Publicidad

Ecuador, 21 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Para los exjugadores es difícil alejarse del fútbol

Para los exjugadores es difícil alejarse del fútbol
26 de enero de 2014 - 00:00

¿A qué se dedican los futbolistas luego del retiro? Continuar en la línea del balompié es la tendencia de muchos, ya sea como entrenadores, agentes de jugadores o en cargos administrativos de  clubes o federaciones. Pero no todos siguen esa inclinación y aunque hay  quienes han incursionado en la política u otros que han muerto en la indigencia, existen los que se dedican a oficios comunes y corrientes.

Fernando Maldonado (69 años), exportero de El Nacional, quien se retiró en 1977, a los 32 años, y comenzó su carrera como técnico en 1980, dijo que la carrera del balompié es rentable, pero corta. Si alguien se retira entre los 35 y 40 años, aún tiene una larga vida por delante. Los que no amasaron una fortuna, en algo tendrán que trabajar.

En esta entrega, diario EL TELÉGRAFO presenta las historias de tres jugadores que llegaron al balompié profesional y luego buscaron los medios para subsistir dignamente. Ninguno pudo alejarse totalmente del ‘rey de los deportes’.

El ‘Italiano’ trabajó en una fábrica de muebles

A cuatro días de terminar sus vacaciones, Elías el ‘Italiano’ De Negri visita a us familiares y amigos en su natal Esmeraldas. Pasa a saludar al exdelantero Gerardo el ‘Mortero’ Estupiñán, quien en la actualidad es propietario de  un bar temático dedicado al fútbol.

De su look de futbolista conserva el bigote. El peinado afro desapareció, pues el tiempo se llevó  buena parte de su cabello.  De Negri tiene 59 años y forma parte del equipo de entrenadores de la Federación Deportiva de Sucumbíos, entidad a la que se vinculó gracias al llamado de los exjugadores Pedro Pablo Perlaza  y José Voltaire Villafuerte.    

Desde 2001 presta sus servicios a esa entidad, está radicado en Shushufindi desde 2004; antes estuvo en Lago Agrio. Los chicos a su cargo son los de 11 a 14 años de edad. Se siente satisfecho con los resultados de la labor. Asegura que en  manos de él y sus dos colegas se forjaron elementos que hoy son futbolistas profesionales. Enumera a los hermanos Miller y Álex Bolaños, Fidel Martínez, Fabricio Bagüí, Geovanny Nazareno y al  golero Danny Cabezas.

Y es que la Amazonía se convirtió en un lugar preferente para ciudadanos de Esmeraldas y otras provincias. En el caso de los hermanos Bolaños, De Negri afirmó que su madre se radicó en Lago Agrio.

El descubrimiento de talentos es una pasión para el ‘Viejo’ Elías, como también lo conocen sus allegados. Después de su retiro, en 1991, realizó el curso de entrenador en Guayaquil, en 1994.
Su vocación por enseñar fútbol a niños y adolescentes la puso en práctica por primera vez lejos del país con chicos extranjeros. Ocurrió entre 1996 y 2000, durante su estadía en Sídney (Australia), hacia donde emigró por invitación de su compadre Miguel Correa.

A la vez que se acomoda una de las tiras del ‘bividí’, Elías hace una leve pausa. En Sídney no le faltó ni techo ni comida, pero extrañó mucho a su esposa e hijos. Mientras permaneció en territorio australiano trabajó en una fábrica de muebles. Maniobraba la máquina que cortaba las piezas de los enseres.

Adaptarse resultó complicado, le costó mucho aprender el  inglés. Por fortuna los compatriotas que encontró le facilitaron la estadía. Comer los platos tradicionales ecuatorianos, como la fritada, le motivaba a salir adelante. Volvía a invadirlo el patriotismo que sentía cuando disputaba  los partidos de las eliminatorias del Mundial México 86. Era el capitán de la selección nacional en  ese torneo.

26-01-14-xavier tama 05

El ‘Italiano’ sonríe. Con el  pasar de los días se acostumbró a la nación oceánica, incluso le llegaron a agradar las empanadas típicas de Australia,  rellenas con carne de canguro, pero lo más estimulante fue enseñar balompié a un grupo de chicos griegos. Sus padres le pidieron que los instruyera.

También le pareció interesante ver a los animales endémicos del continente. Los canguros, koalas y los enormes cocodrilos que superaban los 6 metros de largo lo  impresionaron.

