Juicio simbólico se efectuó contra autores de violación a los DD. HH.
Al conmemorarse 31 años de la ejecución extrajudicial de Gladys Jeaneth Almeida Montaluisa, se realizó ayer un acto de juzgamiento simbólico, en el parque Julio Andrade, en el norte de Quito, con la presencia de Mireya Cárdenas, parlamentaria andina electa, y Fidel Jaramillo, director de la Comisión de la Verdad de la Fiscalía, entre otros ciudadanos.
En el lugar, Gladys Montaluisa, madre de la víctima, realizó una dramatización, en la que ella era la fiscal que presentó la acusación y un tribunal juzgó a los presuntos autores materiales e intelectuales de la ejecución extrajudicial de su hija.
Para Montaluisa, este evento es parte de una serie de acciones emprendidas hace 31 años para buscar justicia ante la violación de los derechos humanos en Ecuador.
“Esta actividad tiene como fin mantener viva la memoria de Gladys Almeida y recordar que estos crímenes atroces no pueden volver a suceder en Ecuador”, manifestó.
Relato de los acontecimientos
El grupo Alfaro Vive Carajo (AVC), el 7 de marzo de 1986, ejecutó un fallido asalto a las agencias de los bancos del Pichincha y Caja de Crédito Agrícola Ganadero, ubicados en Sangolquí, cantón Rumiñahui. Luego de 19 días, la casa de seguridad de esa agrupación fue incursionada, por lo que los presuntos subversivos escondieron el armamento, sin lograrlo.
Marco Darío Troya -alias ‘Facundo’- en el fallido plan era el encargado de transportar a sus compañeros hacia una casa de seguridad, ubicada en el norte de Quito, en donde almacenaban parte del armamento de AVC. Gladys Almeida, según declaraciones de Marco Troya, se habría escondido en el techo de la casa y él (alias ‘Facundo’) en su intento de hacer lo propio fue detenido por los agentes de la Policía, quienes observaron la existencia de un hueco en el tumbado e intuyeron que alguien estaba ahí escondido.
Troya fue preguntado respecto de si había alguien ahí (oculto encima del cielo raso) y él respondió que sí, “que había alguien”, e inmediatamente con los ojos vendados fue conducido a un vehículo, desde donde pudo escuchar una ráfaga de disparos, preocupándose por lo que le pudo haber ocurrido con su compañera militante.
Según el testimonio de la madre de la víctima, quien estuvo al mando del operativo fue Edwin Valverde Herrería, alias ‘El Sambo’, y que de esa acción formó parte el subteniente de Policía Carlos Benavides, miembros del Servicio de Investigación Criminal de Pichincha (SIC-P), en 1986.
Según la madre de la víctima, “su hija fue acribillada y asesinada extrajudicialmente”. El parte policial del caso, emitido el 26 de marzo de 1986, relata que Gladys Almeida fue encontrada sin vida con 11 impactos de proyectil que ingresaron por la barbilla, tórax, abdomen, pierna izquierda y brazo derecho, en una casa, ubicada en el sector de Cotocollao, en el norte de Quito.
“Estaba mi hija cosida a balazos, esto era a las 19:00, a las 19:30 daba una rueda de prensa el exministro de Gobierno, Luis Robles Plaza. Al día siguiente, Viernes Santo, no me quisieron dar el cadáver de mi hija (los policías) me sometieron a un interrogatorio”, declaró Montaluisa.
El 27 de marzo de 1986 acudió a la morgue, donde los agentes pretendían que admitiera que aquel cuerpo era el de Justina Casco, perseguida a partir del secuestro de Nahim Isaías, y por quien se ofrecía una recompensa de cinco millones de sucres.
Un agente le afirmó: “no es tu hija, no es tu hija, por qué quieres llevarte un cuerpo que no es tuyo, no es tu hija” (se atribuye que el agente quería cobrar la recompensa que ofrecían por Justina Casco).
Este caso fue investigado por la Comisión de la Verdad en 2008. Hasta el momento, la Fiscalía indaga los hechos para judicializarlo. (I)