El XVIII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes (FMJE) continuó hoy con el simposio "Reestructuración reaccionaria en la educación de acuerdo a las necesidades capitalistas". En la cita, que se desarrolla hasta el viernes en el parque Bicentenario, en Quito, participó Guillaume Long, ministro de Coordinación de Talento Humano, quien compartió con los jóvenes la creación de las universidades Yachay ( Conocimiento),  Ikiam (Amazónica), de las Artes y de la Educación.

El ministro manifestó que espera que estos centros de estudios con el que Ecuador buscar ser "productor de conocimiento". Destacó que Ecuador no produce ni un motor, pero que el reto es hasta el 2014 construir el primer motor y tener un polo científico de investigación".

Lon enfatizó que Ecuador es el país que más invierte su Producto Interno Bruto (PIB) en educación con 1,8%. Con esta cifra, el país está en segundo lugar en el posicionamiento mundial, en primer lugar estaría Dinamarca con 2,2% del PIB.

Kim Kim Hong, representante de la Juventud Socialista de Corea, señaló que por decisión presidencial desde este año el país decidió como obligatorio el pénsum de ciencia y tecnología en las escuelas y colegios. Considera que con ello se tendrá "hombres con alta capacidad técnica.
Irina Strusa, de la Juventud Comunista de Grecia, dijo que “la educación es una actividad social desde que naces hasta que mueres”.

Yara Casaño, de la  Unión Nacional de Estudiantes de Brasil, manifestó que en su país los estudiantes de la universidad pública lograron montar tecnología de extracción petrolera en el mar y crear fibra óptica de comunicación, que no podrían hacerlo los estudiantes privados. Indicó que la educación es la solución para conquistar los problemas.

Mañana se desarrollarán las Cortes Antiimperialistas, desde las 09:30, en el Centro de Exposiciones Quito. Ecuador pondrá en este tribunal ético sancionador el caso Chevron.  Hoy, en el parque Bicentenario millones de jóvenes empaparon sus manos en petróleo y colocaron sus huellas sobre un telar blanco, en protesta al accionar de la multinacional, que contaminó la Amazonía por más de 30 años.