Los focos de fuego llevan más de dos semanas en Brasil y consumen la selva amazónica y, con ella, toda clase de especies de fauna y flora. En redes sociales el tema se hizo viral con #PrayforAmazonas. Fotos de la NASA muestran la gravedad de esta devastación que consume el principal pulmón del planeta. Los incendios crecieron el 38% este año, según lo que reportan dichos satélites.
A inicios de este mes, el presidente brasileño Jair Bolsonaro, destituyó a Ricardo Osorio Galvao, director del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales, órgano responsable de monitorear y divulgar datos sobre deforestación, la posible causa de lo que ocurre ahora en este país suramericano. Antes de dejar el cargo, el funcionario reveló que la Amazonía brasileña ha perdido más de 3.000 km cuadrados de área boscosa. Y la cifra va en aumento a raíz de que Bolsonaro está en el poder.
En redes, los cibernautas postean mensajes de recriminación, rechazo ante las fuertes imágenes que circulan y ante la poca o inexistente solidaridad con este país. “Si la humanidad se unió por Notre Dame, por nuestro planeta podemos hacer más”, escribió un tuitero. ¿Dónde está la ayuda mundial y los activistas?
Francisco Alves Mendes Filho, más conocido como Chico Mendes, fue un activista ambiental brasileño que luchó desde su trinchera contra la extracción de madera y la expansión de los pastizales en el Amazonas. Fue asesinado en 1988. Quizás ya sabía lo que iba a ocurrir años más tarde.
Pero mucho antes, en 1965, el Gobierno brasileño empezó a promover el “desarrollo” de la región amazónica, mediante un programa de colonización. Entonces los fazendeiros (grandes terratenientes) adquirieron 6 millones de hectáreas de tierra en Acre con unos títulos ilegales de posesión, sin importar que fuesen territorios indígenas o estuviesen habitados durante décadas por familias de seringueiros (caucheros).
Hoy el resultado es el que lamentablemente vemos. El “desarrollo” continúa con fuego y se lleva por delante toda especie viva. Hoy hay que unirse más que nunca porque el Amazonas somos todos. (O)