Ecuador busca pulir protocolos para la gestión de cadáveres en catástrofes

Armar una hoja de ruta para crear protocolos del adecuado tratamiento de difuntos en desastres es el principal objetivo de la Primera Reunión Multisectorial sobre Gestión de Cadáveres en Catástrofes que se desarrolla en Quito.

El encuentro, efectuado en las instalaciones del ECU-911, fue inaugurado esta mañana en presencia de Homero Arellano, ministro Coordinador de Seguridad.

"Es la primera vez que en Ecuador se lleva a cavo un taller de este tipo. Es verdad que los organismos de socorro priorizan a las víctimas, pero también hay que vigilar que haya un trato sensible ante las personas que perdieron la vida", indicó Arellano.

La cita dura tres días dentro de los cuales expertos del Servicio Integrado de Seguridad ECU-911, Comité Internacional Geneve, la Cruz Roja Ecuatoriana, la Secretaría de Gestión de Riesgos y especialistas internacionales compartirán sus experiencias para determinar qué normas se debe cumplir para la ubicación, identificación y entierro de los cuerpos fallecidos en cualquier tipo de desgracias de grandes proporciones.

Anibal Gaviria, director Nacional de Laboratorio de Genética de la Cruz Roja Ecuatoriana, compartió sus vivencias. Él ofreció asistencia las zonas del conflicto armado, en Colombia. También colaboró con el tratamiento de víctimas mortales por los ataques perpetrados en la provincia de Sucumbíos. Además apoyó en las tragedias ocurridas a causa de los ataques de Sendero Luminoso, en Perú.

El especialista informó que la Cruz Roja Internacional desarrolló un manual para estos casos. "La gente se ha dejado llevar de mitos como que es necesario enterrar rápidamente a los cuerpos porque pueden causar pandemias. En el manual explicamos que los difuntos no generan enfermedades", dijo.

Gaviria agregó que uno de los principales errores que hay que evitar es que los cuerpos se coloquen en fosas comunes. "Lo ideal  es la recolección de los fallecidos, luego levantar sus datos (nombre, edad, descripción física) y transportarlos a un lugar adecuado para enterrarlos, con conocimiento de los familiares", reiteró.

Arellano añadió que dentro de los protocolos se contemplará incluir los procedimientos para tratar los aspectos psicológicos y emocionales de las familias que perdieron a un ser querido. "Lo que buscamos es que haya un tratamiento integral", manifestó.

Rafael Barrante, responsable del Programa Personas Desaparecidas de la Cruz Roja para Bolivia Ecuador y Perú, aseguró que Ecuador no es el único país que se encuentra en este proceso inicial.
Dijo que en Perú y Bolivia, el tratamiento es también es nuevo. "Se han definido algunas hojas de ruta, pero todavía se está trabajando en la incorporación", reiteró.

En su ponencia, el especialista expuso su vivencia a partir del terremoto ocurrido en Pisco (Perú), el 15 de agosto de 2007. A causa de ese movimiento telúrico se reportaron 595 personas fallecidas.
Barrante aseguró que la disposición de cadáveres no estaba contemplada ni en el Ministerio Público, ni en Medicina Legal, ni en el sistema de Gestión de Riesgos. "Hubo caos. Los problemas que se registraron durante el terremoto fueron importantes. La gente pensó que iban a traer epidemias.

Además había más fiscales que forenses y no se tomó en cuenta que no era un delito, sino una tragedia", expresó.
El experto reiteró que de esta reunión se va a llegar a un consenso para definir una hoja de ruta con los pasos que hay que tomar como por ejemplo adquisición de materiales como tarjetas de código, bolsas de cadáveres, entre otros.

A las 16:00 de hoy, Jairo Vivas, médico forense de Colombia hablará sobre los roles que cumple una Comisión de Identificación, además de las gestiones de cadáveres. Y mañana, desde las 09:00, la Fiscalía General del Estado ofrecerá una ponencia sobre los recursos forenses para desastres.