Kwesi Appiah, en la línea del fútbol ofensivo

El fútbol vistoso, de gran habilidad y eficacia, mostrado en las Copas de África, le valió a Ghana el calificativo de los ‘brasileños africanos’. En abril de 2012, James Kwesi Appiah se convirtió en el primer técnico de raza negra en  dirigir al seleccionado mayor de Ghana. Él tomó el mando en las eliminatorias africanas para Brasil 2014 luego de ser asistente técnico del serbio Milvan Rajevac en la Copa de África realizada en 2011.

Los especialistas dan cuenta que Appiah es un técnico metódico y sencillo. Es un apasionado por el fútbol ofensivo, de ahí que el 4-4-2 es el módulo táctico al que rinde culto desde que comenzó en la dirección técnica hace 10 años. Lo catalogan como un hombre calmado, sin poses, pero con gran confianza en sus dirigidos. Su metodología tiene una combinación de trabajo constante y disciplina, enmarcados en el respeto mutuo.

Cuando no logra esta amalgama, especialmente con jugadores indisciplinados, su reacción se refleja en la aplicación de la ‘ley del hielo’ que, incluso, le valió el apodo de ‘Matador silencioso’, por su forma de tratar a quienes no se ajustaron a sus reglas. La razón de aquel apodo obedece al respeto total que siente por ellos. “Pero siempre me aseguro de que todos y cada uno de ellos hagan lo correcto en el momento justo”, ha explicado el entrenador.

Esa filosofía la experimentó desde su época de jugador como lateral izquierdo del club Asante Koptoko, donde jugó diez años, y más tarde en el seleccionado de su país, por el lapso de un lustro.
El estratega vive el presente y no se detiene para mirar el pasado, por más doloroso que haya sido, como cuando Ghana dejó escapar la posibilidad de llegar a semifinales en el Mundial de 2010, en aquella tanda de lanzamientos penales frente a los uruguayos.

Ahora pretende escribir otra página de la historia del fútbol ghanés. Dice contar con determinados jugadores que le aportan calidad y experiencia; su retribución es la confianza y estímulos necesarios para ponerlos a tono de las circunstancias. Dada la calidad de los jugadores del seleccionado, lo determinante es la preparación mental con la exigencia de esfuerzo y superación para luchar por los colores del país.

Fue muy inteligente y sutil al pedir la reincorporación de los jugadores Michael Essien y Kevin Prince Boateng, máximos referentes, exteriorizando una gran dosis de humildad al reconocer que los necesitaba cuando -por diversos motivos- ellos declinaron su participación en el combinado de su país y admitir que lo más difícil para el entrenador es manejar los egos de los grandes futbolistas.

No oculta su satisfacción por haber encomendado al delantero central Asamoah Gyan la capitanía del elenco nacional, porque luego de tres años de haber estado con ellos, supo reconocer en el atacante a una persona apreciada en  el grupo, que irradia un gran ánimo cuando la desmoralización hace presa de sus compañeros, además de ser uno de los mejores delanteros del mundo.

Está convencido de que Ghana puede dar una agradable sorpresa, porque cuenta con excelentes jugadores y un banco de primera línea, animados por un país que, apartado de la politiquería, cuando se trata de fútbol, se olvida de ambiciones personales y se dedica a seguir al equipo. Porque el balompié es lo único capaz de unir a todos.