Entrevista / general María Fernanda Tamayo Rivera / Directora Nacional de Planificación de la Policía Nacional y Supervisora de la Zona 7
"La honestidad es mi referente"
Apoyar al mando policial para que los procesos de depuración se cumplan, a fin de eliminar la corrupción al interior de la institución, será uno de los ejes de la nueva directora nacional de Planificación de la Policía Nacional, general María Fernanda Tamayo Rivera, quien también respalda la política de que los servidores no laboren en sitios distantes a su residencia. Ella se inspiró en la actriz Angie Dickinson, que desempeñaba el papel de una mujer policía, para seguir esta carrera. La autoridad policial dialogó con diario EL TELÉGRAFO sobre este y otros temas.
Usted fue parte de la primera promoción de mujeres. ¿Cómo mira el avance de la mujer al interior de la Policía?
Soy una de las 700 mujeres que decidieron emprender la carrera de seguridad ciudadana. Ingresamos 32 al proceso de formación y nos graduamos 26. Alcanzamos 6 el grado de coronel, pero no pudimos ascender todas al grado de general porque existen vacantes limitadas para ese grado.
¿Además de la carrera policial tiene formación académica?
Mi opción siempre fue ser oficial de Policía, pero en esa época no había la Escuela de Formación y yo había iniciado el prepolitécnico en la carrera de Ingeniería en Sistemas. Pero un 8 de septiembre (fecha de mi cumpleaños) se abrió la Escuela y pude iniciar mi formación policial. Actualmente he retomado mis estudios superiores; curso el quinto semestre de Administración de Empresas.
Al haber sido la primera directora de la Escuela Superior de Policía, ¿qué retos tuvo que enfrentar en el Alma Máter policial?
Cuando fui parte del proceso de formación, la Escuela tenía 120 cadetes en los tres años, pero cuando estuve en la Dirección de la Escuela teníamos que organizar a 1.600 cadetes; además había 26 mujeres y ahora tenemos 250. Fue una experiencia muy enriquecedora y positiva, especialmente en temas de género en la institución policial, incluida la Escuela, la cual permitió esta inclusión y la igualdad de oportunidades.
En ese cargo permitió que las cadetes llevasen sus peluches. ¿Cuál fue el objetivo?
Efectivamente, cuando visitaba los dormitorios de las cadetes veía que ellas tenían peluches. Bueno, esa situación es parte de la afinidad de la mujer; el hecho de haber optado por una carrera tradicionalmente para hombres no quiere decir que hemos dejado de ser mujeres. Entonces, esos peluches las hace sentir como niñas, que están muy felices y se sienten a gusto de continuar con la formación policial.
La Dirección de la Escuela Superior la asumió otra mujer. ¿Qué criterio le merece esta designación?
Tanya Varela es una compañera de trabajo, de un año menos que nosotros. He tenido el privilegio de formarme con ella, somos amigas, y me alegra que el ministro del Interior, José Serrano, y el mando policial hayan decidido dar continuación a los procesos de formación liderados por mujeres. El nuevo sistema educativo de la Policía Nacional da una orientación al servicio comunitario, por ello se creó la carrera de Ciencias Policiales y Seguridad Ciudadana, que se realiza a través de un convenio entre el Ministerio del Interior y la Universidad Central de Quito.
Como Directora de Planificación, ¿cuál es su mayor desafío?
Entre los roles a cumplir está el asesoramiento a nivel estratégico con el comandante general, Diego Mejía, así como los lineamientos de la Secretaría de la Administración Pública sobre la estructura de las instituciones estatales. Nosotros tenemos que cambiar desde la estructura funcional hacia una estructura por procesos para lograr la eficiencia en los servicios que presta la Policía Nacional.
Para ello ya se ha avanzado en los procesos; ahora nos toca consolidar los ejes: preventivos, investigativos y de inteligencia, para lo cual estamos potencializando el levantamiento en procesos adjetivos que apoyan a la gestión operativa. Es una tarea muy grande en la que se requiere personal técnico y especializado.
¿Cuál es su rol al tener que supervisar la Zona 7?
Los generales tenemos a cargo la supervisión de las zonas. Yo soy responsable de la zona 7 (El Oro, Loja y Zamora Chinchipe). Nuestra función es monitorear la actividad y coordinar con los comandantes de zona sobre las tareas para reducir el delito y verificar que exista talento humano, así como los recursos logísticos y tecnológicos para brindar seguridad ciudadana.
Su anhelo fue ser parte del Grupo de Intervención y Rescate (GIR). ¿Cómo considera el hecho de que ahora dos mujeres se entrenan en esta unidad?
Me parece interesante. Creo que a lo mejor nunca hubo limitante para que las mujeres ingresen a unidades tácticas, pero tampoco nos dijeron que podíamos ingresar. Ahora me parece muy importante que las mujeres continúen con esos retos y demuestren sus capacidades y esa tenacidad y fortaleza para alcanzar sus metas.
¿Cómo puede ayudar a eliminar la corrupción al interior de la entidad? ¿El caso de los pases ilegales a nivel de cúpula fue uno de los últimos?
Es un gran desafío. En mi caso específico he propuesto dar el ejemplo y ser referente entre las palabras y las acciones porque el ejemplo arrastra a los seres humanos. Desde esa posición, gestionaré y apoyaré al mando institucional para que estos procesos de depuración se vayan ejecutando. Esto es doloroso, pero es necesario para que la gente que permanezca en la Policía Nacional tenga la convicción y se involucre en forma honesta y transparente.
También hay que destacar que una de las políticas impartidas desde la Presidencia de la República es el humanismo para que el servidor no trabaje en un lugar tan distante de su lugar de residencia. En ese sentido yo seguiré apoyando la misión de la Dirección Nacional de Personal de la institución.
¿Cómo divide su tiempo para ser madre y esposa de un coronel de la Policía?
Con mi esposo (Cnel. Fausto Salinas) nos entendemos en el trabajo y también nos damos la mano cuando tenemos alguna tarea que cumplir, pero a veces se complica porque en las jornadas laborales coincide que los dos estamos en labores administrativas u operativas y la familia se queda un poco descuidada. Todo tiene un costo de oportunidad, el precio que hemos tenido que pagar es alto, pero nuestros hijos están felices y orgullosos.
Su sueño de convertirse en una policía de acción, como la actriz Angie Dickinson ¿aún lo mantiene?
Sí, la verdad es que esa actriz me inspiró a ingresar a la carrera. Cuando yo era pequeña, tenía entre 6 y 7 años, en mi provincia (Pastaza), realizaba las tareas de clase y las que mi madre me mandaba, con tal de ver esa serie en un televisor en blanco y negro. He cumplido mi sueño en la Policía, porque he participado en los procesos investigativos y operativos, pero también en el área estratégica y administrativa.
DATOS
María Fernanda Tamayo Rivera es oriunda de la parroquia Shell, en el cantón Mera, provincia de Pastaza.
Es parte de la primera promoción de mujeres policías, la de 1983, y pertenece a la cuadragésima octava promoción de oficiales de línea. Eran 26 subtenientes.
Estudió Ingeniería en Sistemas hasta que se anunció que en la institución policial ya no aceptarían solo a hombres.
Ha recibido 19 condecoraciones por su trabajo destacado en la Dirección Nacional de Tránsito, Dirección Nacional de Educación, Dirección Nacional de Policía, entre otras.
Se convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo de Directora de la Escuela Superior de la Policía “Alberto Enríquez Gallo”, en Quito.
Está casada con el coronel Fausto Salinas y tiene 4 hijos.