De  enero de 2011 a marzo de este año, el robo de cables del servicio telefónico ha dejado pérdidas económicas superiores a los 706.000 dólares en el territorio nacional. El último hecho registrado por la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) ocurrió en el kilómetro 7 1/2 de la vía a la costa.

En este sector, durante la mañana y tarde de este jueves, técnicos de la empresa procedieron a reparar el daño causado a consecuencia de los 150 metros de cable sustraído por delincuentes.

Freddy Ochoa, coordinador de la cuadrilla de reparaciones, indicó que el ducto afectado en la zona se ha convertido en uno de los puntos preferidos por los antisociales para cometer estos actos. “En 3 ó 4 ocasiones anteriores hemos venido a este mismo sitio con el fin de constatar similares anomalías”, acotó el técnico.     

Las pérdidas  económicas generadas a la empresa estatal no es el único  daño  reportado, ya que se suman las molestias causadas a los usuarios que se quedan sin el servicio telefónico. 

Por ejemplo, el robo en la Central Cerro Azul  -el último miércoles- dejó incomunicados a 1.500 usuarios de los sectores residencial y comercial de las urbanizaciones Los Parques, Jardines del Salado, Girasol y Renacer, en la vía a la costa.

Mediante un comunicado, la CNT confirmó que el robo en el sitio se registró pese a los sistemas de seguridad y  vigilancia implementados como parte del Plan Emergente de Guayaquil. Este consiste en instalar cámaras de vigilancia, alarmas y dispositivos de control de acceso en los lugares más críticos.

Para establecer estas medidas de seguridad, la CNT invirtió aproximada 3’000.000 de dólares. Luis Palau, gerente Provincial de  Accesos de la empresa telefónica, indicó que la principal medida que prevé ayudar a disminuir los índices de robos son las alarmas.  

Dijo que la señal es activada cuando son cortados los cables de las líneas telefónicas. “Es una alerta que llega primero a  nuestra central y luego nosotros nos encargamos de dar aviso a las autoridades policiales”, acotó. 

El cobre -con el que está formado el cableado- es lo que los delincuentes buscan con el fin de comercializar esta materia prima. Según un reporte de la CNT, el costo de este material es de aproximadamente  $ 2,25 la libra en el mercado informal.

Este ilícito es considerado un delito contra la propiedad, el cual es sancionado en el Código Penal con el artículo 550, explicó la fiscal Azucena Camatón.   

La normativa narra que “el que, mediante violencias o amenazas contra las personas o fuerza en las cosas, sustrajere fraudulentamente una cosa ajena, con ánimo de apropiarse, es culpado de robo, sea que la violencia tenga lugar antes del acto para facilitarlo, en el momento de cometerlo, o después de cometido para procurar su impunidad”. 

La funcionaria acotó que la sanción por este delito depende de los agravantes. “Se puede dar el caso de que los delincuentes ingresen a una bodega para robar el cableado y para ello utilicen la fuerza contra las personas”. Si es así, el hecho delictivo será reprimido  con reclusión menor de tres a seis años.

Pero si es solo el robo del cable desde los mismos ductos -como usualmente ocurre- la pena de prisión es de uno a cinco años.