Nada de eso terminó con su nostalgia, debía regresar a Ecuador y reunirse con sus seres queridos. En 2000 hizo maletas y retornó. Pisar suelo ecuatoriano nunca antes le pareció tan lindo. La ilusión de crecer como adiestrador de jugadores fue otra gran motivación, por eso, una año después, no dudó en aceptar la propuesta de la Federación Deportiva de Sucumbíos.

La vida del ‘Viejo’ Elías siempre estuvo marcada por las segundas oportunidades. No olvida cuando a los 20 años viajó a Quito para probarse en el cuartel Epiclachima, donde practicaba  El Nacional. No consiguió quedarse, pero jamás renunció a su sueño. Cinco años después volvió a intentarlo, su período de prueba debía durar un mes, pero a  los 15 días le comunicaron que estaba admitido. El timonel Luis Grimaldi confió en sus condiciones.

Por siete años defendió la insignia ‘criolla’. Lo que más le hace suspirar es la consecución del segundo tricampeonato: 1982, 1983 y 1984. Además del título de 1986. 

El periodista deportivo Luis Miguel Baldeón (45 años), con 26 años de trayectoria, lo define como un volante de contención de grandes cualidades, ‘acosador’ a la hora de marcar, muy concentrado en  recuperar la pelota. Aunque comenzó como zaguero central, por disposición del estratega Ernesto el ‘Trompudo’ Guerra cambia de posición en 1982. El ‘Trompudo’ no se equivocó, De Negri encontró en el medio campo su lugar ideal.

En esos días de  apogeo tuvo de compañeros a Carlos Delgado, Milton Rodríguez, Wilson Armas, Marcelo Proaño, Andrés  Nazareno, Orlando Narváez, Hans Maldonado, Elías De Negri, Carlos Ron, José Villafuerte, José Jacinto Vega, Luis Granda, Fernando Baldeón, Fabián Pazmiño,  Ermen Benítez.

Merced a los títulos  que El Nacional alcanzó en  1983, 1984 y 1986  bajo la orientación del técnico brasilero Roberto Abruzzese, este es contratado por Emelec para la temporada 1987.  Abruzzese, que tenía en Elías De Negri a su hombre de confianza, decide llevarlo al conjunto ‘eléctrico’. El mediocampista cumplía el sueño de vestir la casaquilla del equipo de sus amores.

26-01-14-dep-xavier tama

Con el ‘Ballet’, el ‘Italiano’ logra el campeonato de 1988 y el vicecampeonato de 1989.
 El semblante del exjugador luce apacible, el balompié y sus seres queridos son sus motivaciones. Dice que la ‘alineación’ de su familia está conformada por su esposa, Dolores Padilla Palomino; y sus hijos: Jefferson Elías, José Ricardo, Luis Darío, Paúl Fernando, Julio César y Nery Andrés. A ellos se suman sus ocho nietos.

De Negri se pone de pie, el bar La Número 1, de Gerardo Estupiñán, está en las calles 6 de Diciembre y Ricaurte, frente a la ‘Polverita’, como le dicen con cariño al estadio Folke Anderson. Ahí, en el club Panamá, comenzó sus andanzas. Luego vendría el profesionalismo.

Las vacaciones del excentrocampista acabarán dentro de poco tiempo. Reincorporarse a su empleo le parece estimulante, siente que el verdadero futbolista nunca se retira, dominar la pelota se convierte en un instinto. No se puede vivir sin él, hay que enseñar con convicción. Las futuras estrellas lo esperan.

El balompié, un trabajo más

Nació con la habilidad para jugar fútbol, pero por necesidad se dedicó a varios oficios. Su prioridad siempre fue valerse por sí mismo. Fausto Horlen Hurtado Arroyo, quien nació en Esmeraldas hace 63 años, le debe al fútbol parte de lo que tiene.

De 1,65 metros de estatura y cuerpo grueso, el exdelantero describe que en la cancha era persistente. La desventaja de su  baja talla la compensaba con buen dominio de la bola y velocidad. 

Con la cabeza en alto y la mano en la barbilla, Fausto hace memoria. Su incursión en el balompié rentado fue casualidad. A los 18 años salió de su casa para probar suerte en la provincia de Los Ríos, lo emplearon como estibador de banano

En los ratos de ocio jugaba fútbol con sus compañeros de trabajo. Cierto día, a él y a otros  tres esmeraldeños les propusieron vincularse al club Abraham Lincoln, que competía a escala amateur. De ese conjunto se cambió al Atlanta. En 1970 es acuartelado y, debido a su habilidad, es convocado a la selección del Ejército, desde donde pasa a El Nacional y permanece por ocho meses. Queda fuera   en vista de que El Atlante no acepta la propuesta económica  del ente ‘criollo’ por la compra de sus derechos deportivos.

