Ratas que entran a las iglesias, a las tiendas, a las viviendas y a las escuelas aún se observan en barrios del Guasmo, isla Trinitaria, Suburbio Oeste, Bahía (en el centro), Bastión Popular, Sergio Toral, Prosperina y las parroquias rurales (Progreso, El Morro, Tenguel, Posorja y Puná).

En la iglesia San Alejo, en el centro de la urbe, el problema con los roedores es recurrente. “Ingresan, incluso, durante la misa”, cuenta el párroco César Piechestein.

El año pasado, personal de la Dirección de Salud del Municipio de Guayaquil fumigó dentro y fuera del inmueble, pero -afirma Piechestein- la población de ratas “aumenta, ya que hacen nidos” en un parque adyacente.

En Florida Norte, el foco de reproducción es una zanja abierta de aguas servidas y pluviales. El lugar se caracteriza por concentrar fundas de basura que son dispersadas por los perros callejeros.

Magaly Intriago, moradora de la manzana 619, cada noche, antes de dormir clausura todas las aberturas de su vivienda, hasta las puertas de su dormitorio, para evitar que los roedores la visiten. Aquello no es suficiente para parar su arremetida. Cuando amanece, la vecina encuentra restos de fundas y panes rumiados en los anaqueles de la cocina. “Por aquí nunca he visto que hagan desratización”, critica.

La Dirección de Salud Municipal ha informado públicamente, en varias ocasiones, que erradicar la totalidad de las ratas del cantón es una tarea utópica. Lo que se busca - reiteró a los medios Ernesto Romero, titular del despacho, es minimizar esta población.

El Cabildo, en la actual administración, cerca de 13 años lleva adelante el Plan de Desratización Urbano y Rural. Aún existen entre 20 y 30 de esos animales por cada persona. Según cifras divulgadas por el Cabildo, en la ciudad no han cambiado esos promedios en los últimos 13 años. En base a esa cifra habría alrededor de 70 millones de ratas en las calles.

Romero manifestó que es necesaria colaboración de la ciudadanía para limpiar los sectores y aumentar la efectividad de los controles.

Durante las fumigaciones en los barrios se entrega información a los moradores sobre la forma de erradicar los roedores.

Las sugerencias que hacen los brigadistas del Municipio a los pobladores para controlar esa plaga es mantener limpias las viviendas, eliminar el material inservible y cartones que puedan servir de madrigueras. Además, no acumular basura.

El veterinario Ricardo Barahona explicó que el roedor es omnívoro, por tanto cualquier alimento, desperdicio y carne putrefacta puede atraer su presencia. Además, su esqueleto es suficientemente flexible que le permite atravesar sumideros de las calles e ingresar a las casas por medio de cualquier rendija.

Pese a las cifras del Cabildo, afirmó, es difícil establecer la cantidad que existe. Cada rata puede parir hasta 20 crías en una gestación de 19 días. “Suponer que solo hay hasta 30 por persona puede ser una cifra equivocada (menor)”.

El especialista agregó que poblaciones rurales y sectores urbanos donde no hay alcantarillado sanitario y que están contaminados -por problemas de recolección de basura- son vulnerables a enfermedades transmitidas por los roedores.

Entre estas la leptospirosis, presente en la orina de las ratas, que es una bacteria que puede perdurar largo tiempo en el agua o en un ambiente húmedo, templado o alcalino. “Por ello hay que tener más cuidado durante el invierno”, sugirió la doctora Lorena Zambrano.

También, puede originar la peste bubónica, fiebre hemorrágica, neumocistitis, meningoencefalitis y amebiasis.

Para Zambrano, es necesario aumentar los controles y campañas para mitigar los índices de la leptospirosis, enfermedad que se caracteriza por provocar una vasculitis generalizada (lesión vascular en el hígado, pulmón y riñón).

Mientras que la peste bubónica es una enfermedad infecciosa que se transmite a través de la picadura de diferentes tipos de pulgas de rata infectadas.

En el hombre esta afección se presenta bruscamente con fiebre alta, linfadenopatía (hinchazón de los ganglios linfáticos), supuración -producción de pus- de ganglios satélites, bacteriemia (presencia de bacterias en la sangre) y cansancio.

En 2013, como parte del XII Plan de Desratización Urbano y Rural que se ejecutó entre julio y diciembre, el Municipio de Guayaquil intervino en 174.300 viviendas (7.924 manzanas) de sectores populares.

El Cabildo ha informado que el control de ratas no es de su competencia, pero considera la situación dentro del presupuesto para la Dirección de Salud.

En cambio, el Servicio Nacional de Erradicación de la Malaria (SNEM) aclaró que la institución solo se encarga de contrarrestar los vectores artrópodos (mosquitos, chinchorros, entre otros insectos).

Este diario intentó obtener la versión de la Dirección Zonal 8 del Ministerio de Salud sobre el tema, pero hasta la tarde de ayer no se pronunció. Los sectores que requieran el servicio de desratización deben contactarse con la Dirección de Salud e Higiene al 2594800, extensiones 3316 o 3317.

También pueden hacerlo con una carta, que debe ser entregada en el edificio El Crillón (Pichincha y Clemente Ballén).

Datos

En 2001, el Municipio inició el plan de desratización de la ciudad. En el comienzo de la gestión se estimó una población de 40 millones de roedores, es decir, 20 animales por habitante.

El presupuesto de 2001 para eliminar la plaga fue de $ 300.000. Duró, aproximadamente, 2 meses y se distribuyó entre la ciudadanía 19.488 kg del cebo raticida de cuarta generación llamado Block.

El plan fue inaugurado en las calles Pancho Segura y la 46, en el suburbio oeste. En la primera ejecución del plan se incluyeron los mercados, el camal municipal, parques, hospitales y centros educativos.