El 5 de enero de 1792 (fecha en la que actualmente se festeja el Día del Periodista Ecuatoriano) circuló por primera vez el diario Primicias de la Cultura de Quito, impulsado por Eugenio de Santa Cruz y Espejo. A propósito de esta conmemoración, entrevistamos al historiador Carlos Paladines Escudero sobre el entorno histórico en el que surge el pensamiento de Espejo, así como el aporte de las Primicias... al periodismo nacional.

“Junto a la denuncia sobre los males e injusticias que aquejaban a la Audiencia de Quito en ese aciago período de finales de la etapa colonial, Espejo desarrolló el análisis de las ‘causas’ y ‘condiciones de posibilidad’, de tantos males como también de sus posibles remedios”, destaca el historiador.

¿Cuáles fueron las condiciones históricas en las que Eugenio Espejo desarrolla su pensamiento y cuál fue su aporte en el entorno político de su época?

El escenario o contexto inmediato fueron 3 ‘acontecimientos’ que cambiaron la historia y la vida de Quito: a) La Conformación de la Sociedad de Amigos del País el 30 de noviembre de 1791; b) La edición de Primicias de la Cultura de Quito, órgano de la Sociedad de Amigos del País el jueves 5 de Enero de 1792; c) El nombramiento de Eugenio Espejo como director de la primera Biblioteca Pública el 17 de marzo de 1792. Fueron 100 días en que se desencadenaron profundas transformaciones, de las cuales, algunas perduran hasta hoy.

¿En qué consistía la Sociedad de Amigos del País?

Con la Sociedad... se da inicio a un nuevo sistema o espacio público para el quehacer político, distinto del Palacio del Presidente de la Audiencia, asiento de la política y más autoridades de la Corona. Eran los primeros pasos del proceso de colapso del régimen feudal y del sistema colonial que ni reconocía ni respetaba el Estado de Derecho, la División de Poderes, los Derechos Humanos, la separación de la Iglesia del Estado, la libertad de opinión, de comercio y de prensa, etc. En ese contexto de arbitrariedad, sometimiento a las autoridades españolas y a los intereses de España, los periódicos serían uno de los principales instrumentos de crítica al sistema colonial y de presentación de las posibles alternativas o soluciones que había que implementar.

¿Qué posibilitó al entorno político del país el surgimiento de Primicias de la Cultura de Quito?

Con el periódico Primicias... nace un nuevo sistema de comunicación e información: la prensa. Se pasa del púlpito y la plaza, de la comunicación natural o hablada, a la comunicación impresa, que permite que su mensaje pueda ir más allá del entorno personal, e incluso de la ciudad de Quito y de la misma Audiencia. La riqueza o posibilidades de las nuevas formas alternativas de comunicación afectaron a los actores políticos de ese entonces, a su estructura y a los procesos de información. Basta recordar los diálogos, los informes, los anónimos, los juicios y hasta las paredes (los graffiti) que ampliaron las formas de comunicación. De la comunicación directa, natural, hablada se dio un giro de noventa grados a la indirecta, abstracta y escrita.

Por otra parte, con la Biblioteca Pública se inaugura un nuevo lugar o espacio para la lectura. Se pasa de la lectura privada, básicamente de las bibliotecas de las órdenes religiosas, a la lectura en un lugar público, lo cual facilita el acceso a los libros a un mayor número de ciudadanos. Estos fueron los primeros pasos del proceso democratización de la lectura.

Frente a estos hechos, ¿cómo caracterizaría al pensamiento de Eugenio Espejo?

En el capítulo tercero de su Historia General de la República del Ecuador, González Suárez ubicó a Espejo en el pedestal más eminente al que haya ascendido figura alguna en tiempos de la Colonia. A decir del fundador de la Academia Nacional de Historia, Espejo fue “el ecuatoriano más célebre y más extraordinario, sin duda alguna, entre todos cuantos ecuatorianos se han hecho famosos en la política; Espejo fue uno de esos ingenios superiores, cuya visión intelectual se dilata mucho más allá del horizonte de las ideas comunes, creídas y aceptadas como verdades indiscutibles en su tiempo”.

