Cada año 12.000 oficiales ingresan a un proceso de estudio para ascensos
“El policía aprende límites de normas constitucionales”
Cada año miles de hombres y mujeres procuran ingresar a la Policía Nacional. Solo en 2013 se inscribieron 27.897 aspirantes de los cuales, luego de los procesos de selección, 4.020 fueron aceptados para seguir el curso de uniformados de línea, es decir el 13% del total de inscritos.
Quienes intentaron entrar a la Escuela Superior de Policía vivieron una situación similar. De los 4.220 inscritos el año pasado, 573 fueron declarados aptos, de quienes finalmente 500 iniciaron la carrera de 4 años de duración, o sea solo el 11% al final logró su objetivo.
Esa gran mayoría que no logra el objetivo choca con las estrictas políticas de selección implementadas para asegurar que ingresen los mejores elementos, según el director de Educación de la Policía, general Juan Carlos Rueda. “Tenemos que asegurarnos de que el talento humano que salga de nuestros centros de estudios sea el más idóneo posible”, sostuvo el oficial que absolvió varios cuestionamientos de EL TELÉGRAFO.
¿Por qué miles de personas aplican todos los años para ingresar a la Policía?
El año pasado postularon casi 30.000 personas, porque estiman que la carrera policial tiene seguridad laboral, quieren tener trabajo. La institución sigue creando un espacio, hay una demanda de la comunidad y se genera un vínculo que ahora se está fortaleciendo, a través del incremento de la confianza en el desempeño policial.
¿Qué características busca la institución en los aspirantes?
Deben tener obviamente resistencia al estrés, al cansancio, tolerancia, prudencia, inteligencia para reaccionar bajo situaciones de tensión. El policía tiene que solucionar situaciones emergentes y debe tener una estabilidad emocional y la capacidad necesaria que le permitan resolver situaciones. Se están potenciando las habilidades para establecer niveles de confianza. En los aspirantes se practican estudios poligráficos, socioeconómicos, psicológicos. Estamos en una campaña de desarrollo de capacidades éticas, lo que sostendrá la confianza de los ciudadanos.
¿Cómo las identifican?
Se han diseñado pruebas específicas para los postulantes tendientes a identificar la personalidad; si es agresivo, tímido, si se sujeta a las reglas. Las personas que anhelan ser policías tienen que someterse a un sistema de reglas y límites mucho más exigentes que un ciudadano común, horarios rígidos, intensos entrenamientos físicos bajo presión, porque enfrentarán a delincuentes, a personas violentas y al mismo tiempo necesitan poseer la capacidad de resolver necesidades de las víctimas. Es complejo, un policía tiene que pasar rápidamente, en ciertos casos, de la fuerza a la sensibilidad, con toda la gama de problemas que se presentan en la sociedad. Esto se lo experimenta en el nivel formativo.
¿Y aprenden la manera de aplicar la fuerza?
Entrenamos a nuestros policías para que sepan cuándo y por qué no se deben utilizar las armas, dado que nosotros somos los encargados del orden público y la ley nos permite estar armados para enfrentar problemas y defender a la gente. Enseñamos, precisamente, a nuestros oficiales por qué no deben usar la fuerza. Es necesario saber cuál es el límite, en qué condiciones se utiliza la fuerza y bajo qué premisas. Les enseñamos a los policías valores de la nación, de la sociedad, el respeto al derecho y los límites de las normas constitucionales y la ley.
¿Tienen que estar obligatoriamente armados?
Los policías tienen que enfrentarse a momentos difíciles, al riesgo de perder su vida defendiendo las de otros y sus compañeros; en esas circunstancias aprenden a discriminar el peligro que representa el actuar frente a una situación en que nadie se identifica como delincuente. Deben tratar de ser objetivos en un ambiente donde todos tienen derechos. Identificar los riesgos, las amenazas y en un instante tomar decisiones, como lo sucedido recientemente con un policía que falleció por evitar un asalto; en ese caso el gendarme dio su voz de alto y le contestaron con un disparo. Lamentablemente falleció, era un policía valiente del GIR, padre de familia, que bien entrenado se percató de un incidente y reaccionó bajo las premisas que aprenden en el entrenamiento.
¿Qué asesoramiento académico externo apoya la formación de los aspirantes?
Mantenemos un convenio con la Universidad Central del Ecuador para que junto con la graduación y titulación como policías reciban también un reconocimiento académico en áreas de ciencias policiales con el nivel de licenciatura. En el caso de los oficiales de Estado Mayor, trabajamos desde hace varios años para que sean reconocidos como especialistas y obtengan títulos de magister en Conducción de Estrategias.
¿Cuál es el modelo educativo que se prioriza en las aulas?
Nuestro modelo educativo es constructivista por competencias; el oficial trabaja junto con sus maestros y ambos son parte del proceso de formación.
Usamos metodología dual, que es reconocida por la Senescyt; además recibimos colaboraciones de los institutos tecnológicos superiores del sistema de educación a través de un auspicio y de un convenio entre la Senescyt y el Ministerio del Interior. El modelo de gestión de la Policía apuesta por uno preventivo, pero también investigador y de inteligencia, porque en ese marco se desarrolla toda la actividad policial.
Todo el modelo de la Policía Nacional está sostenido en la educación, que es básica para sustentar este cambio. Pero, lo importante es desarrollar todo este espacio con reconocimientos académicos, procesos de capacitación permanente y de especialización, que vienen desde el origen de la formación para que la parte más sólida de nuestra institución sea la prevención. En esto la Policía Comunitaria entra con mayor fuerza y por eso la apoyamos.
¿Cuándo culmina, entonces, la capacitación de los uniformados?
Cada año 12.000 hombres, entre policías de línea y oficiales de diferentes rangos, ingresan a un proceso de estudio para ascensos. Se lo hace a través de una plataforma con cursos para cada una de las especialidades: de policía judicial, antinarcóticos, pilotos, especialistas en áreas forenses.
Además, hay cursos transversales que están dirigidos a todos los elementos uniformados, especialmente para los oficiales de las áreas operativas, por ejemplo de entrenamiento en el manejo de armas, derechos humanos. Nuestro trabajo ha sido reconocido como el de una entidad modelo, la Cruz Roja Internacional nos ha otorgado una distinción por el uso legítimo de la fuerza en eventos en que debemos intervenir.
¿Cuál es el nivel académico de los docentes encargados de la enseñanza de los postulantes?
La mayoría de los profesores son de cuarto nivel, con maestrías en diferentes áreas como Derecho Penal y Criminología. Así como en la etapa de formación cuando se convoca abiertamente a los bachilleres que tienen que haber sido reconocidos como aspirantes a la prueba ENES (Examen Nacional de Educación Superior), estamos recurriendo a las mismas exigencias para las profesiones de tercer nivel.