El Ministerio del Interior implementó programa para que colegiales sepan cómo se forma un oficial
Policías comparten experiencias con 2.700 estudiantes de la capital (Galería)
Apenas ingresó el capitán Diego Endara a una de las aulas virtuales donde los cadetes de la Escuela Superior de Policía (ESP) aprenden cómo manejar armas y disparar, cerca de 20 estudiantes del colegio Montúfar (Quito) que asistieron a la clase guardaron silencio, mientras el oficial explicaba cómo se manipula de manera segura y cuándo se utilizan las armas que porta normalmente un uniformado.
La clase era parte de las actividades a las que fueron invitados cerca de 2.700 estudiantes de los colegios Mejía, Montúfar y 5 de Junio, que acudieron desde el lunes a la Escuela de Formación de Oficiales de Policía en el sector de Pusuquí, en el norte de Quito; y a la Escuela de Formación de tropa, en la zona de Tambillo. Compartieron una serie de ejercicios con los cadetes.
El Ministerio del Interior diseñó el programa para que los estudiantes de los colegios que tuvieron una participación activa en las protestas que se tornaron violentas el mes pasado, puedan confraternizar con los aspirantes a policía y durante un día observen y participen con ellos de los entrenamientos y clases que reciben diariamente como parte de su formación.
El capitán Endara mencionó que esta experiencia ha permitido a policías y estudiantes compartir momentos que rompan ‘esquemas y paradigmas’ que permitan una mejor relación entre personal uniformado y comunidad. “Muchos de los cadetes policiales que se forman en la ESP son exestudiantes del colegio Montúfar. Ellos miran ahora la otra cara de la moneda, a los estudiantes les queda clara la idea de que la Policía está siempre para proteger a la ciudadanía”.
Erick Lascano, alumno del quinto curso del colegio Montúfar, fue uno de los primeros que levantó la mano cuando el instructor pidió voluntarios para practicar, “aunque la pistola es una réplica electrónica que funciona con el programa de computación, es muy importante que se manipule como si fuera real”, recalcó el oficial mientras le colocaba a Erick un chaleco para que pueda practicar la puntería como lo hacen los cadetes.
El joven emocionado indicó que la clase fue muy interesante, “nos hemos dado cuenta de que los policías están bien entrenados”.
Los estudiantes efectuaron varias actividades desde las 10:00, en que arribaron a la escuela, donde practicaron en la pista de obstáculos, en la que entrenan los aspirantes, luego practicaron tiro en las aulas virtuales y también rapel en la torre de 21 metros del GIR.
Para que haya una comunicación más directa con los estudiantes, 35 cadetes que se graduaron en el colegio Mejía se encargaron de guiar a los jóvenes por las instalaciones mientras les enseñaban cómo se preparan para ser policías.
“Una jornada muy interesante que los jóvenes disfrutaron porque no sabían en realidad cómo se entrena un policía; espero que se repita, más seguido”, manifestó Hermel Huacanes, profesor de Psicología, quien acompañó a los estudiantes.
En otra de las actividades, los cadetes enseñaron a los colegiales cómo bajar de la torre del GIR mediante el uso de cuerdas colocadas a un arnés, al tiempo que indicaban que este entrenamiento lo hacen a diario como parte de su aprendizaje para rescates.
Brayan Flores captó la instrucción y pudo bajar sin problema, “al principio tuve miedo, pero fue muy emocionante, el compañero policía me indicó qué hacer para bajar seguro. He aprendido mucho este día sobre cómo entrenan los policías, son muy profesionales”.
El cadete de cuarto año Daniel Mena, que estudió en el colegio Mejía, recordó que cuando estaba en los primeros cursos ingresaban a las aulas los compañeros de sexto para incentivarlos a salir a protestar a las calles, “en ese tiempo no entendíamos mucho y nos dejábamos impresionar”, recordó el futuro oficial.
Por eso, destacó la importancia de esta actividad, porque así los estudiantes pueden entender cómo se preparan los policías para proteger a la sociedad. Esto se enmarca en el programa Joven Club Seguridad.