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Las flatulencias pueden evitarse al comer más despacio

Las flatulencias pueden evitarse al comer más despacio
14 de mayo de 2016 - 00:00 - Redacción de7en7

Cuando los gases se acumulan en el estómago pueden provocar hinchazón, cólicos o retortijones en el vientre. Tener gases es normal y las personas sanas producen cierta cantidad de gas de metano y algo de gas de sulfuro de hidrógeno, que las enzimas digestivas y bacterias saludables en el colon trabajan para desintoxicar.

Estas molestas flatulencias se producen por hábitos dietéticos que favorecen los gases, otras veces por comer muy rápido, hablar demasiado mientras comemos o cenar tarde y acostarnos recién comidos. A veces el consumo excesivo de algunos alimentos vegetales puede hacernos producir más gases.

Los alimentos que más gases generan son las alubias, las habas y las lentejas, ya que contienen azúcares de difícil digestión. Aun así, no son los únicos responsables de las molestias digestivas. El azúcar de las frutas (fructosa) y el azúcar de la leche (lactosa) también pueden ser problemáticos para las personas más sensibles.

Según el Colegio Americano de Gastroenterología, el 7% de la población mundial padece excesivas molestias derivadas de los eructos, mientras que el 11% sufre gases intestinales con mucha frecuencia.

Según el médico y gastroenterólogo ecuatoriano Giovanni Castellanos, hay alimentos difíciles de digerir que pueden provocar gases, como las habas, la col, la colifror, la cebolla y el brócoli. “Hay personas que tienen intolerancia a la lactosa que también presentan estas molestias”. La lactosa es un azúcar que está presente en todas las leches de los mamíferos: vaca, cabra, oveja y en la humana, y que también puede encontrarse en muchos alimentos preparados. Según el médico, la deficiencia de ciertas enzimas en la alimentación también puede ocasionar gases, como es el caso de la lactosa.

Castellanos recalca que las bebidas carbonatadas también pueden generar flatulencias. Lo importante, afirma, es que las personas que presentan estas molestias recurran al médico para seguir un tratamiento, ya que hay medicamentos específicos para tratarlos.

Como dice él, el intestino de cualquier persona en el mundo produce gases. La ciencia médica así lo ha descubierto y estudiado.

Un artículo publicado en la revista Vive sin Lactosa, revela que, por lo general, el intestino produce de 7 a l0 litros diarios de gases que en su mayoría no son expulsados, sino reabsorbidos o asimilados por la sangre.

De esa cantidad solo cerca de medio litro es expulsado a través del recto en su gran mayoría de una manera insensible, es decir, sin que la persona lo note.

Castellanos señala que los gases que se eliminan por el final del tubo digestivo consisten principalmente de Oxígeno (O₂), Nitrógeno (N₂), Hidrógeno (H₂) y metano (CH₄), que es el que da ese olor característico al gas humano. La presencia de gas en exceso también puede ser el resultado de aerofagia, que es tragar o deglutir aire en exceso mientras se come o se bebe.

Para evitar la aerofagia se deberá comer despacio y con la boca cerrada. Las incómodas flatulencias también se producen por una fermentación bacteriana que ocurre en el colon. Además, como precisa el especialista, el exceso de gas puede deberse a residuos alimenticios mal digeridos.

Varias investigaciones clínicas han demostrado que cantidades elevadas de hidrógeno y oxígeno en el recto son indicativos de una excesiva fermentación, como sucede en casos de mala absorción intestinal.

La presencia de gas es frecuente en la población en general y en la mayoría de casos se trata de un trastorno benigno sin ninguna causa importante.

Los síntomas más frecuentes son la sensación de hinchazón, la distensión abdominal, ruidos en las tripas (borborigmos), eructos frecuentes, ventosidades y, a veces, dolor abdominal.

Castellanos dice que el sedentarismo también contribuye a la generación excesiva de flatulencias. Por eso, recomienda realizar ejercicios de forma regular. Recomienda la actividad y el ejercicio físico de forma regular, sobre todo, caminar después de las comidas. Aunque consumir frutas es lo ideal en toda dieta, lo mejor es consumirlas peladas. Se ha comprobado que pueden generar más gases las manzanas, las uvas y las peras. Varias investigaciones advierten que la parte no soluble de la fibra vegetal, presente en la pared celular de los vegetales, puede generar esta molestias estomacales.

Según Giovanni Castellanos, una de las principales causas del exceso de gases es nuestro estilo de vida y es que la mayoría de personas comemos hoy de prisa, con nervios y ansiedad, además de no ensalivar y masticar bien los alimentos, hablamos mientas comemos, por lo que prácticamente traigamos aire. Una de las sustancias que combaten los molestos gases se denomina dimeticona que actúa como antiespumante, reduciendo la tensión superficial de las burbujas de gas facilitando su disgregación por lo que suprime la acumulación de gases y la dilatación abdominal.

Con el término flatulencia, los médicos describen la distensión del aparato digestivo por acumulación excesiva de gases.

Los gases acumulados pueden ser de origen gástrico o intestinal.

En el primer caso se eliminan por vía bucal, mientras que en el segundo se expulsan por vía anal. Hasta que son eliminados, su acumulación dilata las paredes gástricas e intestinales y, por tanto, las abdominales.

Esta distensión abdominal, conocida también como meteorismo, puede alcanzar un tamaño considerable, y es una de las molestias más frecuentes entre quienes padecen flatulencia.

La cantidad de gases que se introducen o se forman a diario en el intestino es variable, y puede deberse al aire que se traga al comer y al beber, a la descomposición de ciertos alimentos o también ser consecuencia de las bacterias intestinales. Entre el 5-15% del aire deglutido, sobre todo oxígeno, es absorbido por la sangre en el intestino delgado; este, a su vez, libera en el intestino delgado dióxido de carbono que, junto con el oxígeno restante no absorbido pasa al intestino grueso, donde aumenta su volumen, ya que se le suman los gases producidos por las bacterias al descomponer los restos alimentarios. Algunos alimentos ricos en fibra, hidratos de carbono, celulosa, proteínas y grasas, junto con las bebidas gaseosas, pueden provocar la acumulación de gases en el estómago y el intestino. El tipo de alimentación y la diferencia en la flora intestinal hace que algunas personas produzcan más gases que otras. (ARB)

Especialista

“El aire deglutido puede contribuir hasta en 500 ml de flatos por día, sobre todo, nitrógeno”

La taza y volumen de expulsión de gases es altamente variable. La flatulencia viene de 2 fuentes: del aire tragado y la fermentación bacteriana de los carbohidratos no digeridos.

La mayoría de aire ingerido y no eructado pasa a través del intestino y sale en forma de flatos. El aire deglutido puede contribuir hasta en 500 ml de flatos por día (principalmente nitrógeno).

La fermentación bacteriana de carbohidratos no digeridos lleva a una producción adicional de gas, particularmente de hidrógeno (H₂), anhídrido carbónico (CO₂) y metano (NH₃).

El olor fétido puede ser causado por el ajo, la cebolla, la berenjena, los hongos y ciertas hierbas y especias. Para los pacientes con molestias persistentes, los almidones complejos y la fibra deben ser eliminados, pero tales restricciones son inaceptables para la mayoría de pacientes. De las harinas refinadas, solo la harina de arroz es libre de gas. Las quejas de distensión abdominal crónica o embotamiento son comunes.

Ramiro Coello Jaramillo, médico gastroenterólogo.

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