LA EDUCACIÓN FINANCIERA, UN PROCESO QUE PERMITE LA INCLUSIÓN DE LAS MUJERES EN EL SISTEMA FINANCIERO
La educación financiera es un proceso por el cual las personas logran un mejor y mayor conocimiento de los diferentes productos y servicios que ofrecen las distintas entidades financieras, a fin de desarrollar capacidades y habilidades que les permitan tomar mejores decisiones con el uso del dinero y manejar correctamente los recursos económicos. Según la publicación Estadísticas de Inclusión Financiera del Banco Central del Ecuador, en la cual se muestran los resultados de encuestas realizadas durante el 2016 y 2017, en nuestro país, el 96% de las personas no ha recibido charlas o material sobre educación financiera por parte de alguna entidad financiera o entidades de gobierno. Por esta razón, es relevante que toda la población, en especial grupos minoritarios, como las mujeres, tengan la posibilidad de participar en este proceso de educación.
El papel de las mujeres en la educación financiera
La brecha de género es un concepto que refleja, según la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria, la diferencia entre hombres y mujeres, respecto a las oportunidades de acceso y control de recursos económicos, sociales, culturales, políticos, etc. Tradicionalmente, los hombres ocupan mejores plazas de trabajo que las mujeres y por ende más ingresos. Según cifras del INEC, en 2019, la brecha salarial, en Ecuador, entre hombres y mujeres fue del 20%, es decir, que por cada dólar que reciben los hombres, las mujeres reciben en promedio 18 centavos menos. Estas situaciones impiden que las mujeres acumulen dinero y accedan a más productos y servicios financieros.
Brechas de género por productos financieros e inversión por jubilación
Fuente: CAF Encuestas de Capacidades Financieras (2020)
Elaborado por: Miguel Andrés Vergara.
Como se observa en el gráfico anterior, en la actualidad, las mujeres acceden menos a productos financieros. particularmente se evidencia que un 17% menos de ellas, tendrán recursos de su jubilación para su futuro. En este contexto, procesos e iniciativas de educación financiera toman una gran relevancia ya que se plantean como principal objetivo generar una verdadera inclusión, al promover la igualdad de oportunidades, en este caso, de las mujeres, a través de la capacitación en temas que les permitan acceder a diferentes productos y servicios financieros que les permitan satisfacer sus necesidades.
¿Las mujeres tienen mejores hábitos financieros que los hombres?
A pesar de que este género accede a menos productos financieros, sus hábitos de deuda y ahorro hacen que sean más comprometidas que los hombres. Un estudio realizado en Chile, por la Comisión para el Mercado Financiero, en 2019, muestra que las mujeres son más puntuales en el pago de sus obligaciones crediticias que los hombres, lo que refleja la responsabilidad con el sistema financiero.
Por otro lado, las mujeres ecuatorianas desarrollan mejores estrategias ante situaciones financieras complejas. Por ejemplo, De acuerdo al Banco de Desarrollo de América Latina (anteriormente CAF), los ingresos de este grupo de la sociedad no son suficientes para cubrir los costos de vida, por lo cual tienden a recortar los gastos. Según la publicación Brechas de género en las encuestas de capacidades financieras de CAF: Brasil, Colombia, Ecuador y Perú, del 2020, se evidenció que las mujeres prefieren ahorrar para el futuro, mientras que los hombres prefieren gastar su dinero.
Empoderamiento económico en la mujer
Para mejorar la inclusión financiera, no basta solo con tener buenos hábitos, es necesario generar empoderamiento. Este proceso, permite que las mujeres tomen decisiones financieras familiares, controlen sus recursos económicos y desarrollen habilidades de negociación, esto contribuye a la igualdad de género, la erradicación de la pobreza y el crecimiento económico inclusivo.
Así, entendiendo la importancia y el rol de la mujer en la sociedad, actores como instituciones financieras, fundaciones, entre otros entes, han contribuido al desarrollo de productos financieros para cubran sus necesidades y promuevan la inclusión financiera en el país. Un ejemplo de ello han sido los procesos permanentes de capacitación a mujeres y niñas de distintos sectores sociales, que ha desarrollado Fundación Bien-Estar. En el 2021, del total de personas beneficiarias de los programas desarrollados por esta fundación, el 57% de los participantes fueron mujeres versus un 43% de hombres que se capacitaron.