Pero también, el Obispo señaló que su “carácter era inflexible”, con tendencias “a la censura de los defectos ajenos”, que se granjeó “la aversión de muchos quienes aborrecían en él al censor implacable”. Esta faceta de ‘crítico’ de Eugenio Espejo le ha sido reconocida por muchos estudiosos de su obra. Hasta el mismo Espejo reconoció este carácter de su obra al indicar que la debíamos llamar “(...) carnicería; porque en ella no se opera: o estatua, o lienzo, o artificio sino que se descuartiza, a un cuerpo sagrado y venerable, y a un gremio y a otro, y a tanta multitud de miembros nobilísimos, o por su estado o por su sabiduría”.

¿Cómo definiríamos el aporte crítico de Espejo a las diferentes ramas del conocimiento que desarrolló?

Para dilucidar la dimensión ‘crítica’ de la obra de Espejo valga iniciar por las diferentes acepciones que encierra este término. Según el Diccionario de la Academia de la Lengua la crítica es el arte de juzgar la bondad, verdad y belleza de las cosas. También puede ser vista como el juicio que formamos sobre una obra de literatura o arte; como la censura que solemos ejercer sobre las acciones o la conducta de alguien; y hasta como la denuncia, la reprobación y la murmuración que se puede realizar sobre determinados acontecimientos o personas; este sería el primer nivel de la crítica.

Pero existe un segundo nivel de crítica que supera a la “denuncia”, pues ya no se conforma solo con el repudio, la censura o la acusación, sino que discierne las apariencias, busca las condiciones de posibilidad, las causas, fundamentos o estructuras que estarían a la base de tales denuncias. Entonces, la crítica no es tanto sobre personas cuanto sobre las instituciones o estructuras, sino se critica porque no se está conforme con la realidad existente que es necesaria cambiarla.

Junto a la denuncia sobre los males, limitaciones e injusticias que aquejaban a la Audiencia de Quito en ese aciago período de finales de la etapa colonial, Espejo desarrolló el análisis de las ‘causas’ y ‘condiciones de posibilidad’, de tantos males como también de sus posibles remedios, en otras palabras, más allá de la batalla contra individuos concretos, con sus nombres y apellidos, a veces escondidos detrás de un seudónimo, crítica individual que es innegable y abundante en su obras, también se vislumbra una denuncia que apunta a lo social y estructural, a los grupos e instituciones dedicados a la defensa de la Corona más que al cultivo de la educación, el progreso de la Audiencia y la ciencia.

Pero además del ejercicio de denuncia, ¿Espejo logró desmontar varios paradigmas caducos de la Real Audiencia?

En el caso de Espejo, se podría hablar de una tercera modalidad o nivel de la crítica y es cuando esta enfrenta los fundamentos del saber vigente en su totalidad. Se trata de desarticular determinada ‘cosmovisión’ o forma tradicional de enfrentar la realidad por un diferente modo de situarse y comprender el mundo. Esta ruptura o cuestionamiento a la realidad en su ‘totalidad’ se hizo presente en la obra de Espejo. Crítica estructural u orgánica que cuestionó y dejó sin fundamento a la moral tradicional, a las concepciones vigentes sobre política, verdad, educación, historia y otros parámetros más. Espejo denuncia el contenido encubridor del saber retórico, filosófico, jurídico, médico y hasta teológico vigente; los claros juegos de poder e interés de que daban muestras los representantes de la Corona: los “Administradores” de Tributos, los Corregidores, Jueces y, en más de un caso, atribuye a tal tipo de actores y a sus discurso una clara “voluntad de engaño”, a la perversidad de los poderosos y a los intereses propios de funcionarios corruptos. También avanzó hacia una visión de totalidad que implicaba la crítica a todo el sistema colonial.