Menos de cinco minutos duró atraco a una joyería del centro
El reloj marcaba las 18:45 del jueves anterior y la mayoría de negocios, situados en las inmediaciones de las calles Aguirre entre Escobedo y Boyacá, pleno centro de Guayaquil, empezaba a cerrar sus puertas, luego de terminar su jornada normal de labores. Uno de esos locales era el 602 A, donde funciona desde hace más de 15 años la joyería Castillo.
Los minutos transcurrían y la noche empezaba a caer en la ciudad, cuando de pronto una inusual escena trastocó el orden en ese sector. Era el de una mujer de mediana edad, que con las manos atadas hacia adelante y envuelta en un ataque de nervios, gritaba desde la acera: “¡auxilio!, me robaron, me robaron”.
Frente a la joyería está ubicado el Hotel Sol de Oriente, desde donde el jefe de conserjería presenció el suceso. El hombre, que prefirió permanecer en el anonimato, relató que varios comerciantes intentaron tranquilizar a la mujer, quien resultó ser la propietaria de la joyería, a la que minutos antes habían ingresado dos sujetos vestidos con uniforme militar, quienes armados y bajo amenazas de muerte se sustrajeron varias prendas, entre anillos, aretes, collares y relojes.
Los dueños de los comercios aledaños realizaron la respectiva denuncia del hecho a la Central de Radio Patrulla de la Policía - 101, y a los pocos minutos llegaron los agentes a tomar procedimiento.
Otros testigos indicaron que los agentes iniciaron un operativo de búsqueda de los sospechosos, sin lograr resultados positivos.
Las vitrinas y exhibidores vacíos evidenciaron la magnitud del atraco, que no duró más de 5 minutos.
Los asaltantes llegaron al sitio a bordo de una motocicleta y simulando ser clientes irrumpieron en el local. Una vez en el interior, sacaron a relucir las armas de fuego y bajaron la puerta enrollable, para evitar ser detectados por los transeúntes.
“Eran dos personas vestidas de militares. Ingresaron, bajaron las puertas y luego huyeron”, expresó un testigo del atraco.
Una situación que ya se ha repetido en otros delitos, fue que los antisociales amenazaron a la mujer con prenderles fuego a sus nietos si ponía resistencia al robo.
Para eso, uno de los maleantes le mostraba un envase, supuestamente con gasolina.
Sumida en el pánico, la señora, junto con dos nietos menores de edad, con quienes se encontraba en el local, fueron conducidos hacia el baño, donde la mujer permaneció maniatada hasta que los asaltantes huyeron del lugar.
Luego de apoderarse de las joyas y del material que se encontraba en la caja fuerte de la joyería, los delincuentes huyeron sin que nadie pueda identificarlos.
El monto del perjuicio aún no ha sido señalado por los afectados y solo se conoció que el negocio no estaba asegurado.