411 robos con uso de sustancias reporta la Policía de la Zona 8
Luis L., de 25 años, hasta el jueves último permanecía aturdido a causa de la ingesta de una sustancia desconocida que le dio a beber una mujer, a quien conoció en un centro de diversión nocturna de Guayaquil.
“Yo la conocí hace tres meses en una discoteca y el martes (12 de septiembre) me escribió por WhatsApp para invitarme a un karaoke”, balbuceó la víctima en las instalaciones de la Policía Judicial de la Zona 8, a donde había sido llevada para que colaborara en las investigaciones.
El hombre agregó que los mensajes vía celular continuaron y la mujer, quien se identificaba como Catalina, insistió en la invitación para salir a divertirse. “Me dijo que ella iba a llevar a una amiga y que yo llevara a un amigo”.
Al final, el hombre aceptó y acordó encontrarse en el Malecón del Estero Salado a las 19:00 de ese día.
Al lugar, Luis fue acompañado de su amigo y compañero de aulas, Antonio. Ambos cursan el tercer año de ingeniería en computación en la Universidad de Guayaquil.
“En el malecón, a la hora acordada llegaron ella y su amiga. Entonces nos tomamos una cerveza cada uno y luego nos fuimos a una discoteca a seguir bebiendo. En ese sitio nos servimos una jarra más de cerveza y les propuse dirigirnos a mi casa a tomar una botella de rompope y una de ron”.
La invitación fue aceptada de inmediato por las dos mujeres y tomaron un taxi no cooperado (pirata) con dirección a una ciudadela del norte de la ciudad.
Al llegar a la urbanización, el carro ingresó sin problemas. “Entramos a la villa, abrí la botella de rompope y le serví a todos, pero al tomarme el segundo trago ya no recuerdo más”, sostuvo Luis L., quien fue hallado inconsciente por su madre sobre un mueble de la sala.
La otra víctima estaba en uno de los cuartos. El inmueble se encontraba todo revuelto. Las mujeres se habían llevado cuatro teléfonos celulares, una laptop y otros enseres de valor.
Parecía el robo perfecto bajo la modalidad que la Policía denomina ‘aturdimiento con sustancias’, pero no contaron con que la víctima recordara la dirección domiciliaria de Catalina. “Cuando conocí a esta mujer hace tres meses fui a dejarla a su casa y gracias a Dios nunca se me olvidó cómo llegar”.
Agentes de la Subdirección de Investigaciones de Delitos Contra la Propiedad y Brigada Anticriminal (Sidprobac), tomaron el caso y al día siguiente del robo detuvieron a la sospechosa en su vivienda ubicada en la cooperativa Juan Montalvo.
Pero este caso no es el único ocurrido este año, según el general Marcelo Tobar, jefe zonal de la Policía, desde el 1 de enero al 31 de agosto se reportaron 410 casos de atracos bajo la modalidad ‘dulces sueños’ o robos por ‘aturdimiento con sustancias’.
Entre estos casos está el robo que sufrieron 2 hermanos el 16 de julio último, quienes también fueron seducidos por 2 mujeres y al final terminaron drogados y abandonados en el suroeste de Guayaquil.
Por la misma situación pasó el reportero de farándula Christian Albán, quien el 4 de febrero último fue drogado y abandonado en el sector de la ciudadela Los Rosales.
El uso de drogas por parte de la delincuencia para someter a las víctimas también puede causar la muerte, el año pasado la Policía zonal reportó cuatro fallecimientos por ese motivo.
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Versiones de las autoridades
Sin embargo, las cifras policiales muestran que los delitos mencionados están a la baja. “En el mismo lapso en 2016 se produjeron 577 casos, es decir hemos reducido la incidencia del robo por aturdimiento en 167 sucesos menos”, indicó el general Tobar.
Las cifras también revelan que los delincuentes usaron sustancias para robar a 343 personas, cometer 36 estruches a domicilios y apoderarse de 15 autos y 16 motocicletas.
El mayor Juan Carlos Soria, jefe de la Sidprobac zonal, recomienda a la ciudadanía no aceptar invitaciones de personas extrañas o recién conocidas y si acuden a discotecas, barras, bares y otros centros nocturnos, mantener siempre a la vista el vaso o la botella donde se sirven las bebidas alcohólicas.
“Ahora, si la persona ya está afectada por la ingesta involuntaria de drogas debe alejarse de inmediato de sus acompañantes y pedir ayuda”.
El fiscal de la Unidad de Flagrancias provincial, Julio Sánchez, reveló que la mayoría de casos de robos bajo la ingesta de sustancias prohibidas se dan los fines de mes, en quincena, fines de semana y en los meses de diciembre, marzo y agosto.
Sánchez recomendó a quienes les gusta farrear o divertirse que acudan a los clubes nocturnos siempre acompañados con amigos. “No deben aceptar bebidas de ninguna persona desconocida”.
Además, al fiscal le preocupa que la delincuencia tenga libre acceso a fármacos que inducen al sueño o estimuladores del sistema nervioso, los cuales en dosis no recomendadas pueden causar la muerte.
El doctor Juan Montenegro Clavijo, exjefe del departamento médico legal de la Policía de la provincia del Guayas, descartó que los antisociales estén usando escopolamina en los actuales momentos para dormir y robar a las víctimas. Explicó que lo que están administrando son psicofármacos o tranquilizantes mayores que inducen al sueño.
Asimismo, los maleantes usan sedantes, realizando una mezcla con alcohol que acelera la acción del medicamento lo que puede ser mortal.
Montegro detalló que las muertes se producen porque las víctimas quedan dormidas por efecto de los fármacos y el alcohol, lo cual los induce al vómito. “Es ahí cuando el própio vómito obstruye las vías respiratorias y se produce la muerte por asfixia”.
El médico forense dijo también que el hampa está usando las benzodiazepinas y antidepresivos que no duermen a las personas, pero sí las ponen en una condición vulnerable.
Montenegro lamentó que este tipo de medicamentos sean fácilmente conseguidos en nuestra sociedad como reemplazo de la escopolamina, planta de la familia de las mandrágoras, la cual tiene un efecto sedante y de pérdida de la voluntad.
El experto descartó que las sustancias que usa la delincuencia sean sumistradas por adsorción, porque el 99% de los psicofármacos, para que actúen, tiene que ingresar por vía oral. (I)
El 16 de julio último, dos hermanos fueron drogados, desvalijados y abandonados en una calle, a pocos metros de la avenida José Rodríguez Bonín, suroeste de Guayaquil. Foto: Cortesía