Gracias al olfato de la perra Kily, que apoyó el trabajo del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) de la Policía, se logró encontrar, alrededor del mediodía de ayer, los cuerpos de los cuatro miembros de la familia Méndez que no habían sido rescatados tras el alud de lodo ocurrido en la madrugada del miércoles junto al estero Tabete, en Esmeraldas.  

Los primeros indicios del hallazgo se produjeron la tarde del jueves, cuando a través de  los malos olores se logró ubicar ganado enterrado por la masa de lodo y restos del establo de la finca de propiedad de Epifanio Méndez (75 años de edad), quien junto a tres familiares quedó sepultado por la avalancha que cubrió aproximadamente un kilómetro.

El propio jueves, cuatro máquinas pesadas desalojaron el lodo hasta una profundidad de 26 metros, donde se hallaron los escombros de la vivienda, ropa y enseres.

Las tareas de rescate se reanudaron la mañana de este viernes y cerca de las 12:00 apareció el cadáver de Maité Lucas (18 años), aprisionada por un poste de la casa de dos pisos construida con cemento y madera.

A pocos metros de ella se encontraba el cuerpo de su hija de dos años K.M.L, y en el primer piso, el de Epifanio y su hijo Eddy Méndez (40 años).

Fabián Aquinga, del GOE de Pichincha, detalló que la tarea de búsqueda fue ardua porque el torrente de lodo y agua movió de su ubicación original las viviendas de las tres familias fallecidas. “Son 13 los cuerpos recuperados, aunque por un error en los datos se decía que otra hija de Eddy Méndez había muerto con ellos”, explicó Mario Zerda, comandante de la Policía Judicial en Esmeraldas.

Lo cierto es que la niña viajó con su tía el lunes a Machala (provincia de El Oro), y sus padres y una hermana decidieron visitar a don Epifanio el día del percance, dijo Luis Guevara, un vecino.

Los cuerpos fueron transportados hasta la morgue de Esmeraldas para su inmediato sepelio en el cementerio de Chigüe, ubicado a pocos kilómetros de Tabete, donde el jueves ya fueron sepultados Rosario Salazar y su hijo de dos años.

Los otros cuerpos hallados en días previos corresponden a Hilda Mecías Salavarría (52 años), Jenny Alcívar Mecías (22), Milson Alcívar Muñoz (55), Nancy Alcívar Mecías (29), N.A.M. (4), M.S.A. (3), Luis Alcívar (25), su esposa Rosario Salazar (15) y el hijo de ambos, E.A. (6 meses).

Seis de las víctimas fueron llevadas a Flavio Alfaro, de donde eran originarias, para darles sepultura en ese cantón manabita.

Tras los hallazgos de ayer, los socorristas y la Policía desmontaron de inmediato el operativo de búsqueda, mientras los militares y maquinaria pesada continuarán trabajando hasta encauzar el estero Tabete, represado por el alud.

Mientras tanto, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) anunció que unas 20 familias que habitan en las faldas del cerro Tabete, serán reubicadas en un lugar más seguro.

Esto ante el pedido que hicieron varias de ellas. La zona presenta grietas en algunas partes, lo que preocupa a los habitantes de ese recinto, quienes, no obstante, reiniciaron sus labores agrícolas y ganaderas.