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Torre en Trinipuerto bajó los robos en semáforos

Torre en Trinipuerto bajó los robos en semáforos
06 de enero de 2014 - 00:00

Juan José Morales recordó que hace aproximadamente cuatro meses su esposa fue víctima de dos delincuentes cuando se detuvo por la luz roja del semáforo. En menos de  20 segundos le rompieron el vidrio de su carro y le arrancharon celular y  cartera.  

Eran las 17:00 y el tráfico estaba un poco pesado. Iba sola. Según contó su cónyuge, primero un hombre golpeó el vidrio del lado derecho y cuando ella giró para observar lo que sucedía otro aprovechó para sacar una bujía de su boca y romper el  cristal de la  puerta para asaltarla.
Morales ahora trabaja a pocos metros de donde ocurrió ese asalto, en la intersección de la vía Perimetral con la avenida Los Ángeles, a la altura de la entrada al Trinipuerto, en la Isla Trinitaria, al sur de Guayaquil.

El joven refirió que desde que en la mencionada dirección se instaló una torre de control de la Policía Nacional, que permanece en el sitio durante las 24 horas, no se ha conocido de atracos, o al menos no en la cantidad alarmante que antes sucedían.

El teniente coronel Augusto Sandoval, comandante del Distrito Esteros -que comprende los sectores ubicados al oeste de la av. 25 de Julio desde la  Vicente Trujillo hasta el Puerto Marítimo- indicó que antes de la ubicación de la torre de control se denunciaban al menos cuatro robos diarios en la conocida entrada del Trinipuerto.

“Como las víctimas eran personas que simplemente pasaban por la avenida no denunciaban, por eso no hay estadísticas oficiales; debieron existir cifras  elevadas”, agregó.
 El oficial indicó que sin justificar a los delincuentes, los asaltos muchas veces ocurrían por la falta de prevención de los conductores o acompañantes que ponían a la vista celulares de costo elevado, carteras o bultos que llamaban la atención de los delincuentes.

Según cifras de la Policía del Distrito Metropolitano de Guayaquil (DMG), de enero a octubre de 2013  se registraron 9.510 robos a personas, mientras que durante el 2012 fueron 10.971. En el Distrito Esteros (solo en el semáforo de la entrada del Trinipuerto), de enero a agosto del año pasado se reportaron 15 eventos, mientras que en septiembre, octubre y noviembre,  cuatro.

Los atracos en la citada zona eran captados por las cámaras del Sistema de Seguridad ECU-911 o de la Corporación de Seguridad Ciudadana de Guayaquil (Ojos de Águila) y transmitidos a diario por los canales de televisión.

Sandoval mencionó que a partir de esos vídeos se determinaron detalles importantes como las principales horas de cometimiento del delito, las rutas de escape, cuántos y cómo participaban, y tras un análisis,  tomaron medidas correctivas.

“Policías motorizados ya controlaban la zona, pero solo hasta las 22:00. Cuando vimos los vídeos nos percatamos de que los asaltos ocurrían pasadas las 22:00. Así,  solicitamos al general Guillermo Balarezo, jefe de la Zona 8 de Policía (incluye los cantones Guayaquil, Durán y Samboronón), que designe una herramienta o dispositivo para la vigilancia permanente”, señaló el oficial.

Fue así como, desde  septiembre, la Isla Trinitaria cuenta con  esta unidad operada por un uniformado que recibe el apoyo de dos equipos motorizados cada uno designado en un ala (norte y sur) de la Isla Trinitaria. 

El policía Edward Sánchez, uno de los operadores, detalló que la torre cuenta con las siguientes características: se puede elevar hasta 7 metros de altura, tiene cinco cámaras de seguridad (algunas con infrarrojo para visión nocturna) que permiten  un acercamiento de imagen de hasta 400 metros sin pixelearse.

Una de las cámaras, ubicada en la parte superior, puede girar 360 grados y otra está conectada en la parte inferior para que permita controlar la parte baja en caso de que la torre esté elevada.

Además, lo captado por las cámaras, que es monitoreado mediante una laptop, puede ser almacenado durante cinco meses. Tiene sirenas, reflectores y una estructura bastante fuerte para evitar que el operador sea víctima de actos vandálicos.

La cabina, para comodidad del agente, cuenta con acondicionador de aire, ventanas polarizadas y otros implementos necesarios como silla, repisas, etc.

“Es una herramienta muy segura. Lo único que puedo temer  es que algún conductor en estado de embriaguez impacte su vehículo contra la Unidad”, comentó con tono jocoso.

Sánchez contó que en los robos a conductores participaban hasta cuatro personas. Entre tres estudiaban a sus víctimas, distraían y rompían los vidrios, mientras otro los esperaba en una tricimoto, entre oscuros callejones de la Isla Trinitaria, para escapar a cooperativas alejadas.

Sandoval destacó que “la presencia de la torre de control en el lugar ha dado buenos resultados. Sin embargo, resaltó que  existen problemas con las luminarias, pues hay espacios que se mantienen a oscuras.

“También el exceso de solares abandonados, vacíos con vegetación alta, o casas vetustas sin ocupar sirven como guaridas”, añadió.

La misma percepción tiene Lilián Vera, moradora de la cooperativa Jacobo Bucaram, a cuatro cuadras de la vía Perimetral. “Los postes de alumbrado público se apagan cada dos minutos y se convierten en cómplices de los delincuentes”. Las autoridades competentes tienen que lanzar una mirada a esos sectores.

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