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El Telégrafo

Punto de vista

Nueva cocina ahorra dinero

Nueva cocina ahorra dinero
24 de marzo de 2014 - 00:00

Resulta innegable que, de eliminarse el subsidio al gas licuado de petróleo (GLP) y simultáneamente implementar el programa de sustitución tecnológica de las cocinas a gas por las  de inducción, deberá existir una seria revisión de las tarifas eléctricas, bien sea por sinceramiento hacia abajo, debido al ingreso futuro de importantes proyectos hidroeléctricos, que permitirán no solo el cambio de la matriz de oferta de energía, sino también de mentalidad del uso eficiente y eficaz de la energía; o bien sea vía subsidio directo a la electricidad, política que deberá ser implementada de manera escalonada e inteligente.

Esta última alternativa no debería ser considerada sino en caso extremo, pues se entiende que lo que se busca con el tiempo es la eliminación de los subsidios, carga financiera que, por supuesto, no aporta en nada a la economía del país.

Aquellos sectores que tienen integradas en sus consumos de energía a las cocinas eléctricas, el cambio tecnológico a las  de inducción les generará ahorro en tiempo y  un pequeño diferencial económico a su favor.

En tanto que los otros sectores de la economía, especialmente los de clase media, de no tomarse los resguardos correspondientes, sentirán un pellizco a sus ingresos.  

Con este programa de sustitución tecnológica, el uso de gas doméstico no desaparecerá, pues los hornos -parte integrante de una cocina en conjunto- permanecerán para ser operados con GLP o con electricidad, pero no con inducción magnética, al menos no por ahora.

De la mano y correlacionado con la implementación y posible implantación del presente programa de sustitución tecnológica, está sin lugar a dudas  el impacto técnico,  económico y financiero a las empresas distribuidoras y comercializadoras de energía eléctrica del país, pues la operación de las placas de inducción generarán un severo incremento de la demanda de potencia y energía, por lo que  debe preverse, de manera planificada, los correctivos a las redes de transmisión y distribución eléctrica.

Correctivos que implican mejoras y repotenciación de los conductores de las diferentes redes, división e incremento de circuitos, mejora de las acometidas de servicio eléctrico; sin dejar de lado, por supuesto, la compensación de reactivos que demandarán dichas placas de inducción;  que serán necesarios, de no ser considerada su compensación al momento de su fabricación o ensamblado.

Todo esto sin considerar los trabajos que deberán ejecutarse -en ciertos hogares- para disponer de tomacorrientes a 220 voltios para uso de dichas cocinas de inducción, cuya carga -dependiendo del número de hornillas- merece ser considerada, pues esto tendrá repercusiones en los sistemas de medición (la clase de medición), de alimentación (dimensionamiento adecuado del calibre de los conductores) y de protección (dimensionamiento del disyuntor o breaker).

Debemos estar conscientes, todas y todos, de que los ahorros energéticos tendrán que  venir obligatoriamente emparejados con la disminución de contaminantes; y sobre lo cual debemos reconocer que tenemos la oportunidad histórica de colaborar y ser actores en esta gesta, para salvar al planeta y ofrecer mejores días para nuestras futuras generaciones.

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