A los 7 años, ‘Saúl’ empezó a consumir droga. La primera sustancia que probó fue la marihuana, pero durante 10 años llegó a consumir “de todo un poco” hasta llegar a inhalar  ‘H’ (su componente principal es la heroína), lo que, según él, más dañó su vida. “Esa es la peor, en cinco años me hizo pedazos. Pero no todos viven para contarlo y Dios me dio otra oportunidad”.   

¿Por qué se inició tan pequeño en el mundo de las drogas?  “Porque yo no sabía nada de la vida. Me la ofrecieron una vez e hice caso porque pensé que eso me haría sentir mejor, pero no fue así y llegué a robar en la calle”.

Saúl estuvo internado en el centro de rehabilitación social ‘San Andrés’, situado en la cooperativa Balerio Estacio, en el noroeste de Guayaquil, uno de los dos establecimientos clausurados en operativos ejecutados por las autoridades de la Intendencia de Policía, Ministerio de Salud Pública (MSP), Dirección General de Inteligencia (DGI).

El recinto, ubicado en una loma con calles polvorientas, es una casa de 2 plantas, pintada de melón. Las ventanas están aseguradas con rejas, pero no todas tienen vidrios.

Los cuartos, con poca iluminación, tienen un angosto espacio para caminar, pues ha sido aprovechado para que entren más camas. En Ecuador hay 2 centros oficiales de tratamiento de adicciones para adultos en Quito y Guayaquil.

La Secretaría Técnica de Drogas, con los ministerios de Salud Pública e Inclusión Económica y Social, tiene planificado habilitar 8 centros para tratar adicciones en el país.    

‘Jean Carlos’ seguía asistiendo al centro ‘San Andrés’ después de haber terminado su tratamiento.

Asegura que ahí lo ayudaron a dejar atrás casi 6 años de consumir estupefacientes y aunque su tiempo de tratamiento culminó hace más de 20 meses, acudía por lo menos pasando un día para las reuniones grupales, a las que consideraba tratamiento ambulatorio. “No quiero recaer y a veces a uno le dan ganas de volver, entonces mejor vengo acá que sé que es donde me pueden ayudar”.

Él también empezó a consumir drogas a los 10 años. “Mi mala conducta me llevó a ese mundo, lo primero fue la marihuana”.

En un área al aire libre del centro ‘San Andrés’, Bernardo Hidalgo, director provincial de Salud de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), mencionó que lo importante es salvaguardar los derechos de los menores y adultos que estén encerrados en contra de su voluntad. “Encontramos medicinas caducadas, mala disposición de desechos y algunos ‘pacientes’ estaban encerrados con candado”, informó.

Allí se rescató a más de 25 jóvenes (mayoría menores) que serán revaluados y trasladados a centros estatales de rehabilitación, según explica Hidalgo.

Tito Quintero, intendente General de Policía, informa que “no hemos encontrado al dueño, ni al administrador. Estamos atrás de los centros de rehabilitación clandestinos, pero como es información reservada no podemos revelarla”, sostuvo.

Informe de situación en Ecuador

Casi uno de cada 4 adolescentes (24%) alguna vez se embriagó y el 29% vio a algún estudiante del colegio usando drogas.   

Al 15% le sería fácil conseguir marihuana, al 8% comprar ‘H’, al 6% cocaína, al 4% éxtasis y al 3% pasta base, de acuerdo con el informe del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef): “Niñez y Adolescencia desde la intergeneracionalidad, 2016”.

El 46% considera que en su centro educativo circulan drogas y el 24% alguna vez vio a un estudiante que las vende o las pasa. Casi la mitad de los encuestados, un 48%, asegura que alrededor de su colegio o escuela venden estupefacientes.  

El estudio -que cuenta con el respaldo de otras seis organizaciones- se realizó a base de 4.000 encuestas a hogares y recoge más de 150 indicadores sobre el entorno familiar, educación, protección, salud, participación y felicidad. (I)