Ciudadanos en Quito rechazaron con plantón violencia contra la mujer
¿Qué hubiera pasado si antes de Martha (nombre protegido) existieron otras mujeres violadas de manera atroz? Eso se pregunta la psicóloga Alejandra Cárdenas.
Martha, de 35 años, fue violada de manera brutal por tres personas el pasado domingo 13 de enero, cuando asistió a una fiesta de cumpleaños en un bar.
De los tres agresores, dos eran sus amigos desde hace dos años.
“Martha” recibe asistencia psicológica. Lee todo lo que publican en las redes sociales sobre su caso, eso le motiva a seguir. A ratos decae su ánimo y llora desconsoladamente. Luego toma fuerzas y decide continuar con el proceso legal.
La psicóloga Cárdenas explica que los cambios de ánimo de la víctima son normales y parte de su proceso de asimilación, que pasa por el shock del primer momento, continuará con trastornos en el apetito y el sueño y el síndrome del estrés postraumático. La especialista considera que si bien una violación deja un trauma de por vida en las víctimas, estos hechos pueden superarse con apoyo terapéutico. “Martha” cuenta con asistencia psicológica, que dispuso la jueza Gloria Pinza, quien lleva el caso. “La recuperación es un proceso”, afirma Jéssica Jaramillo, quien fue violada a los 30 años, en Esmeraldas, en donde trabajaba. El 8 de enero de 2015 salió a cenar por el malecón de Tonsupa. A pocos pasos dos sujetos le interceptaron a ella y a un compañero. Estas personas la agredieron sexualmente.
Hace dos meses, cuando han pasado tres años de aquello, le tomaron a Jaramillo un testimonio anticipado y le practicaron una pericia psicológica. Afirma que en ese momento, el fiscal Jhonny Suárez, que llevaba su proceso legal y ahora no está en la Función Judicial, no hizo nada.
Tras su agresión jamás recibió una medicina de anticoncepción de emergencia y peor aún retrovirales en el dispensario de Esmeraldas en donde fue atendida, sino que tuvo que asistir a un médico particular. Cuenta que fue revictimizada porque fue enviada del dispensario de Salud de Chimbacalle a la Maternidad.
En este último lugar golpeó fuerte la puerta de la dirección hasta que la atendieron con los antirretrovirales para evitar enfermedades como el VIH. Por ello, Jaramillo está a favor de la despenalización del aborto en casos de violación. Esta propuesta es analizada por la Asamblea en las reformas al Código Penal.
“Quienes somos víctimas pedimos el derecho a decidir sobre nuestra posibilidad de abortar”, señala.
A Jaramillo le practicaron un informe médico-legal; sin embargo, ahora que se retoma el caso no sabe en qué lugar se encuentran las muestras que se recogieron ese día. Jaramillo recuerda que tras ese episodio sufrió una fuerte depresión. “Una violación te marca la vida, eso modificó mis intereses, mi forma de pensar”, dice. Por ello creó una fundación, que lleva su nombre, para apoyar a las víctimas de violencia. Jaramillo conoce el caso de Martha y a ella le dice: “La vida nos pone circunstancias difíciles, en donde pone a prueba nuestra fortaleza, no descuides el tratamiento psicológico porque las secuelas son permanentes”. Jaramillo cree que para las víctimas de violación hay dos caminos, “condenarnos a ser sumisas o la liberación, como lo hice yo, contar nuestra experiencia, hacerla pública”.
El abogado Christian Arellano conversa todos los días con “Martha” y su familia.
La joven conoció del fallecimiento de Diana Carolina R.R, en Ibarra. “Se siente muy triste y se solidariza con la familia de la joven. Conocer esa noticia le afectó mucho”, cuenta Arellano.
Ayer pasó en compañía de su familia. Según su padre, “buscan que no decaiga y le dan ánimo”.
Ayer, la Policía Judicial realizó varias ampliaciones de versiones. Mientras que el viernes se tomaron nuevas muestras del lugar de los hechos, según afirma el abogado Arellano.
También, en Quito, se realizó un plantón, en la avenida de Los Shyris, en rechazo a la violencia en contra de “Martha” y Diana. Consignas como “contra la violencia machista, resistencia feminista” se escucharon en la concentración que llenó el lugar.
Olga Cifuentes, de 80 años, llegó a la protesta con sus hijas, nietas y una bisnieta. “Las mujeres no somos objetos, es hora de que nos respeten”, manifestó la mujer, mientras sostenía un cartel que decía: “Vivas nos queremos”.
Enrique Hernández, de 22 años, también acudió al plantón. “Rechazo la violencia contra Diana y Martha. No somos más hombres por agredir, violar o matar a una mujer”.
Isabela Pérez, de 25 años, pidió a las autoridades que se juzgue con todo el rigor de la ley a los violadores de “Martha” y al asesino de Diana. Para este lunes 21 de enero está previsto un nuevo plantón en la Fiscalía (12 de Octubre y Patria), a las 17:00. (I)