Cine
Charlton Heston, un rostro que se eternizó en la épica
La eternidad parece reservada para Charlton Heston, de cuya muerte se acaban de cumplir diez años y que con cintas épicas como Ben-Hur y un incansable y polémico activismo político es una de las estrellas más importantes de la historia de Hollywood.
Heston falleció el 5 de abril de 2008 en Beverly Hills (California) a los 84 años, por una neumonía, aunque su declive comenzó antes, pues padecía alzheimer.
Las superproducciones hollywoodenses antes de la era digital, cuando los extras se contaban por miles y se recreaban los decorados con detalles milimétricos sin reparar en las cuentas, tuvieron en Heston (Wilmette, 1923) a un rostro ideal para encarnar cualquier personaje histórico, por mítico o grandilocuente que fuera.
Los cincuenta y sesenta fueron su época dorada, cuando encabezó cintas como el drama bíblico Los diez mandamientos (1960), en el que interpretó a Moisés; o El Cid (1961), que rodó en España bajo las órdenes de Anthony Mann para narrar las andanzas de Rodrigo Díaz de Vivar.
Pero el filme que lo inmortalizó fue Ben-Hur (1959), uno de los grandes éxitos de la historia. El filme le dio a Heston el único Óscar de su carrera.
Con un apasionante relato épico como telón de fondo y la inolvidable carrera de cuadrigas, la cinta de William Wyler aún ostenta el récord de la película con más Óscar, once, que igualaron Titanic (1997) y El señor de los anillos: El retorno del rey (2003).
Además de ser todo un clásico de la programación de Semana Santa, pues también participó en la película sobre Jesucristo La historia más grande jamás contada (1965), el actor se adentró en el cine de géneros con acierto.
El filme de ciencia-ficción El planeta de los simios (1968), uno de sus trabajos más recordados, el clásico de cine negro Touch of Evil (1958), con Orson Wells orquestando el plano secuencia más famoso del cine, y el western The Big Country (1958) mostraron que tenía talento para brillar más allá de los largometrajes.
Presidente del Sindicato de Actores de Hollywood (SAG) de 1965 a 1971 y ganador en 1978 del premio humanitario Jean Hersholt que entrega la Academia de Hollywood, Heston fue también conocido por sus inquietudes políticas, una vocación que le llevó a situarse en muchas ocasiones en el centro de la polémica.
Vinculado al Partido Demócrata en su juventud, Heston apoyó de manera activa el Movimiento por los Derechos Civiles y respaldó con su asistencia la ‘Marcha sobre Washington’ del 28 de agosto de 1963, en la que Martin Luther King pronunció su famoso discurso “Yo tengo un sueño” ante el Monumento de Lincoln.
Después cambió de filas y se volvió un gran simpatizante del Partido Republicano, aunque su activismo más conocido y controvertido en la corriente conservadora lo hizo como presidente de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) de 1998 a 2003.
El actor fue un emblemático portavoz para los defensores del derecho a poseer armas de fuego en Estados Unidos, hasta el punto de que una de sus frases se convirtió en un eslogan para la poderosa asociación: «Te daré mis armas cuando las arranques de mis manos frías y muertas».
Su trabajo en la NRA en un país con una elevadísima tasa de homicidios y una desorbitada violencia por armas de fuego le llevó a protagonizar, involuntariamente, uno de los segmentos más célebres de Bowling for Columbine (2002). En el galardonado documental, el director Michael Moore interrogó a Heston como presidente de la NRA, quien tras verse acorralado por las preguntas sobre masacres y armas de fuego en EE.UU. decidió abandonar la entrevista. (I)