En la antigua cárcel hasta los guías vendían comida

En el Centro de Rehabilitación Regional del Guayas (CRS) hay un inmenso galpón acondicionado para preparar los alimentos que se sirven a las personas privadas de libertad (ppl). Ledy Zúñiga, presidenta del Consejo de Rehabilitación Social, indicó que en el área se invirtieron aproximadamente 1’500.000 dólares y que a diario se destinan 2,50 dólares por cada reo.

La preocupación de los familiares es evidente por la supuesta mala atención en las horas del desayuno, almuerzo y merienda. Por ejemplo, en la página web del Ministerio de Justicia se quejan porque supuestamente la comida es de mala calidad, cruda o sirven poco.

Jorge L.. salió el viernes de la cárcel y manifestó que a todos los reos se les da tres comidas diarias.

En los exteriores del reclusorio, algunas madres o esposas expresan su disconformidad, pues consideran que los menús publicados son solo falsos. Sin embargo, el pasado viernes, Jorge L., un interno que recuperó su libertad luego de 40 días de estar en la cárcel Regional, confirmó que al interior del centro penitenciario les dan tres comidas diarias y que son bien preparadas.

Zúñiga expresó que las protestas de algunos ppl se originan porque ya no pueden comer a la hora que desean, ni lo que prefieren, sino que se rigen a un orden establecido.

“En la antigua Penitenciaría, aparte de los alimentos que eran proporcionados por la empresa de catering Chef Express, compraban abastos en tiendas o alimentos preparados en picanterías o restaurantes adecuados en las mismas celdas. Hasta había guías penitenciarios que ingresaban almuerzos y los vendían a los internos. Entonces ahí cómo se iban a quejar”, mencionó Zúñiga.

Además, indicó que el proceso inició con la elección de la compañía proveedora de comida que se dio mediante un concurso. “No solamente es darles de comer, sino también tener rigurosas medidas de seguridad y esta empresa ya trabajaba con nosotros desde la Penitenciaría del Litoral”.

Por ejemplo, los desayunos, almuerzos y meriendas se sirven en los pabellones y cada interno posee una vajilla casi imposible de destruir. Esta es de policarbonato, un plástico estéril que no contiene componentes metálicos, con certificación NSF, un sello que se le pone a los productos para la manipulación de alimentos, explica en un comunicado el Ministerio de Justicia.

Otra de las cualidades es que resiste altas temperaturas que sobrepasan los 82 grados centígrados, es prácticamente irrompible, no es astillable, es decir, que en caso de una fuerza brusca, el material se pulveriza, pero no se rompe ni raya.

“Esta vajilla es utilizada en centros de privados de libertad que son bien manejados en el mundo, donde se aplican verdaderos sistemas de rehabilitación”, detalló la titular del Consejo de Rehabilitación Social.

César Bolaños, de la compañía Chef Express y quien está al frente de la preparación de los menús en el centro penitenciario, explicó paso a paso el proceso en el que trabajan unas 150 personas para preparar las tres comidas diarias de aproximadamente 3.700 internos.

El desayuno consiste en una bebida caliente (colada, café), un sánduche o empanada y frutas; el almuerzo comprende sopa, el segundo plato tiene un carbohidrato acompañado de la proteína y jugo, al igual que la cena, pero sin sopa.

Además, las personas que tienen problemas de salud se les da una dieta especial, elaborada por una nutricionista y guiada por las recomendaciones médicas.

Cada trabajador u observador que ingrese a esta área se pone una malla en el cabello y una mascarilla para evitar que contamine los alimentos. La sopa se prepara en 12 marmitas (ollas grandes) y luego se pone en lecheros para que se mantenga caliente y facilitar la transportación hasta los pabellones.

El arroz es lavado y luego cocinado en vaporeras (en total hay 10 instaladas), cuando ya está listo se lo ubica en bandejas cubiertas con el plástico adecuado para mantener la temperatura y luego guardarlo en cajas térmicas.

Las proteínas se doran en hornos combi. En cada uno entran 20 latas y en cada una de estas caben 50 porciones (por ejemplo, presas de pollo).

Las legumbres, carnes y frutas, son cortados o procesados en espacios designados, y en tablas de colores exclusivos para cada uno, para evitar la contaminación. Por ejemplo, el pollo es cortado en láminas amarillas, las carnes en rojas, pescado en azules, vegetales en verdes, panes en blancas, etc.

Para preservar los alimentos que se sirven a los internos, las carnes, embutidos, legumbres, jugos, entre otros, son almacenados en cuatro cámaras de frío. Dos de refrigeración y dos de congelación. Además, hay una bodega exclusiva para guardar los químicos y productos de limpieza y lámparas atrapa insectos. Esto forma parte de la rehabilitación social.