FF.AA.: Mandatario estuvo secuestrado en el hospital
Nubes inacabables de gas lacrimógeno, disparos que cruzaban las habitaciones y gritos de los insurrectos... Este fue el escenario que recibió al Grupo Especial de Operaciones “Ecuador”, el 30 de septiembre de 2010, en el instante en que se había iniciado la incursión en el Hospital de la Policía Nacional para sacar al presidente Rafael Correa, quien, a esas alturas, ya tenía nueve horas en el tercer piso.
El informe de las FF.AA. sobre la “Operación Rescate” desarrollada esa noche revela que el alto mando militar dispuso que el dispositivo se realizara de manera sorpresiva y con la mayor rapidez posible tomando en cuenta que la vida del Jefe de Estado estaba en peligro debido al secuestro -confirmado por los propios militares- del cual era víctima por parte de elementos de la Policía Nacional.
“... el personal continuó su avance a través de los corredores empleando armamento no letal, instantes en los cuales los insurrectos lanzaron las armas al piso y levantaron las manos en señal de rendición gritando ‘estamos con ustedes’, uno de estos elementos, que se identifica como CAPT. de Policía, fue obligado a conducir al equipo del GEO hasta donde se encontraba el Sr. Presidente (tercer piso), llegando al sitio donde lo mantenían secuestrado”, señala el informe en su página 5.
Una vez que los elementos del GEO pudieron llegar hasta la habitación del Primer Mandatario procedieron, de inmediato, a sacarlo. “Al organizar el dispositivo de evacuación, en la vanguardia se encontraba el GEO ‘Ecuador’, abriéndose paso ante la posible reacción de los secuestradores, elementos del GOE cubrieron al Presidente, entonces se decidió salir por las escaleras de emergencia ubicadas en la parte posterior del edificio por motivos de seguridad, ya que la parte frontal tenía grandes ventanales que hacían del Sr. Presidente un perfecto blanco de oportunidad para los francotiradores de la Policía Nacional que se encontraban en las terrazas opuestas”, agrega el documento oficial.
La extrema violencia con la que los militares fueron recibidos y despedidos de la zona del Hospital de la Policía Nacional fue confirmada por el coronel Luis Castro, líder de las Fuerzas Especiales. “Se ingresó las tropas con escudos, con apenas material como gas lacrimógeno porque pensábamos encontrar ‘pacifidad’. Pero ante la avalancha agresiva, la gran cantidad de municiones de los apostados en el hospital (...) Tuvimos que proceder a defendernos”, confesó Castro en una entrevista un día después del 30-S.
Pero los indicios de intento de magnicidio no fueron alertados en el ingreso a la casa de salud, sino con horas de anterioridad. El documento indica que a las 17:30 la Dirección de Inteligencia del Comando Conjunto informó, en base a intercepción de comunicaciones, “sobre la intención de miembros de la Policía insurrectos de atentar contra la integridad del Sr. Presidente”.
El informe militar, de 14 páginas, fue elaborado el 18 de octubre de 2010, por el director de Operaciones del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Jorge Peña Cobeña.
El documento reservado completo se pudo conocer luego de que el presidente Rafael Correa pidiera desclasificarlo para informar de forma “precisa y exacta” sobre los sucesos de la jornada de sublevación.