armónico del sector productivo mediante un encadenamiento real, que parta de las industrias básicas hasta llegar a las finales”, subrayó. Por ahora, los resultados que se han observado en sustitución de importaciones están relacionados sobre todo con bienes finales.

Las compras en el extranjero de bienes de consumo son las que más se han reducido. Si bien persiste el déficit en la balanza comercial su monto está disminuyendo. En enero de 2013 el déficit fue de $ 244 millones y en el mismo mes de 2014 se redujo a $ 188,7 millones (gráfico 4).

Al constatar el detalle de las importaciones, las de materias primas son el segundo rubro más importante detrás de los combustibles y lubricantes, aunque también muestran una leve reducción de $ 595,9 millones en 2013 a $ 583,9 millones. En la balanza comercial el único componente que sigue aumentado es el de derivados de petróleo que sumó $ 402,6 millones y creció a $ 633,5 millones (gráfico 5).

 

Automotriz y metalmecánica, 2 sectores a observar

Durante el Enlace Sabatino del sábado 8 de marzo, el presidente Correa dijo que “uno de los casos más dramáticos” en lo que se refiere al porcentaje de contenido nacional es de la industria automotriz. “Tenemos empresas ensambladoras que solo tienen el 7% de componente nacional; es decir, falsa industria”. Sobre el sector farmacéutico señaló que “es poco menos que maquila”. La realidad de esas industrias requiere políticas diferentes a las aplicadas para sectores como el cosmético, el alimenticio, el del comercio.

El ministro González detalló que con el sector automotor se está tratando de incorporar más piezas del sector metalmecánico y otros componentes como cuero, asientos, etc.

El director de la Cámara de la Industria Automotriz del Ecuador, Marcelo Ruiz, confirmó que el sector mantiene conversaciones con el ministerio para completar un diagnóstico de la industria e identificar problemas, provisión de materias primas, pasos de la cadena productiva. Dentro del programa ‘Encadena’ se están buscando definir qué  partes y piezas se pueden producir.

Por ahora se están incorporando más componentes nacionales en los vehículos que se ensamblan en el país como ejes, radiadores y amortiguadores, entre otros. Pero, ante la falta de industrias básicas, fabricaciones derivadas del hierro no se pueden hacer nacionalmente y es necesario seguir importando piezas que requieren un tipo y una calidad específicos de hierro o acero.

Ruiz sostiene que en el marco del Convenio de Complementación en el Sector Automotor de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), vigente desde los sesenta, se establece un contenido de componente de integración regional, por lo que piezas colombianas pueden ser usadas en lo producido en el Ecuador. Hasta 2012, ese componente llegó al 24% (que incluye lo ecuatoriano y lo proveniente de otros países de la CAN).

En 2011, las empresas ensambladoras del Ecuador produjeron 75 743 vehículos, según la oficina gubernamental de promoción de exportaciones, ProEcuador. Los vehículos de fabricación nacional atendieron el 44% de la demanda local y las exportaciones (a Colombia, principalmente) sumaron $ 463 608 millones.

Carlos Marx Carrasco consideró que respecto a ese sector debe existir un debate sobre hasta dónde podemos llegar y sobre el costo-beneficio de esa industria.

En este y otros ámbitos, el director del SRI sostiene que la consigna de la producción nacional debe ser “mejor si es bien hecho y más barato en Ecuador … esa es la clave: hacerlo bien y a precios competitivos”.

El constante mejoramiento en la calidad, gracias a nuevas inversiones en tecnología, maquinaria y capacitación, se evidencia en un sector como el metalmecánico. Raúl Mendizábal, presidente de la Federación Ecuatoriana de la Industria del Metal  (Fedimetal), manifestó que el sector se ha comprometido con el Gobierno en “sustituir importaciones en el mediano plazo por al menos 250 millones de dólares y dentro de un plazo mayor llegaríamos talvez a copar las importaciones claves, sobre todo de materias intermedias y productos terminados” y a incrementar las exportaciones. Actualmente se venden 200 mil componentes nacionales a más de 14 países.

Por ahora, lo que Fedimetal espera es profundizar el diálogo con el Gobierno para sustituir “de una manera racional” porque si bien algunas materias primas se pueden producir en el país, existen algunas variantes que se requieren para determinados productos por su especificación y calidad. “Necesitamos diálogos para racionalizar ese tipo de definición, ese tipo de segregación de materiales” y que no se afecte la producción de los bienes terminados.

“En este momento, a través de un proceso coercitivo se nos ha forzado a que perdamos los miedos y a que nos arriesguemos un poco más y tengamos esperanza en que el Gobierno nos ayude”, finalizó.

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