La hinchada del popular club capitalino Sociedad Deportiva Aucas está orgullosa y lo demuestra en cada fecha. Alrededor de cinco mil espectadores acudieron al estadio del sur para gozar la victoria de su equipo frente al Anaconda, por 3-1, en la jornada del miércoles pasado.

Los goles de Juan Villacrés, Gustavo Figueroa y Roberto Garcés fueron laureados. “Jugadores del Aucas, les vamos a dar enorme abrazo y estamos con ustedes hasta el último”, gritó desde los graderíos de la tribuna del estadio del sur Dafusa Dantelli De la Carrera, un jubilado hincha confeso del club capitalino y asiduo asistente a los encuentros del “ídolo” capitalino.

Una mirada somera a los hinchas auquistas vislumbra que son aquellos de la “vieja guardia” los que todavía le acompañan al equipo con hombres que frisan más de 55 años de edad; pero de un tiempo a esta parte,  motivados por sus progenitores y abuelos, son varios los niños y niñas que visten la camiseta amarilla, correteando entre  los graderíos del estadio y parando en seco cuando escuchan el grito de gol, momento propicio para juntarse con sus familiares y recibir los abrazos.

Y es que el equipo que actualmente dirige el técnico argentino Julio “Turco” Asad despierta sentimientos arraigados en sus seguidores. La pasión y fervor por la divisa ‘oro y grana’ han sido invariables desde su origen. A pesar de no haber logrado títulos nacionales, los  hinchas de antaño, así como los actuales no apagan su voz de aliento y fincan sus esperanzas en lograr el retorno a la divisional B que, por los resultados, está cerca.

Acompañado por sus dos hijos, Joel y Edgar (11 y 9 años), quienes lucen el uniforme del club por voluntad propia -como cuentan-, Edgar Lema, taxista de 38 años de edad, le roba tiempo al tiempo y se da los modos para asistir a las partidos. Asegura ser hincha desde hace 36 años, cuando comenzó a ir al estadio (Atahualpa) junto a su padre, para alentar en los partidos al Aucas.

Recuerda que no tuvo la ocasión de mirar a su equipo en el estadio de El Ejido porque “todavía no aterrizaba en este planeta, pero en el nuevo estadio ya comencé a ir a los partidos y cuando el Aucas jugaba me ponía contento y le pedía a mi papá que me llevara a todos los partidos y así nació mi afición por este querido equipo”, sostiene.

Destaca que su amor por el Aucas es algo que viene de familia. “Es contagioso el cariño que tiene toda la gente al equipo y eso me nació desde la primera vez, a pesar de que no nos ha dado cosas grandes, pero el cariño que nace de lo profundo del corazón, está ahí, porque el Aucas es un equipo del pueblo, con el que yo me identifico", confiesa.

En los años 60 Aucas tuvo la  mayor hinchada de la capital, pero la falta de títulos y logros deportivos incidieron en su alejamiento a partir de la década siguiente. Pero ha ocurrido algo parecido a un fenómeno, porque a pesar de sus desalentadoras campañas, particularmente en los últimos años sus seguidores se han caracterizado por su fidelidad y sin sopesar el hecho de militar en la segunda categoría desde el 2009, una vez que en el 2006 perdió cupo en la serie

A y descendió a la B, Aucas  sigue siendo uno de los equipos de los más populares.
Los clubes rivales que son de otras ciudades esperan hasta con ansiedad los partidos con el Aucas, porque saben que su hinchada es fiel y le compaña con orgullo, vanagloriándose de se ser el “Papá Aucas”, “Aucas mantenedor”, como lo pregona cuando la ocasión es propicia en medio de tertulias.

Aucas juega este domingo el antepenúltimo compromiso del Grupo 1, frente a Águilas, partido que puede afirmar el objetivo trazado a inicios de temporada.

Ramiro Gordón, administrador del club oriental, dijo que el reto es ascender. En la búsqueda de este objetivo, contrató a los ex mundialistas Jaime Kaviedes y Wellington Sánchez, además de los experimentados Moisés Cuero y Omar de Jesús.

Renovó con el goleador Gustavo Figueroa y fichó a Juan Villacrés, goleador de la segunda en el 2011.  El “idolo capitalino” tomó un nuevo aire con la dirección técnica del argentino Julio Asad, que dirigió al Olmedo (campeón en el 2000), D. Cuenca (2004) y Liga de Quito (2001, en la serie B), en reemplazo de José Moreno, quien no tuvo el éxito anhelado con el equipo, además de recibir críticas de un sector de la hinchada, que se sintió incon forme con el fútbol que exhibía el plantel en la fase inicial.