Testigo clave: “Lo que viví nadie lo puede cambiar”
“Solo me quedé en shock, ni siquiera pude llorar por mi madre. Cuando la vi, sus ojos estaban vacíos y su piel pálida, tenía varios cortes en el cuello y me dijeron que fue violada. Ahora la lloro, me hace falta, nadie puede entender lo que es buscar a los padres en medio de la madrugada y encontrarlos así, flotando en el río. Tenía la esperanza de encontrar a mi hermanito, pero ni eso me dejaron. A mi papi lo encontraron degollado a las 02:00, mi madre y mi hermanito estaban unos metros más allá. Es que acaso ustedes no son padres y madres de familia, no tienen hermanos. No entienden que mi hermana y yo nos quedamos solas”.
Este fue el relato de M. Ll. de 14 años, hija de los Llanos-Parco, asesinados el 4 de agosto de 2011, en Quinsaloma provincia de los Ríos. Su rostro no se vio, pero la voz quebrantada resonaba en medio del silencio de la Sala de la Corte Ncional de Justicia, (CNJ), donde ayer se instaló la audiencia de juzgamiento contra seis procesados, entre ellos el asambleísta del Partido Sociedad Patriótica (PSP) Galo Lara Yépez, candidato a la reelección por la provincia de Los Ríos.
La joven confirmó y proporcionó detalles a los jueces, acerca de la relación entre su padre Carlos Humberto (víctima) y Carolina Llanos (procesada como supuesta autora intelectual). Ella indicó que una noche su padre recibió una llamada en la que un amigo le dijo: “compadre, cuídese porque Carolina lo quiere mandar a matar”. Según la menor, en ese momento su padre fue a la casa de Carolina para hablar con sus padres, ahí Mariana Romero, madre de Carolina, le habría dicho: “tranquilo Carlitos, ya vamos a hablar con Carolina y Galito”.
La joven, que por sus estudios vive en una ciudad ajena al lugar de nacimiento, relató que los fines de semana y vacaciones viajaba hasta la casa de sus padres. “Yo salía con Carolina y mi papi a pasear muchas veces. Cuando mi mami se iba a Babahoyo pasábamos con ella y su hija mayor, incluso me dijo que ella también era hija de mi papá”.
Cuando Juan Vizueta, defensa de Lara y Llanos, inició el contrainterrogatorio, pidió a la joven que muestre su rostro o se presente en la sala. La joven le respondió: “yo puedo declarar de cualquier forma, porque yo lo viví y eso nadie lo puede cambiar”.
Relató cómo presenció las constantes peleas entre sus padres a causa de Carolina. Su testimonio lo dio desde una sala contigua a la principal, donde se desarrolló la audiencia, y a través de una pantalla.
Explicó además que en una ocasión, Carolina llegó hasta su casa y se enfrentó a golpes con su madre, Silvia Parco. La joven dijo que Carolina se volvió violenta cuando su padre decidió dejarla.
El día de los asesinatos, una de sus tías recibió la llamada, les avisaron que la casa de sus padres en el cantón Quinsaloma se estaba quemando. “No me quisieron llevar, pero no me importó, me subí en el carro. Necesitaba ver con mis ojos que mis papás y mi hermanito estaban bien”. Cuando llegaron, la adolescente mencionó “solo vimos un rastro de sangre, ahí fue cuando mi abuelita movilizó a la gente para que busquen a mis papás”.
Con cada detalle que la joven mencionaba, el rostro de Lara se mostraba más preocupado. El asambleísta, acusado como presunto autor intelectual del hecho, estuvo siempre acompañado por policías incluso cuando se dirigió al baño y durante el receso de la diligencia.