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“Un plan no resuelve el problema de inseguridad”

 Una delegación de Venezuela asistió  al ‘seminario de ‘Homicidios y asesinatos’ efectuado   el 27 y 28 de febrero en Guayaquil. Foto: Karly Torres | El  Telégrafo
Una delegación de Venezuela asistió al ‘seminario de ‘Homicidios y asesinatos’ efectuado el 27 y 28 de febrero en Guayaquil. Foto: Karly Torres | El Telégrafo
05 de marzo de 2014 - 00:00

Para disminuir los índices delincuenciales, según los expositores del seminario internacional ‘Homicidios y asesinatos’ efectuado en Guayaquil, la semana anterior, se debe actuar en prevención, sanción y apoyo de los rehabilitadores sociales. Así como  humanizar el servicio que  proporcionan a las víctimas las instituciones del sistema de justicia.

Claudia Gómez, docente de la Policía Nacional de Colombia, considera que para   reducir la tasa de homicidios en América Latina  se deben implementar políticas públicas de seguridad a partir del fenómeno y no de las estadísticas. La catedrática explica que los indicadores muestran datos de un país o continente, pero el delito generalmente se origina en ciudades o pequeñas poblaciones.

En Colombia en la actualidad se registra una tasa de homicidios de 31,6%  por cada 100.000 habitantes, cuando en la década del 90 fue superior a 70, dijo el coronel Carlos Ernesto Rodríguez Cortez, subdirector de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional de Colombia.
“Tenemos 11 componentes en la estrategia nacional contra el homicidio y se busca focalizar las ciudades más afectadas, ver las causas, incrementar la presencia de la Policía Judicial en investigación e inteligencia”, detalla Rodríguez.

Menciona que hace   años las principales causas eran el sicariato y el terrorismo, pero ahora predominan muertes por delincuencia común, es decir por robos e intolerancia social.
Gómez estima que si bien en la región, hoy en día, los temas de  seguridad no se los trata como coyunturales y existen estudios para combatirlos, no se puede caer en la creencia ciega  que con tener un plan  se resuelve el problema, pues deben aplicarse.

“Solo tener un documento no convierte a un país en zona segura. Falta mayor coherencia presupuestal porque algunas veces hablamos de prevención y no destinamos para ello los recursos suficientes”, sostiene Gómez.

Agrega que no todas las políticas de Estado son en nombre de la seguridad, por lo que  citó un ejemplo: “Poner luces en los parques y cortar la maleza no deben ser considerados como una acción antidelincuencial. No se puede justificar las inversiones de ornato o desarrollo urbano a nombre de la seguridad”.

Rodríguez considera que para evitar que cualquier tipo de delitos migre entre países, es importante mantener una relación permanente con las autoridades vecinas mediante el intercambio de información en tiempo real.

Las tasas más bajas

España y Chile, países con menos tasas de homicidios en Europa y América del Sur, respectivamente, tienen en común que en  los  casos de muertes violentas, la mayoría, se emplean armas blancas. En el primero hay una restricción total del uso de estos artefactos y en el segundo un estricto control.

El coronel Máximo Lira, agregado de los Carabineros de Chile, expuso que la tasa de muertes violentas en su país es de 3,7% por cada 100.000 habitantes, mientras que el coronel Enrique Taborda, agregado policial de la embajada de España, dice que el índice en su nación es de 0,6%.

Lira revela que en su país cuentan con una gran base de datos que permite estudiar  este delito y tomar acciones pertinentes, por ejemplo, elaborar  estrategias operativas, focalizar y asignar recursos.

Esto les ha dejado resultados positivos, sostiene que de los 472  homicidios registrados en el año 2013,  unas 342 personas fueron detenidas  y en lo que va de este año, de los 98 crímenes,  59 ciudadanos ya fueron capturados.

Sobre el uso del arma blanca concluye que proviene por el severo control de armas de fuego, pero  no es producto del crimen organizado, sino de violencia de carácter circunstancial, generalmente por rencillas o problemas de convivencia.

Taborda  explica que en España  la fuerte restricción de la tenencia y uso de armas  es un factor útil y eficaz.

“Si hay  circulación de armas de fuego cualquier incidente se resuelve con uno o dos homicidios, sin embargo si en la conflictividad o la riña que derivan por problemas de alcohol, o situaciones que se le van de las manos a las autoridades, y se emplean armas blancas  es probable que el incidente acabe con uno o dos heridos”, ilustra.

También agrega que en España hay una gran clase media y poca  inequidad, pues esta genera violencia.

Ecuador busca la baja

Entre los principales objetivos de las autoridades locales en este año está reducir la tasa de homicidios y asesinatos a un dígito, es decir, menos del 10,8% por cada 100.000 habitantes, registrado en 2013, una de las acciones para alcanzar la meta es el intercambio de experiencias con profesionales de otros países.

Fabricio Zavala, coordinador del Eje Interinstitucional del Consejo de la Judicatura, detalla que Ecuador actualmente cuenta con un plan estratégico basado en la transparencia y calidad de la administración de  justicia expresado en el tema de oralidad y el control de las audiencias, en promover el acceso a la justicia, en impulsar la mejora permanente y la modernización de servicios, la eficacia y la eficiencia de la Función Judicial, en la institucionalización de la meritocracia instaurando una carrera judicial y en combatir la impunidad.

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