El libro La Última Oportunidad, de Carlos Cuauhtémoc Sánchez, inspiró a José C., de 16 años, a continuar sus estudios secundarios y convertirse en el mejor estudiante del último año lectivo. Su puntaje fue de 9,34, reconocimiento que no logró cuando era dueño de su libertad.

Para José, esta es su oportunidad de dejar atrás el problema de drogas que lo llevó, hace tres años, al Centro de Detención de Menores Infractores, zona 6, en Cuenca. Solo le faltan 18 meses para salir y continuar sus estudios.

Él cree que en la obra de Cuauhtémoc está escrito parte de su pensamiento, pero también le ayuda a romper las adversidades que la vida le ha dado. Han transcurrido 18 meses desde que José llegó al Centro, situado en el sector de El Arenal de Cuenca, y calificado de ‘conflictivo’ por las autoridades locales. Su vida cambió desde el 8 de febrero del año anterior. A su corta edad fue encerrado.

A sus amigos, como Paúl que le enseñó a jugar básquet en la Plaza de Arte, ya no los ve, solo se acuerda de los buenos momentos que pasaron junto a otros de su misma edad. En su antiguo barrio lo identifican, pero no quieren hablar de él.

José tiene ahora una visión diferente de la vida. “Solo puedo decir que me arrepiento”. De 1,79 de estatura, es demasiado grande para su edad, como dice su profesor Paúl Lema. “Es un magnífico estudiante”.

Ganas de superación

Las medidas socioeducativas asociadas al internamiento hicieron que José le ponga ganas a su superación personal y se olvide de sus malos hábitos y momentos difíciles de su vida. Según sus maestros, el muchacho aprendió y se constituyó en ejemplo para el resto de estudiantes del centro. Todos sus trabajos y tareas los lleva en orden y nada queda al descuido. “Me gusta estudiar y hacer bien las cosas”.

Méritos estudiantiles

José fue reconocido como el Mejor estudiante del Centro de Adolescentes Infractores (CAI) de Cuenca en el año lectivo 2015-2016. El alumno alcanzó el más alto promedio de puntaje que fue también aplaudido por sus maestros y autoridades. En este lugar cursó el noveno de básica y ahora pasa a primero de Bachillerato.

El joven gusta de las matemáticas, literatura e historia. Sin embargo su inclinación para el futuro es el Diseño Gráfico. En el período de estudios, alumnos de la Universidad de Cuenca llegaron a las aulas y dictaron charlas sobre esta materia. De allí nació su inclinación por la carrera. “Me gusta cómo elaboran las ilustraciones, las fotografías arregladas en la computadora”.

Visitas de progenitora

El adolescente no tiene padre. Murió hace dos años. Su madre Adalberta se gana la vida en viajes constantes entre Cuenca, Quevedo y Esmeraldas. Ella trata de ayudar a su hijo y es la única persona que lo visita en el CAI y constantemente sigue el proceso de estudios.

Para ella, tener a su hijo encerrado en este lugar es penoso. Pero, le contenta los logros que va alcanzando. “Me siento orgullosa de mi hijo, ahora pasará a primer año de bachillerato”. El joven tiene dos hermanos mayores, y no sabe nada de ellos.

Confecciona trompos

No solo los números y las historias están en la mente de José, también es creativo. Él confecciona los mejores baleros y trompos de madera en el taller del Centro de Detención de Adolescentes Infractores a donde acude casi a diario. Con estos juguetes se divierte y juega con sus 12 compañeros de aula.

También el joven tiene aptitudes deportivas. Además del básquet que juega con el director del centro, practica ecuavoley y nadie le gana. “Siempre me gustó el deporte y desde pequeño lo practiqué”.

En el establecimiento, pocos de sus compañeros se atreven a desafiarlo en estas disciplinas, porque tiene cualidades. “También juego al indor”, dice mientras se le escapa una sonrisa.

Apoyo para educación superior

Su maestro Lema señala que por sus virtudes educativas, deportivas y creativas se ganó el respaldo de la Coordinadora Zonal de Educación. Ella ayudará a José en sus estudios, al margen de si está o no detenido.

Para Cecilia Clavijo, directora Distrital de Educación, las actividades educativas se concretaron gracias a la firma de un convenio de cooperación entre el Ministerio de Educación y el Instituto Radiofónico Fe y Alegría (Irfeyal) para jóvenes con escolaridad inconclusa.

El objetivo del acuerdo es lograr que las personas concluyan sus estudios, aspecto que fue también reconocido por el director del Centro, Rafael Bustán. Así José, sus compañeros y otros jóvenes que sean internados en este centro tendrán la oportunidad de iniciar o concluir sus estudios hasta el nivel secundario. (I)