Hace cinco años, Independiente del Valle era considerado el equipo ‘cenicienta’ de la Copa Libertadores 2016. Estaba en la fase final del torneo más importante de América y tenía en frente a rivales con basta experiencia y títulos internacionales.

El conjunto ecuatoriano era casi un novato en la copa porque cursaba su tercera participación en el certamen. En esa edición clasificó a octavos de final luego de eliminar en la fase de grupos a campeones sudamericanos como Colo Colo de Chile y Atlético Mineiro de Brasil.

En octavos tuvo que enfrentarse a River Plate, el vigente campeón, que llegó a Quito con la confianza de superar una llave que parecía sencilla. El 2-0 de los Rayados fue suficiente para en Argentina cuidar la serie, pese a perder 1-0. En ese momento, la prensa argentina empezó a cuidar sus expresiones sobre el cuadro de Sangolquí.

Sin embargo, en la semifinal apareció Boca Juniors. El club más popular de Argentino provocó que los periodistas, dirigentes y exfutbolistas creyeran que era el encuentro más sencillo en la historia xeneixe para acceder a una final.

En los programas de debate, los panelistas decían que “era un hecho” la eliminación del conjunto ecuatoriano. Festejaron antes de tiempo porque en la semifinal de vuelta, luego del 2-1 en la ida, Boca Juniors quedó sin reacción y La Bombonera en silencio por el espectáculo de los rayados.

Con goles de Luis Caicedo, Bryan Cabezas y Julio Angulo; Independiente del Valle venció por 3-2 a los boquenses en Buenos Aires y desde entonces se ganó el apodo de ‘Matagigantes’.

En los años posteriores, los medios argentinos comenzaron a ser más cautos con los enfrentamientos entre Independiente y los equipos de ese país. La última víctima, Colón de Santa Fe en la final de la Copa Sudamericana 2019.

Cinco años después, Independiente del Valle continúa como el ‘Matagigantes’, pero con el extra de tener en su escudo la primera estrella del campeona nacional, su deuda pendiente.