Docentes de educación superior opinan sobre las razones que los lleva a consumir estupefacientes
Prevención de uso de drogas será una asignatura en la U. (INFOGRAFÍA)
“La única (droga) que he consumido usualmente es la marihuana; de ahí he probado otras, pero nunca he hecho hábito, ninguna otra me ha gustado”, reveló un docente universitario de entre 25 y 35 años.
Esta declaración consta en el estudio ‘Drogas y Universidad’, elaborado durante 6 meses por el Consejo Nacional de Control de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (Consep).
La investigación presentada es sociocultural y cualitativa, por lo tanto no incluye estadísticas del uso y consumo de estupefacientes en la población académica.
Para el estudio se entrevistó solo a profesores de materias ligadas a las ciencias sociales, característica que no fue escogida intencionalmente, sino que fueron quienes aceptaron colaborar. Ellos pertenecen a las universidades Católica de Quito, Politécnica Salesiana, Andina Simón Bolívar, De las Américas y Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (todas en la capital), y la Universidad de Cuenca.
Según el estudio, entre docentes consumidores y no consumidores de estupefacientes, las drogas legales más consumidas son el licor y el tabaco; y las ilegales, marihuana y con una brecha muy grande la cocaína. Hay un uso disminuido de base de cocaína y hongos.
Rodrigo Vélez, subsecretario ejecutivo de la institución, mencionó que: “Estamos poniendo el estetoscopio en la sociedad para que la política pública la coordinemos entendiendo la problemática y planteando programas que aborden adecuadamente la prevención integral, acompañamiento terapéutico, reintegración social, desarrollo alternativo preventivo, y control preventivo al desvío ilícito”.
Uno de los participantes en el estudio indicó que “aquí lo que (se consume) es marihuana y cocaína, pero de manera muy ocasional. Marihuana en reuniones y cocaína en fiestas”.
Los profesores que están en el rango de 45 a 60 años consideraron que la marihuana es el estupefaciente más usado entre los docentes, “sobre todo en aquellos que vienen del proceso de mayo del 68, época en que la marihuana era un símbolo de la lucha político-cultural de los jóvenes revolucionarios, así como un uso ligado a la contemplación y al quehacer estético y/o místico”, señala el documento del Consep.
Uno de los consultados señaló que el consumo de marihuana “sí es necesario porque es parte de una experiencia de vida...”.
Vélez dijo que los lleva a aceptar el consumo de la marihuana, porque tienen sanciones morales diferentes. “No es un secreto el uso de sustancia en los docentes, en los académicos ha estado siempre presente. Por eso hicimos este estudio, pues había que entender el imaginario de los docentes... Podríamos decir que esta es una muestra para las ciudades grandes del país como Quito, Guayaquil y Cuenca”, indicó.
Natalia Sierra, quien lideró la investigación en la que constan las declaraciones de los docentes, manifestó que “no buscaban datos estadísticos, sino saber qué piensan los profesores universitarios que consumen droga, porque la universidad es un espacio para conocimientos”.
María Quinde, subdirectora técnica en el Centro de Docencia de Investigación de la Universidad de Guayaquil, sostuvo que es necesario tener una mirada nueva que sensibilice el tema. “Hemos salido de un enfoque de represión para empezar a indagar las percepciones de los sujetos sobre el consumo de droga”, enfatizó.
“Entre los 20 y 30 años se dan los mayores consumos de alcohol y otras drogas. No hay que diferenciar al alcohol como si no fuera una droga, más aún si es la que más daño hace”, puntualizó Vélez.