La justicia llega a urbes pequeñas de América
El servicio de justicia, con el afán de expandir su cobertura en América Latina, llega de diversas formas a las pequeñas ciudades de diferentes países, como muestra de aquello están las acciones emprendidas por los gobiernos de Colombia, Ecuador, Perú y Honduras, unos con mejores resultados que otros.
Una de las estrategias más curiosas es la puesta en funcionamiento de la Casa de Justicia Móvil, es decir, un autobús equipado con el personal y sistema idóneo para atender gratuitamente a las comunidades aisladas, en Colombia.
El vehículo lleva consigo representantes de la Defensoría del Pueblo, Inspección de Policía, Fiscalía, Comisaría de Familia y los Actores Voluntarios de Convivencia o Conciliadores en Equidad.
La idea es que, por ejemplo, casos de conflictos entre un arrendatario y un arrendador inconvenientes de familia, inasistencia alimentaria, estafas, moras en pagos, u otros, se puedan resolver de una forma ágil.
El ministro de Justicia y del Derecho de Colombia, Alfonso Gómez Méndez, explicó a canales informativos de ese país que el objetivo es que en los primeros meses de atención, más de 16.000 personas accedan a la justicia y resuelvan sus controversias cotidianas a través del diálogo, sin necesidad de acudir a los juzgados.
En el caso de Ecuador, durante los últimos meses se inauguraron Unidades Judiciales Multicompetentes en cantones que antes solo contaban con pequeñas oficinas que no brindaban las garantías necesarias.
El viernes 13 de diciembre el Consejo de la Judicatura le entregó a la ciudadanía de Atacames, provincia de Esmeraldas, un edificio que alberga despachos para tramitar causas en materia civil y penal, pero además cuenta con cámara de Gesell, salas de audiencias para oralidad procesal, sala de mediación, entre otras prestaciones que beneficiarán a 70.000 habitantes.
Inmuebles con similares características, pero que incluyen otras materias jurídicas, fueron estrenados previamente en La Concordia (Santo Domingo de los Tsáchilas), Pichincha (Manabí), etc.
Rómulo Espinoza, director del Consejo de la Judicatura en la provincia de El Oro, manifestó que con esto la justicia se sigue acercando a la ciudadanía de una manera ejemplar, tal como sucedió en los cantones Huaquillas, El Guabo, Zaruma y Santa Rosa, donde no había dependencias para resolver causas de Familia, Niñez, Adolescencia, etc.
Con respecto a la Casa de Justicia Móvil que funciona en Colombia, opinó que la idea bien podría replicarse en Ecuador para visitar barrios conflictivos, pues es una manera atractiva de invitar a resolver litigios mediante el diálogo.
“A muchas personas no les gusta ir a los juzgados, pero si estos (justicia móvil) van a su sector, lo más probable es que se animen”, manifestó Espinoza.
En Perú se crearon 30 oficinas de Asistencia Legal Gratuita (centros Alegra), donde atienden casos civiles, mercantiles y familiares en zonas con pocas posibilidades de acceso a la justicia, sin costo.
Daniel Figallo, ministro de Justicia y Derechos Humanos, declaró en ese país que realizan entre 500 a 1.000 diligencias por día.
Mientras que en Honduras se reforzó el trabajo de los jueces de paz, lo que amplió el acceso a la justicia en las jurisdicciones pobres de esa nación. Aquello permitió reducir a la mitad del tiempo la resolución de casos civiles, en 2004 se tardaban 1.251 días, ahora 612. A pesar de que todavía no es lo ideal, el cambio resulta significativo.