Hurtado mencionó que mientras estuvo en El Nacional conoció a  Polo Carrera, Tom Rodríguez, Fausto Correa, Luis  Escalante, Perdomo Véliz Jare y a otras figuras.

Sin estabilidad laboral y con la ilusión  de jugar fútbol profesional, después de probarse en varios representativos, entre ellos Liga de Cuenca y Aucas, en 1979 arregla  contrato con Everest de Guayaquil. En ese combinado solo permaneció una temporada. Los retrasos en el pago de sueldos lo obligaron a retirarse del equipo.

La siguiente parada de Hurtado fue la Fábrica Nacional de Envases (Fadesa), donde laboró por 15 años. De regreso a Esmeraldas montó una tienda de abarrotes, que funciona en la planta baja de su domicilio, ubicado en el barrio Patricio Páez.
Fausto es casado, tiene cuatro hijos y tres nietos. Su anhelo es que su nieto Jonathan (13 años) sea jugador profesional.

Un hombre que se supera

En medio de la lluvia, Kléber el ‘Ñato’ Mendoza dirige a los  niños de la escuela de fútbol que Liga de Quito tiene en Santo Domingo. La cantera, ubicada en el kilómetro 2 de la vía a Chone, acoge a 140 chicos de entre 5 y 16 años.

Mendoza, que mañana cumplirá 51 años, es un hombre amable que  habla con firmeza. Su experiencia en el fútbol profesional terminó a los 25 años de edad; prefirió ejercer la función de recibidor-pagador en la agencia del Banco Internacional en suelo tsáchila.

Pese a esto,  considera que su carrera en el balompié no fue corta; es más, todavía no concluye. Se inició a los 9 años como seleccionado de la escuela Caracas. A los 14 años, contra la voluntad de su padre, decidió dedicarle buena parte de su tiempo al deporte. Su aspiración era ser futbolista.

Rodeado por sus ‘pupilos’ en la escuela de Liga de Quito, el exportero, detalló que su carrera se inició en la segunda categoría con el Internacional. Siguió en Liberación Popular, Adac, Santo Domingo, Repuestos Catedral y Necaxa.

A los 18 años se presentó en una unidad militar para cumplir con el servicio militar. Son los campeonatos de brigada los que le permitieron darse a conocer y fichar por el Club Juvenil Salcedo (Cotopaxi). Sus buenas ejecutorias llamaron la atención de Técnico Universitario de Ambato, que lo contrata en 1982.

Debido a que compitió por la titularidad con el uruguayo Félix el ‘Gato’ Ripoll y con el ecuatoriano Marco la ‘Tranca’ Molina, el ‘Ñato’ tuvo pocos minutos en el arco del ‘Rodillo’, por lo que volvió a Juvenil Salcedo y más adelante se incorporó al Abdón Calderón (Tungurahua). En 1985 retornó a Técnico Universitario. 

En la hoja de vida de Mendoza se incluyen también los elencos de Juventud Italiana de Manta, 9 de Octubre, Bonita Banana de Manabí y Pacharacos.
Kléber precisó que no se arrepiente de abandonar el balompié profesional en forma prematura, ya que en la entidad financiera ascendió hasta ser gerente y jefe de oficina. Vendió su renuncia en 2006 al cumplir  22 años de gestión.

Licenciado en cultura física, desde el año pasado, el exgolero es inspector y docente en el colegio Antonio Neumane. Además, los fines de semana conduce un taxi que le permite obtener un ingreso adicional para su familia.

Casado con Ligia  Mosquera (55 años) y padre de Kléber David (25 años) y Nathaly Belén (14), el ‘Ñato’ cree que el único obstáculo para no superarse es uno mismo. Con 1,80 m de estatura, este excancerbero lamenta la situación por la que atraviesan exfutbolistas como Carlos la ‘Bomba’ Valencia y Horlen ‘Zapatón’ Klínger, quienes no pueden salir de su adicción a las drogas. “Yo estuve a punto de caer en el alcoholismo, pero mi familia me salvó”, expresó.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media