Familias del sur de Quito piden seguridad en barrios
El microtráfico de estupefacientes y la proliferación de discotecas y asaltos son las principales quejas de los moradores de algunos sectores del sur de la capital.
Los habitantes y comerciantes de barrios como la J, Mena 2, Ajaví, y la calle Michelena concuerdan en que sí existe presencia policial; sin embargo, observan que los patrullajes deberían ser en horas clave que aprovechan los delincuentes para cometer robos.
En la Mena 2, los propietarios de negocios afirmaron que la inseguridad se incrementa el fin de semana, y a partir de las 18:00. Y que la venta de drogas es el principal problema.
Una comerciante -que prefirió la reserva- con 20 años en el sector indicó que los expendedores se ubican a pie del mercado municipal de la Mena. Y recomendó que la policía también supervise los centros educativos de la ciudadela porque los niños y jóvenes son vulnerables.
En la calle Michelena, sector Atahualpa, la venta de drogas y la delincuencia también son un problema desde hace algún tiempo, pero disminuyeron notablemente gracias a iniciativas barriales como la Marcha de las Antorchas, que se efectuó en 2011, y la del Garrote en 2012.
Fernando Porter, habitante de Atahualpa y propietario de un negocio, afirmó que llegaron a esa decisión porque la situación se volvió caótica hace tres años, pues los delincuentes incluso amenazaron a los dueños de casa, por eso algunos tuvieron que cambiar de domicilio.
Sin embargo, es debido a esas protestas de las ‘Antorchas’ y del ‘Garrote’ que se logró un incremento de la presencia policial por algunos meses, lo cual ayudó a disminuir los niveles de peligrosidad.
Porter resaltó que la comunidad (Atahualpa) en ese tiempo perdió el miedo y salió a las calles, lamentablemente la unión de los vecinos no continuó, y algunos microtraficantes volvieron a la zona tiempo después, pero más alejados.
El comerciante entrevistado por este diario llamó a este periodo como una ‘terapia intensiva’ a la que fue sometido el barrio, pues los uniformados vigilaron el sector en moto, patrulla y hasta caballería. En la avenida Ajaví también solicitan mayor presencia de la policía, especialmente en la hora que salen e ingresan los estudiantes del Colegio del Consejo Provincial de Pichincha, pues los jóvenes son asaltados en todo momento.
En la J -sector Solanda-, a lo largo de la calle José María Alemán, los moradores afirmaron que sí hay patrullaje policial constante, por lo que recomendaron que los uniformados también ingresen a los parques y pasajes (callejuelas) del sector. “En esos sitios se ponen a fumar marihuana”, dijo Ángel Grijalva, comerciante en el sector por 20 años.
El incremento de bares conocidos como cerveceros también es una queja en la J.
Casi todos coincidieron en que esos lugares de supuesta diversión, “no traen nada positivo, más que delincuencia, borrachos y peleas que no permiten vivir en paz”.
“Desde hace siete años se instalaron estos negocios, deberían prohibirlos definitivamente”, comentó un habitante quien solo se identificó como JM, y ha vivido por 27 años en la J.
Siete locales nocturnos del sur fueron clausurados por personal de la Intendencia y la Policía del Distrito Metropolitano de Quito, en uno de los últimos operativos en el que se inspeccionó 50 bares. El Ministerio del Interior comunicó en su portal que en el operativo se evidenció el mal uso de los permisos de funcionamiento y el incumplimiento de licencias para operar. Las familias de esos sectores esperan cambios con la ayuda policial.