Dos dirigentes empresariales, uno del sector comercial y otro del exportador, ven con optimismo el viaje que emprenderán el canciller Ricardo Patiño y el ministro coordinador de la Producción, Santiago León, hacia Europa, el 19 de marzo.

Ello para iniciar las conversaciones con la Unión Europea en búsqueda de un acuerdo que evite el pago de elevados aranceles a los países de ese bloque, cuando ingresen productos ecuatorianos como el camarón, el banano o las flores.

Hace menos de 72 horas estuvieron dialogando con Karen De Gucht, comisionado de Comercio de la UE, los vicepresidentes de Perú y Colombia, Marisol Espinoza Cruz y Angelino Garzón, respectivamente.

Ambos funcionarios lideran las delegaciones que trabajan en la ratificación de sus acuerdos, pues peruanos y colombianos ya rubricaron un convenio con el bloque europeo y están a la espera, sencillamente, de esa ratificación, que le corresponde a los parlamentos de la Unión.

José Antonio Camposano, presidente de la Cámara de Acuacultura, es uno de los más entusiastas con la gira que emprenden León y Patiño; pues el 50% de las exportaciones de sus agremiados tiene como destino la Unión Europea.

El año pasado mandaron a ese mercado camarón congelado y con valor agregado por casi $ 735 millones; pero en cambio pagaron de aranceles entre 18 y 20 millones de dólares. El empresario tiene claro que los países vecinos nos llevan la delantera, pero la postura asumida por el Gobierno ecuatoriano les da la esperanza de llegar a un acuerdo favorable.

“Para el sector camaronero un convenio con la Unión Europea implica la posibilidad de entrar no con 3,6% de arancel sino con 0%. Si uno revisa lo  firmado por Colombia y Perú, ellos tienen 0% en la partida para el camarón congelado y con valor agregado. Nuestro objetivo sería llegar a eso”, expresó.

Camposano precisa que el entendimiento con los 27 países que conforman el bloque comercial debe responder a un modelo multipartes; es decir, en el que ya no puede haber cambios ni revisiones cada 2 años.

El dirigente manifestó que la necesidad de un arreglo obedece además a que la UE cambió las reglas para esta concesión.

“Gucht le respondió al vicecanciller Kintto Lucas, cuando preguntó sobre el tema, que no se trata de una dedicatoria al país, sino que es un redireccionamiento de la política internacional hacia naciones más pobres”, remarcó.

Mientras tanto Eduardo Peña, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, recordó que apenas quedan 22 meses para lograr un acuerdo con los europeos.

“Los mejores precios del mundo, tanto para camarón como para banano, están precisamente en este bloque”. Para el representante de los comerciantes guayaquileños el Ecuador no puede darse el lujo de perder este mercado, ya que están en riesgo, según cálculos, 15 mil plazas de trabajo en el 2014 y 35 mil más para el año siguiente.

Peña hizo notar que en la comitiva ecuatoriana que viaja a Bruselas no estarán presentes delegados del sector empresarial, y acotó que las economías ecuatoriana y europea son complementarias entre sí, por lo que las posibilidades de entendimiento son altas.

“Lo que ellos nos ofrecen va por el lado de energía eólica, que es más ecológica que la hidroeléctrica. Eso nos puede interesar... A la vez, nosotros les vendemos cacao, café, productos de la pesca y otros”.