Choferes infractores en labores comunitarias
“Cuando frené fue tarde, el señor se cayó, se pegó en la cabeza y unas horas más tarde murió de un derrame interno”, narró Carlos, quien cumple una sentencia de 240 horas de labor comunitaria en la Escuela de Educación Vial de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE).
El ciudadano de 32 años recuerda con exactitud que eran las 07:10 del domingo 12 de junio de 2011 cuando ocurrió el accidente. Él conducía un bus de la línea 75A y el pasajero se bajó rápido, como si se hubiera quedado dormido y pasado del lugar que debía quedarse.
“Ya no quiero saber nada de los buses, aunque en eso trabajé durante 12 años. Ahora laboro en una cooperativa de taxis. Valoro más la vida, nosotros solemos pensar que como vamos al volante somos dueño de la calle y no es así. Es una responsabilidad compartida entre conductores y peatones”, agregó.
Carlos reveló que fue detenido 2 años después y llegó a un acuerdo con la familia de la víctima, pues reconoció que la culpa la había tenido su pariente y, por eso, el juez dictó la medida comunitaria.
El conductor asiste de miércoles a domingo a cumplir con su sanción y eso le ha ayudado a tener más conciencia.
“Hacemos trabajos manuales, los vigilantes nos enseñan las leyes de tránsito, muestran videos de las consecuencia de infringirlas, salimos a la calle a trabajar con los peatones, entre otras actividades”, contó Franklin B., quien fue detenido en marzo durante un patrullaje.
Aquella vez este señor salió de su casa para lavar su carro y aprovechó para tomarse 4 cervezas. Cuando regresaba a su domicilio los uniformados lo detuvieron porque su aliento a licor.
La sanción que le impuso el juez fue de 16 horas de labor comunitaria, aparte de los puntos menos en su licencia y la multa económica. “Ahora comprendo el peligro, no se puede beber si se va a conducir”, remarca.
Alejandro Guaranda, subjefe encargado del curso de conductores comunitarios, indicó que desde 2011 han recibido a 200 choferes. No depende de ellos acogerse al recurso, sino de la decisión de un juez de Tránsito.
La labor se cumple de acuerdo a sus habilidades y horarios para que no afecten su subsistencia.
La Ley de Tránsito, en su artículo 123, estipula que las penas aplicables a los delitos y contravenciones de tránsito son: reclusión, prisión, multa, revocatoria, suspensión temporal o definitiva de la licencia o autorización para conducir vehículos, reducción de puntos y trabajos comunitarios.
No existe un límite en la cantidad de horas que se debe cumplir, ni mínimas, ni máximas. Por eso hay choferes que cumplen penas hasta de 1.800 horas por haber causado la muerte de su víctima.
En el nuevo Código Orgánico Integral Penal (COIP) ya se establece que el servicio comunitario consiste en e1 trabajo personal no remunerado que se realiza en cumplimiento de una sentencia y que en ningún caso superará las 240 horas.
En caso de infracciones sancionadas con penas de hasta 6 meses de restricción de libertad, el servicio comunitario no se realizará por más de 180 horas; en caso de contravenciones, no más de 120 horas.
Michel Doumet, director ejecutivo de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), indicó que la labor de los conductores comunitarios es positiva, porque ayudan en los programas de educación vial.
“Más allá de permanecer encerrados, son concienciados del riesgo de cometer infracciones. A fin del día nos ayudan a reducir los accidentes de tránsito en los que se pierden muchas vidas”, dijo el funcionario.
