Los peatones expresan su malestar por el uso de las veredas para estos negocios
La regulación de precios no se aplica en los parqueos de cuatro ciudades
En la capital de la provincia de Cotopaxi, pese a ser una ciudad pequeña, existen cinco espacios para estacionamiento.
Los más grandes son de administración municipal: uno está en el Centro Comercial Popular, con capacidad para 430 vehículos, y otro en el Mercado Cerrado, que alberga 75 automotores.
En ambos edificios la hora cuesta $0.40; la hora y media $0,60 y las dos horas $0.80.
Estas estructuras, a diferencia de otras, cuentan con guardias de vigilancia y servicios higiénicos en óptimo estado.
En el barrio céntrico San Agustín existen tres sitios de administración particular, cada uno con capacidad para mínimo 80 vehículos. Aquí la hora va desde los $0.50 en adelante.
En todos se responsabilizan por la seguridad de los objetos y el carro en general, pero solo uno de ellos tiene baños.
En el Centro de Atención Ciudadana (CAC) hay un recinto para 100 automotores. Empero, ahí solo se reserva para los funcionarios de esa dependencia. Cada mes los empleados reciben tiquetes para hacer uso de él. Esto incomoda a algunos ciudadanos, pues consideran que también deberían permitirles utilizar esos espacios.
Dentro del Municipio de Latacunga no existe una ordenanza que regule los costos de los parqueaderos públicos ni privados.
Gabriel García, concejal, impulsó una ordenanza a fin de que se establezcan parámetros de costos, pero aún no está aprobada.
Actualmente las tarifas son reguladas por sus propietarios.
En los parqueados municipales del Mercado Cerrado y del Centro Comercial Popular no han ocurrido accidentes gracias a la intervención de los celadores y también porque existen brazos de seguridad.Lo que sí hay es incomodidad entre los peatones, por cuanto estas máquinas ocupan las aceras para el ingreso y salida. Lo mismo ocurre en los demás sitios, especialmente en los que están en el barrio céntrico San Agustín, donde las empedradas calles son estrechas, al igual que las aceras. Ello obliga a los transeúntes a tener cuidado para mantenerse a salvo. En ninguno hay señalización y el paso del peatón depende de la voluntad de los conductores de ceder o no el avance.
Ordenanza en análisis
En Ambato existen 5 parqueaderos municipales y alrededor de 60 privados. Los primeros se encuentran al interior de la Plaza Urbina, Centro Comercial Artesanal, mercado Modelo, mercado Colón y otro, detrás del Mercado de las Flores, frente al céntrico parque Doce de Noviembre. Allí la hora o la fracción cuesta $ 0,40.
En ellos existen salida de emergencia, servicios higiénicos, extintores, sistema contraincendio, cabina de cancelación y sistema de videovigilancia, por medio del cual el personal de seguridad garantiza el cuidado del vehículo. Lo mismo ocurre en la mayoría de parqueaderos privados, que por estar ubicados en el casco urbano cuentan además con el apoyo de los agentes civiles de tránsito.
La actual administración deberá aprobar en segunda instancia una ordenanza que el anterior Concejo Cantonal creó, en la que se estipula las características requeridas para este tipo de establecimientos.
Luis Amoroso, alcalde de la ciudad, presentó hace 9 meses un plan de peatonización del centro.
Este contempla la construcción de dos sitios ubicados en las entradas norte y sur del casco central.
Datos
Manta cuenta con pocos espacios destinados al servicio de parqueo privado. El costo unificado en la localidad es de $ 0,50 por hora o la fracción.
Uno de ellos está ubicado entre la calle 10 y avenida Cuarta. Hay cupo para 37 vehículos. Este lugar es bastante solicitado y son pocos los carros que permanecen durante todo el día.
El administrador Juan Manuel Illicachi sostuvo que sus clientes son personas que llegan para realizar un trámite rápido en el centro y luego abandonan el recinto. Aseveró que no ha tenido problemas con ellos.
Mariana Barreto, usuaria, explica que ella lo máximo que demora en dejar su vehículo en el lugar es una hora. “Hay que usarlos porque no hay un espacio en las calles y ya nadie regula”.
María Santana cuida los vehículos que quedan estacionados en un lugar privado en la avenida Quinta y 24 de Mayo. La mayoría están reservados por empleados de instituciones.
“Me cancelan $ 40 al mes y el día en que no vienen hay espacios disponibles para otras personas”, sostuvo.