Paulito perdió su ojo y los padres creen que fue por mala práctica médica
Paulito, de 2 años, perdió su ojo izquierdo. Pero a pesar de ello es vivaz como cualquier niño de su edad.
El 28 de enero de este año fue diagnosticado con retinoblastoma (cáncer en los ojos). Según su padre Paúl César Bonete, el único síntoma del pequeño fue fiebre inexplicable y los pediatras creyeron que eran alergias.
Un día, la pareja vio un brillo particular en su ojo izquierdo. Lo llevaron a un oftalmólogo en Azogues, de donde son originarios, y allí le detectaron el retinoblastoma.
El oftalmólogo le explicó que el cáncer en el ojo izquierdo era avanzado (estadio 4) y un nivel intermedio en su ojo derecho. Este médico le dijo que lo mejor era extraerle el ojo izquierdo y evitar que el cáncer siga.
El 11 de febrero de este año, en un hospital en Cuenca le extrajeron su ojo. Pero, según el padre, en esta intervención le dejaron vacía la cavidad sin ponerle un “implante poroso”, que permita que en el futuro una prótesis se mueva como un ojo normal.
Según Bonete, el médico jamás les dio esa opción y nunca habló con ellos. Por ello presentará una denuncia penal contra el oftalmólogo, que asesoró, y el cirujano que practicó la extracción por mala práctica médica.
El hermano de Paulito, de 23 años, habló antes de la operación con el oftalmólogo y le sugirió el implante. Pero no le hicieron caso.
En ese hospital le manifestaron que el niño debía seguir con quimioterapias y radioterapias y que si no daban resultados debían extraerle el otro ojo. A esto se negaron. Pidieron al Ministerio de Salud una derivación internacional, que fue rechazada. Con apoyo de personas viajaron a Colombia, en donde un grupo de médicos determinó nuevos tratamientos focalizados para el niño.
Bonete interpuso una acción de protección que fue aceptada el jueves pasado. El juez de la causa dispuso que el Estado se haga cargo de las terapias.
Hasta ahora, Paulito mira en el 100% con su ojo derecho, pero los médicos de Colombia creen que su recuperación será lenta. (I)