Conocer gente nueva, de diferentes partes del mundo, puede llegar a ser enriquecedor e incluso la mejor parte de tu viaje. Por eso, entablar nuevas amistades en un viaje se vuelve necesario cuando las personas no van acompañadas a sus vacaciones.

Aunque hacer amigos no tiene por qué convertirse en una tarea complicada, hay países donde resulta más difícil entablar nuevas amistades, como Japón. Antes de relacionarnos con japoneses, e incluso antes de ir a ese lugar, lo primero que es necesario tomar en cuenta es evitar pensar que todos tienen una personalidad concreta e inamovible, ya que eso sería generalizar y limitar la visión del país.

Cada individuo tiene su propia personalidad, por lo que el carácter de los japoneses no va a ser siempre el mismo. Seguramente, se encontrará con japoneses que no articulen ni media palabra en los momentos iniciales hasta otros que por algún motivo estén acostumbrados a tratar con extranjeros y sepan mostrar una personalidad acorde para mantener un buen clima sin que el extranjero se sienta incómodo.

“El problema de este segundo grupo, según lo que pude experimentar en la universidad, es que al tratar de imitar un ‘comportamiento occidental’ tienden a sobreactuar, pero es un asunto llevadero”, señala Miguel Gamez, del diariosur.es.

Cuando empezamos a relacionarnos con japoneses, –dice él– podemos llegar a tener la impresión de que algunos de sus comportamientos, como el escaso diálogo, no permiten la fácil interacción entre ambas partes.

La realidad es que, al estar nosotros en su cultura, son nuestros comportamientos los que suponen una barrera. Esto no quiere decir que lo estemos haciendo mal. Es natural que nosotros actuemos en concordancia con nuestra cultura y personalidad.

Lo que sí es importante es darse cuenta de que dicha barrera no es por culpa del comportamiento de los japoneses, sino de la diferencia entre ambas culturas. Hago hincapié en esto porque he escuchado en numerosas ocasiones que los japoneses son demasiado introvertidos e incluso que no tienen habilidades para hacer amigos. Si ellos ponen de su parte para relacionarse, hagámoslo también nosotros.

Cuando las personas viajan solas, no solo requieren amigos para entablar una conversación o contar con el apoyo de alguien en caso de emergencia;  también son necesarios para que puedan guiar un viaje. Por ello, se concibió el proyecto ‘Rent a local friend’ (Alquile a un amigo local).

Con más de 2 años en funcionamiento, la idea de alquilar ‘amigos locales’ para hacer de guías en distintas ciudades del mundo surge de la necesidad de los turistas por un servicio personalizado y adaptado a sus intereses.

“Cuando creé el sitio pensé que iba a estar más destinado a mochileros. Pero hoy muchos clientes son personas ancianas, que gustan de las cosas personalizadas y un servicio más próximo. Tenemos también muchas familias, que no quieren un tour rígido y prefieren algo más flexible”, indicó Alice Moura promotora de este sitio web.

Esta brasileña cita un ejemplo para destacar la herramienta: “Si una persona va a conocer la torre Eiffel, el Museo de Louvre, y al tercer día ya no sabe qué hacer en París, entonces contrata un ‘amigo local’ para conocer cosas alternativas y complementar el recorrido”.

Los requisitos para formar parte de esta red de amigos son hablar inglés, ser personas que entiendan los hábitos del turista, sociables y con una profesión flexible en horarios. Lo ideal sería no tener que contratar este sistema y hacer ‘amistades locales’ que no solo mejoren su experiencia de viaje, sino que permitan entablar relaciones a largo plazo.

Según el blog Traveler, un viaje al exterior se convierte en la mejor oportunidad para forjar nuevas amistades, sobre todo, si los viajeros están solos.