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Obras de Piedad Paredes pasaron a manos de la Casa de la Cultura

sobre la artista y su obra, Yvone Zúñiga ha concluido que "percibía la época gris o quizá la noche en la que ella se iba internando paulatinamente hasta encontrarse con el luminoso e infinito silencio"
sobre la artista y su obra, Yvone Zúñiga ha concluido que "percibía la época gris o quizá la noche en la que ella se iba internando paulatinamente hasta encontrarse con el luminoso e infinito silencio"
11 de mayo de 2015 - 20:36

El óleo sobre tela que lleva el título ‘Dulce dádiva del árbol’ muestra 4 personas con las manos extendidas hacia el follaje, en el cual aparecen rostros y dedos de primates.

La pintura de Piedad Paredes Álvarez presenta una interacción con la naturaleza que desdibuja el mito de la creación y se inscribe en la teoría de la evolución con el uso de colores cálidos.

La obra, junto con 68 cuadros pintados en los años cuarenta y cincuenta, fue donada por los herederos de la fallecida artista plástica a la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), en un acto que tuvo lugar este viernes, en el Museo de Arte Moderno de esa institución.

Los bípticos, que muestran a una pareja de viejos, otra de jóvenes y a una de detectives, conforman una de las primeras unidades temáticas en las que han sido divididas las pinturas. En la parte posterior del museo, es más visible que a Paredes la caracterizaba un figurativismo que permite la intervención de los espectadores.

Santiago Zúñiga, sobrino de la artista —sus hermanos son Yvone y Luis Zúñiga—, habló en representación de los familiares que decidieron ceder la obra, e hizo la entrega formal de los cuadros que se exhibirán en la sala Joaquín Pinto hasta octubre de 2015, en horarios que van de 09:00 a 13:00 y de 14:00 a 16:30.

Santiago recalcó que el espacio devela el recorrido temporal que forjó el estilo de la pintora para quien el arte abstracto se inscribía en una quimera sobre la cual echó pinceladas efímeras. “Lo abstracto no va conmigo”, solía decir Paredes, en su taller, del cual se han conservado y están expuestos algunos elementos, como una caja de madera y un bote metálico lleno de pinceles que dejó de usar luego de una vida prolífica, después de pertenecer a una generación en que las mujeres —todas integrantes de la Escuela de Bellas Artes— padecieron la indiferencia histórica de permanecer en el anonimato pese a su talento.

Es, precisamente, una forma de buscar en las páginas del pasado esta exposición -dijo el vicepresidente de la CCE, Gabriel Cisneros,- para quien estas obras reflejan la vida de una promotora y gestora de las artes. Por su parte, el director de Museos, Guido Díaz, detalló el proceso de curaduría de la obra e invitó a los asistentes a reconocer a los artistas de la generación de Paredes, representados junto a su obra, en fotos blanquinegras de la época.

Díaz también anunció la publicación de un libro acerca de la vida y trayectoria profesional de Piedad Paredes, sin dejar de lado la labor documental que acompaña la muestra: una serie de videos y reportajes bibliográficos, dispuestos en una de las salas temáticas, una de las cuales está poblada de emociones: ‘Angustia’, ‘Hastío’ y ‘Silencio’ acompañan a ‘La carta’. Pero la penúltima asombra confirmando una descripción que hizo Yvone Zúñiga: “El estilo de Piedad siempre ha sido reconocible al momento de encontrarse con una de sus pinturas en cualquier espacio. La línea, las formas que tienden a curvarse, los ojos oblicuos de los personajes, que se hunden dentro del rostro como en un ensimismamiento, o que también aparecen como una mancha borrosa, lo cual podría tener muchas interpretaciones, pero marcan en la obra un signo personal, que como en otros autores descubre el rasgo particular que los identifica”.

Esos otros autores serían los contemporáneos de la pintora, también exestudiantes de la Escuela de Bellas Artes, Oswaldo Guayasamín y Eduardo Kingman. Yvone también está presente en un mural de la muestra con una anécdota: "A su última exposición, 5 años antes de su fallecimiento, el título: ‘El mundo que soñé, el mundo que vivo’, se podía ver que las pinturas de este último periodo se entenebrecieron notablemente, dejó de usar esos colores vitales y brillantes de las obras anteriores y pasó a la creación de personajes que surgían y se sumergían en la oscuridad" Un tránsito que solo podrá contemplarse visitando la muestra en que se equilibran figurativismo, arte abstracto, paisajismo e indigenismo.. (F)

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