Según los primeros indicios recabados por la Policía  Nacional tras la fuga protagonizada ayer por  55 internos del Centro de Detención Provisional de Pichincha (CDP-P), ubicado en el centro de  Quito,  se habría iniciado como parte de una  estrategia que incluía el traslado irregular de un preso de la Cárcel Nº 2 -que cumplía condena  por asesinato- hacia el CDP, que es de mínima seguridad, dado  que al lugar solo ingresan  los contraventores.

El ministro de Justicia (e), José Serrano, explicó que el sentenciado, de apellido Sucho, habría liderado esta trama, con el fin de provocar que durante la confusión de la fuga de los  internos, las personas privadas de la libertad (PPL) de las otras tres cárceles que funcionan en el mismo complejo penitenciario se amotinen, para generar también una fuga masiva, lo cual no se logró concretar.

Mencionó que de manera inexplicable se procedió, primero, al traslado, al parecer en contubernio con los directores de los centros y, luego, la mañana de ayer, supuestamente un guía fue amenazado con un cuchillo por Sucho tras  lo cual se produjo la  huida, salieron por la puerta principal y se dirigieron al mercado de San Roque,  a pocas cuadras del lugar.

La acción, a pesar de que no fue violenta, motivó el caos, ya que los guías -al parecer confundidos- no  atinaban qué hacer para impedir la fuga. “Empujaron a las personas que estaban en la fila y salieron, luego abrieron la reja de la entrada y se dirigieron hacia el mercado de San Roque”, confirmó un testigo.

La puerta principal del CDP-P, al momento del incidente, estaba resguardada por una mujer guía, mientras que dentro de las instalaciones laboraban otros 18 guardias que supuestamente no pudieron hacer nada para impedir el escape.

Serrano se refirió a que entre las irregularidades está la salida -minutos antes del incidente- de cuatro  guías penitenciarios de ese turno con un recluso, aduciendo que lo  llevaban hasta el hospital para una cirugía de hernia.

Una vez que alertaron a la Policía sobre lo sucedido se inició un operativo de recaptura, el cual incluyó el cierre  de  todas las calles aledañas al sitio con personal del GIR y el GOE, quienes revisaban todos los automóviles. Desde el aire, en cambio, el helicóptero policial daba apoyo a sus compañeros en tierra, lo que ayudó a recapturar  a 20 prófugos.

Ledy Zúñiga, presidenta del Consejo de Rehabilitación Social, no descartó que pudo existir un boicot por las denuncias presentadas contra los guías penitenciarios. “Del turno de ayer faltaron cinco guías del total de 24 y eso estamos investigando”, expresó la funcionaria.

El viceministro del Interior, Javier Córdova, indicó que se reforzará la seguridad en los centros de rehabilitación social a nivel nacional,  para que no se produzcan más incidentes de esta naturaleza.

Tampoco se reportaron heridos por causa de la acción evasiva, sin embargo, provocó el reclamo de los parientes, ya que las visitas fueron suspendidas por completo.

El CDP-P es parte del complejo carcelario del ex-Penal de Quito y alberga  aproximadamente a 1.500 personas. Por ese motivo se registró  mucha confusión al principio, especialmente al momento de identificar a los prófugos, ya que en el interior se encontraban  personas que visitaban a sus familiares.

El ministro Serrano advirtió que se procederá a una reestructuración del personal de guías de las cárceles en el país, para lo cual se implementará una unidad de contingencia penitenciaria que estará conformada por 1.500 policías, comandados por un   general,  que se encargarán de la seguridad en los reclusorios por un año, hasta que el nuevo personal de guardias esté debidamente capacitado para asumir nuevamente el control de las prisiones.

Serrano también  aseguró que están trabajando con la Fiscalía para denunciar penalmente a los 3 directores por la evasión ocurrida ayer en la mañana.

La tarde de ayer - además- los 19 guias que estuvieron de turno y el director del CDP-P fueron llevados a la unidad de Flagrancias, en donde el juez dictaminará el nivel de participación de los funcionarios en la fuga masiva.

El resto de reclusos que  faltan por capturar ingresará al programa de los más buscados, especialmente el supuesto líder de la revuelta, por quien se ofrecerá una recompensa.