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Villegas guarda con celo sus secretos y ‘mañas’

Villegas guarda con celo sus secretos y ‘mañas’
19 de enero de 2014 - 00:00

Alejarse del fútbol no es una opción, ni siquiera ha pasado por su mente. Han transcurrido dos décadas desde cuando tomó la decisión de retirarse de la actividad competitiva en 1993, vistiendo el buzo de arquero de Técnico Universitario de Ambato.

Un año después se estrenó como preparador de arqueros en el equipo ‘albirrojo’ por pedido de sus dirigentes y desde entonces se mantiene ligado a su deporte favorito.

Espoli le ‘abrió sus puertas’ para que entrenara a sus guardametas cuando en 1998 dicidió radicarse en Quito. Cuatro años después se vinculó a la Universidad Católica para cumplir la misma función, club en el que permanece hasta la actualidad.

Manuel Dolores Villegas fue de aquellos jugadores que, en Villega (Esmeraldas), aparte de dedicarse a la agricultura mostró condiciones, reflejos y elasticidad para ser arquero. Por su sencillez y humildad se ganó el aprecio de sus amigos y conocidos, mientras consolidaba su carrera como futbolista profesional.

Durante su paso por el Deportivo Quevedo (Los Ríos) disputó la titularidad con el ‘Tarzán’ Lindenberg Espinoza. Ese equipo era dirigido por el recordado ‘Wacho’ Muñoz.

En ese entonces, los técnicos ya miraban en él a un golero con grandes condiciones, no solo por su 1.86 metros de estatura, sino por su buena relación con el grupo, su ubicación bajo el arco y, sobre todo, por su don de mando.

“Seguimos en el trabajito”, suele decir a quienes se le acercan en el complejo La Armenia (Valle de los Chillos), para consultarle cómo ha logrado convertirse en el ‘maestro’ de los goleros de la ‘chatoleí’.

EL TELÉGRAFO lo abordó a mediados de semana después de una práctica para conocer por qué su carrera finalizó de manera silenciosa. No tuvo despedidas y menos un partido de homenaje.

Nunca se guarda los recuerdos. Por el contrario, los busca con frecuencia en su memoria.

Durante la década de los años 70, cuando la Universidad Católica logró dos vicecampeonatos nacionales (1973 y 1979) y se clasificó a la Copa Libertadores de América (1974 y 1980), Manuel Dolores jugó partidos memorables.

“Siempre fueron cotejos aguerridos y difíciles. Cuando yo jugaba en el Deportivo Quevedo, Católica nos hacía excelentes encuentros y era muy complicado ganarles”, recuerda el exarquero de 59 años, quien en lugar de un pronunciado afro, ahora luce una cabellera corta y blanca marcada por las canas.

Su retiro de la actividad competitiva en 1993 coincidió con el descenso de la “chatoleí” a la segunda categoría. Luego de 15 años, en 2008, el equipo logró ascender a la serie B. Para entonces ‘Villeguita’, como lo llaman sus allegados, ya se había sumado al cuerpo técnico del club.

“Se apostó por la juventud y con eso se logró el ascenso a la serie A, luego de un proceso que ha venido realizando el profesor Jorge Célico y esa es la base con la que el equipo juega desde el 2012”, explicó Villegas mientras se sacaba los guantes con los que entrena habitualmente.

El argentino Jorge Célico, técnico del primer plantel, mantendrá este año su cuerpo técnico, al que se sumará su compatriota Patricio Lara. “Manuel Villegas es un gran aporte para el grupo por la experiencia que acumula”, sostuvo el estratega.

Arturo Ilguán, utilero del club, afirma que Villegas es un profesional tranquilo, que transmite sus experiencias a los arqueros y trabaja muchas horas, inclusive, después de los entrenamientos, como lo ha hecho con varios arqueros.

El exgolero de la preselección nacional y de varios clubes del país como Deportivo Quevedo, Sociedad Deportiva Aucas y Técnico Universitario, destaca que Universidad Católica es una “gran institución” porque, particularmente, confió en él para formar técnica y mentalmente a sus guardametas.

En un breve recuento, menciona a los clubes San Camilo y Deportivo Quevedo, en donde comenzó como profesional. Pone un énfasis especial en su paso por el plantel ‘fluminense’, que en 1977 ganó el ascenso a primera categoría del fútbol ecuatoriano.

Villegas tiene singular afecto por la hinchada quevedeña e inclusive es considerado como ‘hijo del pueblo’. Barcelona lo tuvo por corto tiempo en sus filas en 1984; luego se vinculó al Aucas, donde destacó por sus condiciones bajo los tres palos y su fidelidad con el equipo.

Washington Muñoz, quien fue su técnico en el Deportivo Quevedo, y Claudio Moacyr Pinto, formaron a ‘Villeguita’ y corrigieron sus errores, razón por la cual los  recuerda con afecto y admiración.

Villegas guarda especial gratitud por los dirigentes que en su oportunidad pasaron por los clubes en donde prestó sus servicios y quienes le dieron confianza en todo momento.

El último equipo que contrató sus servicios como arquero fue el Técnico Universitario de Ambato, en el año 1988, y su aporte fue importante por su talento y gran capacidad, hecho que fue justipreciado por la afición tungurahuense.

En el equipo “albirrojo” se mantuvo hasta el final de su carrera deportiva y como un reconocimiento a su labor, la dirigencia le pidió que integrara el cuerpo técnico de ese entonces.

Su hoja de vida da cuenta de su trabajo en los clubes de la Escuela de Policía (Espoli) y Universidad Católica de Quito.

En la actualidad, Manuel Dolores tiene como compañero de trabajo en su función específica al “Chapulín” Mario Rubén Quiroga, con quien ahora comparte la responsabilidad de preparar a los ‘cuidapalos’ del club católico.

“Yo aporto con lo mío y Mario con lo suyo, así trabajamos para sacar los mejores resultados, todo en beneficio del club”, concluyó.

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