Después de una seguidilla de denuncias de violaciones, abusos y acoso sexual contra niños, una red de maestros de Guayaquil protagonizó una marcha para pedir que no se estigmatice a los profesores. Las generalizaciones son detestables y está bien que los profesores se sumen a la preocupación nacional para denunciar, también para prevenir, que niños y niñas sean abusados con todo tipo de aberraciones sexuales. El ministro de Educación, Fánder Falconí, hizo un llamado a “limpiar la basura dentro del sistema educativo”.
La situación es muy compleja, los casos de abusos comienzan a aparecer; casi no hay tiempo para continuar en diagnósticos; los exámenes para seleccionar a los maestros mejor capacitados es urgente. La idea lanzada por la ministra de Justicia, Rossana Alvarado, es un clamor nacional que hay que respaldar: romper el silencio en el nombre de los niños y de las víctimas que no dijeron nada ante un delito que avergüenza a toda la sociedad. (O)