‘Religioso’ fue condenado a cadena perpetua

La inclinación de András Pándy por la religión no calmó su instinto asesino y este acabó con la vida de al menos 6 personas; todos eran sus familiares. Esto lo convirtió en un asesino en serie que operó entre 1980 y 1990.

András nació en Chop (Ucrania) el 1 de junio de 1927, pero era de etnia húngara. Estudió teología y después se convirtió en pastor protestante. En 1957 conoció a su primera esposa, Ilona Sorés, con quien huyó de Hungría a Bélgica. Su primera hija, Ágnes, nació en 1958; mientras que entre 1961 y 1966 engendraron a Daniel y Zoltan.

Esa relación se terminó cuando András acusó a Ilona de infidelidad. Ella se fue de la casa con Daniel y Zoltan, pero dejó a Ágnes, quien pronto comenzó a sostener una relación incestuosa con su padre, producto de lo cual nació otro niño.

Pero su sed de amoríos no terminó allí y el hombre cortejó a otras mujeres a través de los periódicos con la llamativa frase “Luna de miel europea”, empleando nombres falsos y mintiendo sobre su ocupación.

El 7 de marzo de 1979 se volvió a casar, ahora con Edith Fintor, quien ya tenía tres hijas de 2 matrimonios anteriores: Timea, Aniko y Zsuzsanna.

András los adoptó y las renombró como Timea, Tunde y Andrea. Luego, en 1980 y 1981 la pareja tuvo 2 hijos, András y Marianna.

No obstante, en 1984 él empezó una nueva relación incestuosa con su hijastra Timea, y Ágnes, en un ataque de celos, intentó matarla.

El 23 de junio de 1985 la llamó  diciéndole que encontró dinero y que quería compartirlo, pero en un descuido la golpeó con una barra de hierro.

Timea presentó la denuncia, pero luego se retractó y dijo que fue un accidente. En enero de 1986 huyó a Canadá junto con Mark, el hijo que ya había concebido con András.

Inician los asesinatos

Tras el escape de Timea el hombre tuvo una fuerte pelea con Edith y ella también se fue con su hija Andrea, lo cual fue un grave error.

Ese mismo año, las 2 desaparecieron. András solo dijo a los curiosos que Edith se había fugado con un nuevo amante hacia Alemania.

András no se detuvo allí y en 1988 fue por su exesposa Ilona y sus hijos, a quienes también aniquiló y fueron reportados como  desaparecidos.

Cuando le consultaron a András si sabía el paradero, primero aseguró que se habían ido a Francia, pero luego manifestó que estaban en América del Sur.

En 1990, después de enviar a Ágnes de vacaciones con el hijo producto del incesto, mató a Tunde. Ante las preguntas de los vecinos sobre su ubicación, él respondió que lo había corrido de la casa debido a su mal comportamiento.

Ágnes trabajaba como bibliotecaria y era muy querida y respetada por los miembros de la comunidad. Su vida era aparentemente tranquila.

András efectuaba sus servicios religiosos y su feligresía lo estimaba porque lo veían como hombre bueno, que los escuchaba y les daba consejos y guía espiritual, incluso lo habían bautizado como el ‘Padre barba azul’, debido al oscuro vello en su rostro.

Sin embargo, un día la mujer se cansó de ocultar tantos crímenes y simplemente fue a la Policía a denunciar lo ocurrido. En noviembre de 1997 confesó que ayudó en los asesinatos de sus desaparecidos parientes. Ella dijo que conocía sobre la muerte de todos, pero aclaró que solo era responsable por el asesinato de su madre Ilona y que había colaborado en la muerte de Daniel, Zoltan y Andrea. Sobre la desaparición de Tunde no manifestó nada.

Ella ya había denunciado 5 años antes a András por violación, pero el proceso no prosperó debido a la falta de pruebas.

Modo de operar

Con esa información la Policía descubrió que el asesino utilizó objetos contundentes para destrozar los cráneos de 2 de sus víctimas. A otros 2 los mató de un tiro en la cabeza.

En todos los casos los cadáveres fueron desmembrados y algunas partes de los cuerpos las disolvieron en tanques con ácido. Otras partes las llevaban a camales para que las picaran como carne de cerdo; y los últimos restos eran abandonados en bolsas en basureros.

András fue detenido el 16 de octubre de 1997 y fue acusado de asesinar a sus 2 esposas (Ilona Sores y Edith Fintor), a 2 de sus hijos naturales (Dániel y Zoltan) y a 2 de sus hijas adoptivas (Tunde y Andrea), así como de la violación contra sus hijas. Su captura coincidió con una fecha de protesta por las víctimas de otro asesino en serie belga Marc Dutroux.

Posterior a ello los investigadores también practicaron la reconstrucción de los hechos, gracias a ellos localizaron los restos de varios cadáveres en diferentes inmuebles.

El día del juicio

El juicio contra András Pándy, de 75 años, y su hija Ágnes, de 44, se efectuó en el Tribunal de Bruselas, ante una gran expectación entre los medios de comunicación de Bélgica, donde el ‘Pastor barba azul’ tenía 45 años viviendo y trabajando.

Durante el juzgamiento András no dijo palabra alguna, pero Ágnes declaró todo, incluso cómo inició su relación incestuosa: “Me dijo que me iba a iniciar, que no debía decírselo a nadie y que sería nuestro pequeño secreto”.

En más de una ocasión su llanto le impidió seguir con el relato, pero finalmente confesó ante los jueces que ayudó a matar, instigada por su padre, a 5 miembros de su familia.

En 2002 András Pándy, que en ese época fue llamado ‘Pastor del diablo’, fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de 6 familiares directos, mientras que Ágnes Pándy fue declara cómplice y sentenciada a 20 años de pena privativa de libertad.

“Estas son las tácticas diabólicas para la destrucción del alma y del cuerpo: aislar, distorsionar, excitar, planear y luego, asesinar”, fueron las pocas frases que dijo el asesino serial tras su juicio.

Asombrosamente, cuando András cumplió 80 años de edad, las autoridades de la prisión decidieron enviarlo a un asilo para ancianos jubilados, donde pasó el resto de sus días en completa tranquilidad y volviendo a predicar.

El hombre murió en 2013, a los 86 años de edad. (I)